Britney y Justin: cronología del despecho más largo (y rentable) de la música pop
Antes de Justin y Selena estuvieron Justin y Britney. O Britney y Justin. Presentamos una cronología de la ruptura más rentable de todos los tiempos.
Oh, baby, baby: una críptica cita en la cuenta de Instagram de Britney Spears ha desatado las especulaciones de algunos de fans, quienes se preguntan si el enigmático mensaje de la reina del pop va dirigido a su ex, Justin Timberlake. La frase es de K. Towne Jr., un instapoeta de Brooklyn con miles de seguidores en redes sociales, y dice así «nuestras vidas quizás no encajaron, pero oh, nuestras almas sabían cómo bailar». ¿Por qué especulan los fans? Porque Britney y Justin fueron la pareja estrella de los dosmil y, a pesar de que lleven sin hablarse más de 15 años, todavía hay quien piensa que estaban hechos el uno para el otro.
¿Está Britney enviando un mensaje relacionado con él? No parece muy plausible, aunque sus fans se hayan empeñado en ello. Pero para comprender por qué no es nada probable, es necesario recordar cómo fue la relación (y sobre todo, la ruptura) de las dos mayores estrellas del pop de los dosmiles. Y, más que eso, es imprescindible realizar un análisis sobre cómo Justin Timberlake lleva rentabilizando su historia de desamor con Britney desde hace casi 20 años.
1999-2002: y el sueño teen americano se hizo realidad
El mundo entero conoció a Britney Spears en 1999. Y de qué forma. Vestida con uniforme escolar, dos trenzas adornadas con pompones rosas en el pelo y en un estado de somnolienta espera hasta que sonase la campana de clase para meterse en las cabezas de todos los adolescentes del planeta con su pegadiza Baby One More Time. De la noche a la mañana, Britney Spears, a punto de cumplir los 18 años, se convirtió en la princesa del pop.
A pesar de que ahora su fama era mundial, la jovencísima estrella ya estaba acostumbrada a los focos. Durante su niñez había participado en Mickey Mouse Club, un Club Disney estadounidense que fue la cantera de algunos de los ídolos forracarpetas de finales de los 90 y principios de los 00: Ryan Gosling, Christina Aguilera o Jessica Simpson fueron presentadores y animadores del programa infantil, como también lo fue Justin Timberlake.
En 1999, Justin Timberlake era el rubio de cabellos rizados que hacía más solos que nadie en N Sync. El conjunto musical estaba en el mejor momento de su carrera: su anterior trabajo había vendido más de diez millones de copias en Estados Unidos, acababan de salir de una cruenta batalla legal con su codicioso ex manager y, en aquellos momentos, estaban inmersos en la grabación de su segundo álbum cuyo single, Bye Bye Bye, se publicó en el año 2000. Como en cualquier boy band que se precie, cada uno de sus componentes tenía una personalidad para atraer a las fans y a Justin, con sus cabellos de querubín y el amor que profesaba a su madre en todas sus entrevistas, le tocó ser el chico bueno. Esa personalidad fijada por la industria le convertiría en El Novio de América.
Lo que Mickey Mouse había unido no lo pudo separar el hombre y el resto es ya historia de la música. El 20 de noviembre de 1998, antes de que el mundo se rindiera ante Britney, la cantante hizo de telonera en un concierto de N Sync, donde las dos ex estrellas infantiles se reencontraron. En algún momento entre finales de 1998, y sobre todo, con el arranque de 1999, Britney y Justin se convirtieron en los Novios de América. La prensa enloqueció, como no podía ser de otra forma: el Novio de América y la Novia de América se habían convertidos en los Novios de América. No existía pareja más jugosa.
Britney y Justin copaban todas las portadas de las revistas, cada aparición pública se convertía en un evento y tanto la prensa como los fans querían conocer cada detalle íntimo de la relación. Se especuló mucho (muchísimo) sobre la virginidad de Britney después de que ella declarase que quería esperar hasta el matrimonio. Reporteros de todo el globo alzaban el micrófono en cada presentación de nuevo single o inicio de gira, dentro y fuera de Estados Unidos, para preguntarle a Britney (una vez más) si ya había perdido su virginidad con Timberlake. El gran aparato de marketing y relaciones públicas que ambos tenían detrás sabían qué imagen querían mostrar de la pareja para vender discos como churros, y esta estaba más acercada al mito del amor romántico que a la explosión de la sexualidad, como bien apuntaron algunos columnistas de la época. Britney representaba a una Lolita, sugerente pero todavía no sexualmente activa, la vecina de al lado que permitía a todos los hombres fantasear con ella, pero sin resultar demasiado evidente para que las madres puritanas de Estados Unidos siguiesen comprando entradas a sus conciertos para sus hijas.
