4 actrices y 6 tendencias: así las interpretan
Blanca Suárez, Belén Cuesta, Maggie Civantos e Ivana Baquero experimentan con las corrientes de la temporada. Renovar e interpretar conjugan bien con la palabra estilo.
BLANCA SUÁREZ
«Hoy en día la televisión y el cine no se diferencian en tantas cosas; antes eran muy distintos», apunta la actriz, inmersa en el rodaje de la cuarta temporada de Las chicas del cable y que próximamente estrenará la película A pesar de todo, otra creación de Bambú para Netflix. Es la historia de cuatro hermanas que se reúnen cuando fallece su madre. Blanca interpreta a Sara, que vive en Nueva York y ha sacrificado su vida personal por el éxito profesional. «Yo nunca he tenido que elegir entre uno y otro. Hay mucha gente que lo hace, son opciones tan sumamente personales… Pero, para mí, mi vida está al mismo nivel de importancia que mi trabajo», sostiene.
Gabriela Tagliavini dirige esta comedia sobre la unión femenina. «Es verdad que desde hace un tiempo es un tema que está encima de la mesa, que se le está dando visibilidad», afirma Suárez. Este papel es una de las sorpresas que se ha encontrado a lo largo de una carrera que comenzó a los 17 años: «No me pongo metas; me gustan las cosas inesperadas».
En lo referente a su aspecto tampoco le va lo preestablecido. Prefiere el juego, arriesgar con sus estilismos, su maquillaje, su pelo: «Me aburro muchísimo de verme siempre igual, me gusta el cambio». ¿Incluso si conlleva críticas? «Las opiniones de los otros no es que no te afecten, pero trato de no fijarme demasiado en ellas; es la única manera de ser fiel a lo que te gusta sin caer en lo mismo de todo el mundo».
Con 3,1 millones de seguidores es una de las españolas más populares en Instagram. Marca tendencia. «Sigo la moda. No me obsesiona tener lo último, pero no me vale cualquier cosa». ¿La novedad en su armario? «Unas botas altísimas de Saint Laurent de cuero». Admite que «inevitablemente, todos caemos en las tendencias», aunque alguna se le resiste: «Los pantalones de campana, conoces tu cuerpo y hay modas que no te van». Otras las incorpora de forma insospechada: «Me pasó con las hombreras y el oro; cuando vas creciendo logras aceptarte y no sientes vergüenza por que te gusten determinadas cosas».
BELÉN CUESTA
Llega a la sesión directa de un rodaje, en vaqueros y camiseta. «Me gusta verme guapa, pero sobre todo estar cómoda; no quiero ir guapa e incómoda», afirma. «Cada vez soy más fan de un buen bolso, de un buen zapato», añade. Y se deja aconsejar por estilistas cuando pisa un photocall, pero siempre fiel a su estilo: «No puedo ir a un estreno y llevar un look que sea supermoda si yo no voy a estar bien. Hay que dar prioridad a sentirte tú, a no a estar disfrazada. Lo que llevo me tiene que gustar, me da igual quién lo firme; no me pongo cualquier cosa, creo que uno tiene que acercarse a lo que verdaderamente siente».
Traslada eso a sus personajes, intenta buscar «papeles fascinantes, aunque un actor no siempre puede elegir». Se enfrenta a un 2019 cargado de proyectos: las series Paquita Salas, en Netflix, y Mira lo que has hecho, en Movistar +, y cinco películas. «El trabajo va por rachas, que es lo que nos da miedo, porque eso significa que la racha puede acabar y eso nos agobia», explica. Pero está satisfecha, porque además de hacer comedia en estrenos como A pesar de todo (donde es Claudia, una de las hermanas de Blanca Suárez) o Litus, este año va a llegar a la gran pantalla La trinchera infinita, de los directores de la premiada Handia, donde explora su registro dramático junto a Antonio de la Torre.
«Es un topo de la Guerra Civil que permanece 33 años escondido y soy su mujer. Me he tenido que preparar mucho, hacer un trabajo de investigación. A nivel actoral ha sido un regalazo», subraya. Está contenta de que en las ficciones «se cuenten planos diferentes de mujeres que hasta ahora no se habían abordado» y le encantaría realizar más proyectos internacionales, como la coproducción dirigida por el rumano Tudor Giurgiu en la que acaba de participar: «Apetece conocer a directores nuevos, otras formas de trabajar, es superinteresante».