Britney y Justin hicieron todo lo que se supone que debían hacer dos adolescentes ricos, talentosos y enamorados: acudían a grandes eventos deportivos y premieres de películas, cantaban por sorpresa en conciertos del otro, se apoyaban en público y respondían amablemente a los periodistas cuando les preguntaban, por separado, sobre su relación. Y, sí, también llevaron ese conjunto a juego vaquero que quedó grabado en nuestras retinas ad infinítum.
Sin embargo, un día esa relación terminó. Y aquí comienza la verdadera historia.
Abril de 2002: it’s over!
2002 fue un año de cambios para Justin Timberlake. Por un lado, su relación con la princesa del pop llegó a su fin y, por otro, estaba a punto de lanzar su primer proyecto en solitario. Ya lo advertimos: estos dos datos tienen mucha relación.
La narrativa que se terminó asentando en torno a los motivos de la ruptura fue la siguiente: Britney fue infiel a Justin con el coreógrafo –y amigo de la pareja– Wade Robson, un nombre que quizás resulte familiar a algunas lectoras por tratarse de uno de los dos protagonistas de Leaving Neverland, el documental de la HBO en el que se acusa a Michael Jackson de abusos sexuales a menores. En la mayoría de los tabloides de la época se presentaba a Justin Timberlake como un pobre chico con el corazón roto y a Britney como la villana que le rompió el corazón. Lo cierto es que ni Britney ni Justin ni Wade Robson confirmaron la historia, que siempre aparecía en medios de comunicación basada en rumorología y en «fuentes cercanas a la pareja».
Tanto Briney como Justin se mantuvieron unos meses alejados de los focos y Justin, que quería aniquilar su imagen de chico bueno de boy band y convertirse en un artista de R&B con entidad propia, ya se había juntado con los productores The Neptunes y Timbaland para la grabación de Justified.
Justified tuvo una promoción por todo lo alto: el hecho de que el líder de la banda más popular del momento sacase su primer álbum como solista generó altas expectativas dentro de la industria y la discográfica no escatimó en costes. Sin embargo, las cosas no salieron según los cálculos.
Septiembre y octubre de 2002: Like I Love You y Barbara Walters
Like I Love You fue la carta de presentación de Justified. Y el single fue un auténtico bluf que ni siquiera consiguió entrar en el top 10 de la lista Billboard Hot 100 (quedó en el número 11). Casi entrar en el top 10 de la lista de éxitos de Estados Unidos puede considerarse un triunfo para un artista revelación… pero no para el líder de la banda que ha vendido más de 50 millones de copias y cuya imagen cuelga de miles de habitaciones de adolescentes alrededor del mundo. Algo había que hacer. Y ese algo fue explotar la ruptura con Britney Spears.
¿Cómo empezar? Invitando a casa a la periodista Barbara Walters para el corte de 20/20 de ABC News, un espacio dedicado a entrevistas en profundidad a todo tipo de celebridades, artistas y políticos estadounidenses.
Justin recibió a Walters en su casa familiar de Memphis («un lugar que me pone especialmente nostálgico», comienza explicando el cantante) acompañado de su madre. «Con el próximo lanzamiento de su primer álbum en solitario, Justin ha vuelto aquí, con su familia y amigos… para alejarse de todo», narraba Walters antes de entrar en harina. Justin aparecía dando imagen de chico bueno, tierno, amante de su familia, amigo de sus amigos y vecino amable de su pueblo natal donde se preparaban «las mejores hamburguesas del mundo». Todo parecía orquestado para que el público que estuviera viendo el programa se preguntase «¿pero quién puede hacerle daño a este cachorrito?». Y la respuesta a ese quién no tardaría en llegar.
Tras una serie de imágenes de archivo de Mickey Mouse Club, donde Justin y Britney aparecen juntos, Timberlake comienza a hablar de su relación con la cantante. No llevan ni tres minutos de programa. Admite que se enamoró de ella nada más verla, con 12 años. «¿Le diste su primer beso?», pregunta Walters. Y Timberlake, con sonrisa tímida, responde «creo que sí, creo que yo le di su primer beso». Después de esto, y haciéndolo parecer inevitable, Walters pregunta a Justin sobre la ruptura, acontecida 5 meses atrás.
«Nuestros caminos se iban a separar», cuenta Justin, «así que me senté con ella y le dije ‘si alguna vez me necesitas, que sepas que siempre voy a estar aquí porque te quiero y siempre te querré’, pero también dije ‘digamos lo que digamos, la gente va a especular y me parecería horrible decir algo y que alguien lo malinterpretase, porque eso pasa todo el tiempo’ y le prometí que jamás diría específicamente por qué terminó nuestra relación». Walters entonces le pregunta por los rumores de infidelidad y Justin no los confirma… pero tampoco los niega: «Honestamente, no somos perfectos, yo no juzgo a nadie». El siguiente corte pasa a una escena de Justin Timberlake al piano cantando una canción mientras la voz de Walters explica «le pedí que tocase una canción de Justified, sin embargo, Justin prefirió tocar una canción desconocida con una letra muy interesante». Es decir, que Justin, teniendo la posibilidad de promocionar cualquier tema de Justified en un programa de máxima audiencia en Estados Unidos… decide no hacerlo. La canción se titulaba Terrible Woman y la letra decia ‘Creí que nuestro amor era muy fuerte / supongo que me equivoqué / pero veamos el lado positivo / al menos me has dado otra canción sobre una mujer horrible’. Muy sutil. En el mismo corte Timberlake asegura que ninguna canción de su Justified está dedicada a Britney. Volveremos sobre esto.
Por si el porno emocional del que estaba haciendo gala Justin era insuficiente, Walters le pregunta directamente a su madre qué pensó cuando su hijo, después de la ruptura, volvió a casa llorando y con el corazón roto. La madre responde que lloró con él y que le dijo «esto pasará». Walters entonces le pregunta si existe la posibilidad de que la pareja vuelva en un futuro y él responde que eso nunca se puede saber, pero que en estos momentos su único amor es el disco que está a punto de sacar. Breve corte al videoclip de Like I Love You y vuelta a Britney Spears. Esta vez, Walters ahonda en el tema de la virginidad de la artista, haciendo hincapié en las declaraciones que la cantante hizo sobre llegar virgen al matrimonio. «¿Mantuvisteis la promesa?». «Claro», responde Justin con ironía y empieza a reírse sin parar: «claro que sí».
Britney Spears respondió únicamente a este comentario del programa en una entrevista para W Magazine: «Solo me he acostado con una persona en toda mi vida. Fue después de dos años de relación con Justin y pensé que él era el hombre de mi vida. Por lo visto me equivoqué. No creí que iría al programa de Barbara Walters y me vendería de esa forma».
«¿Qué clase de mujer te gustaría presentar a tu madre?», pregunta Walters en los últimos minutos del programa. Y entonces, el que fuese Novio de América, luego Ex Novio Abandonado y ahora, probablemente, también Yerno del país, responde: «a alguien como ella».
La rentabilización de la ruptura había comenzado. Basta contar cuántas veces se mencionó a Britney en el programa y cuántas se mencionó Justified para comprobar de qué iba en realidad la entrevista.
Tras Barbara Walters como arranque oficial de la promo de Justified, Timberlake concedió numerosas entrevistas en prensa, radio y televisión. En una muy sonada entrevista en el programa de radio HOT 97, Justin bromeó sobre haberle practicado sexo oral a Britney. En ninguna de sus apariciones se negó a responder a preguntas sobre Britney y la ruptura. Existe un montaje en Youtube de todas las veces que Justin habló sobre Britney en esta época… y el vídeo dura más de 10 minutos.
Octubre de 2002: Britney se pone la camiseta de Dump Him
Como en estos momentos Britney era La Mala de la Película, un paseo por Londres con una camiseta en la que se leía Dump him (Déjale) se vio como un mensaje velado hacia la actriz Alyssa Milano, a quien se relacionaba en aquellos momentos con Justin. Sea verdad o no, no queríamos desaprovechar la ocasión de mostrar de nuevo esta imagen de Britney.
Diciembre de 2002: ¿ninguna canción trata sobre Britney?
Advertimos que volveríamos sobre esto. Justin aseguró en el programa de Barbara Walters que ninguna canción de Justified trataba sobre Britney. El disco estaba en plena promoción y tocaba sacar segundo single. La canción elegida para ello fue Cry Me a River, una canción que trata sobre (ejem) una ruptura que se produce porque (ejem) la chica de la canción comete una infidelidad y el chico de la canción la descubre. Una vez más, la cosa va de sutilezas.