MAGGIE CIVANTOS
Está abierta a experimentar y a conocer nuevos aspectos de sí misma gracias a la ropa. Colecciona botas de cowboy –el primer par lo compró en el mismísimo Austin, Texas–; nunca pensó que le gustarían las medias de colores, pero se atrevió con ellas y le encantaron, y no se sumó a la tendencia de llevar prendas de plástico: «No me gustan –reconoce–. La moda es diversión, te da confianza y te ayuda a respetarte. He ido descubriendo lo que me gusta con la ayuda del estilista Fede Pouso. Siempre pensé que iban a ser cosas discretas, pero al final he llegado a la conclusión de que lo que prefiero es el contraste. Tienes que probar hasta encontrar tu sitio».
En la actuación también quiere catar cosas nuevas. Acaba de despedirse de Macarena, al finalizar Vis a vis en Fox. «Este personaje dio un vuelco a mi situación. No solo a mi carrera, sino a mi vida», afirma con cariño y sin nostalgia. La serie empezó en 2015 y desde entonces no ha dejado de trabajar. Ahora rueda Las chicas del cable, el 26 de abril estrenará la comedia La pequeña Suiza y tiene otras dos películas en 2019, La influencia, «una de terror», y el thriller Antes de la quema. «Han llegado proyectos muy distintos y he podido disfrutar de géneros diferentes. Normalmente me dan personajes introvertidos, serios, y en Antes de la quema soy lo contrario, una chica de barrio muy terrenal e impulsiva, visceral, sin filtros».
Para sumarse a un proyecto «es fundamental que la posición de la mujer esté clara y el personaje no sea dependiente del hombre», recalca. Pero quiere ir más allá y, siguiendo la estela de Nicole Kidman y Reese Witherspoon, producir una serie: «Sería abrir un nuevo campo para mí, con una comedia que habla de la importancia de saber estar sola y de romper estereotipos sociales a los que estamos sometidas las mujeres».
IVANA BAQUERO
Empezó a trabajar a los 8 años y este año cumple 25; más de media vida volcada en la interpretación. «Si lo pienso no me puedo creer que lleve tanto ya trabajando, se me ha pasado muy rápido», dice. Recuerda su primer filme, «Romasanta, de Paco Plaza, una película de género, de un hombre lobo», y El laberinto del fauno, que con 12 años le valió el Goya a mejor actriz revelación en 2007. «La fantasía ha jugado un papel importantísimo en mi carrera. Además, es un género que me encanta consumir. Yo adoro El señor de los anillos, por eso hacer la serie Las crónicas de Shannara (TNT), que era un poco el mismo estilo, fue cumplir un sueño», explica. Para hacerlo realidad rodó en Nueva Zelanda y aprendió a lanzar dagas y montar a caballo. El signo de los tiempos: «Ahora se buscan actores redondos, que puedan cantar, bailar y tengan habilidades especiales».
Hay más oportunidades en su profesión, señala, en un mercado cada vez más global a causa del gran cambio propiciado por plataformas digitales como Netflix, en la que este año estrena Alta mar, con Jon Kortajarena: «Poder hacer un proyecto español pero que vaya a emitirse en 190 países, entre ellos Estados Unidos, me llama mucho la atención. Es un buen momento para aprovechar todas las oportunidades». Y para marcar las líneas rojas en el trabajo: «Con el MeToo he notado un incremento del respeto, antes de empezar las producciones hay una charla para que haya consenso y no exista ningún tipo de discriminación, y me parece interesante porque te sientes escuchada y apoyada. Que cada uno marque sus límites ahora ya no es una excepción, sino la norma».
Busca experimentar con papeles arriesgados, como el que tiene en Feedback, la película a lo Black Mirror que estrena este año: «Lo natural ahora es atreverse con personajes más transgresores». En su estilo, sin embargo, se reconoce «más bien sobria», segura con marcas como Dior, la catalana Inmaculada García o los bolsos de Prada, y ajena a modas como «las transparencias o los looks más extremos». Aunque no se cierra al riesgo, considera que «puedes adoptar todas las tendencias a tu estilo». Lo hizo con el terciopelo: «Me parecía agobiante, pero luego vi que queda muy bien en accesorios como chokers. Hay que probar, pero en general me gusta llevar aquello con lo que me veo bien, aunque no esté a la moda».
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