Pero por si alguien sobre la faz de la tierra todavía no estaba al tanto de la ruptura más mediática del momento o, quizás, por si eran incapaces de advertir la temática de la canción a través de su letra, Justin todavía se guardaba un as en la manga: en el videoclip, donde Timberlake cumple una fantasía de venganza dejando en casa de su novia una película en la que se besa con otra mujer, aparece una doble de Britney Spears vestida con el clásico look dosmilero de la cantante: pantalón de talle bajo, chaqueta entallada y boina.
Justin concedió numerosas entrevistas para promocionar su nuevo single. En todas ellas le preguntaban por lo mismo. En todas ellas negó que la canción fuese sobre Britney en un tono que daba entender lo de todo el mundo pensaba: que sí iba sobre Britney. En este juego de no decir nunca las cosas claras, Justin fingió zanjar la polémica diciendo en un programa de la MTV: «la canción no va sobre ella, va sobre mí». Años más tarde el director del vídeo dijo que la idea era hacerlo todo sobre Britney.
Cuando le preguntaron a Britney qué pensaba de Cry Me a River, simplemente respondió: «Boys will be boys». Fuentes cercanas a la cantante revelaron que Britney dijo a amigos cercanos que Justin se había vendido a los tabloides porque su disco no estaba vendiendo tantas copias como se esperaban.
Ese mismo mes, Justin fue portada de Details Magazine, donde se burló de la decisión de Britney de hacer la película Crossroads.
2003: Britney y Madonna se besan en los VMA’S
Y ese beso se convierte en historia del pop. Al menos para todo el mundo salvo para Justin Timberlake quien dijo que la actuación no le impresionó lo más mínimo. Ajá: «no estaba enfadado, sino que no estaba impresionado, si vas a hacerlo, hazlo de verdad», prosiguió, «me hubiese gustado ver algo de lengua».
2006: Justin Timberlake vuelve a componer Cry Me a River
FutureSex/LoveSounds el segundo disco de Justin como solista, ya totalmente desvinculado de N Sync, vio la luz el 12 de septiembre de 2006. El artista se había tomado un descanso después de Justified porque sentía que estaba quemado y que había perdido «su propia voz». Cuando volvió su inspiración se reunió de nuevo con Timbaland –con quien ya había trabajado en su su disco anterior–, sin embargo, no tenían claro sobre cuál sería el sonido (ni el sentido) de este segundo álbum.
Timberlake declaró que para salir de aquel entuerto tomó como medida su primer disco y, para ello, empezaron a trabajar en la composición de una versión Cry Me a River: «No teníamos ninguna inspiración que no fuera Cry Me a River, y no en el sentido de imitar la pista, sino en lo que significaba. No había una idea concisa de cómo sería el nuevo tema, pues no se tenía claro cuál era el sonido de su álbum para guiarse», manifestó otro de los productores. Y así surgió uno de los primeros temas del nuevo disco What Goes Around… Comes Around (Lo que va…vuelve). Esta canción es mucho más ácida que Cry Me a River, con frases más punzantes y directas, aunque el sentido de la canción es el mismo: una mujer que traiciona a un hombre acostándose con otro hombre (ejem) y que se merece todo lo malo que le suceda.
La canción fue bautizada como «el nuevo Cry Me a River» por buena parte de la crítica. Y la letra hizo, de nuevo, pensar a todo el mundo en su historia con Britney Spears. Y ya vamos por el segundo disco.
2006-2007: Breakdown
Britney Spears empieza a verse con frecuencia en ambientes nocturnos con celebrities como Paris Hilton o Lindsay Lohan y la prensa comienza a especular sobre las adicciones de la cantante. Al mismo tiempo, su matrimonio con el bailarín Kevin Federline, con quien había tenido dos hijos, empieza a hacer aguas. Las salidas nocturnas de Britney fueron el inicio de la debacle que llevó a la cantante a protagonizar su famoso breakdown ese mismo año. Por desgracia, en aquellos tiempos ni los medios ni la opinión pública trataban con el respeto merecido un asunto tan serio como la salud mental, por lo que Britney fue el centro de las burlas y las críticas más salvajes después de aparecer en chándal, con la cabeza rapada y golpeando con un paraguas a un grupo de paparazzis. A Britney se la juzgó como mujer, como artista y como madre. Ese mismo año Britney pasó por el tumultoso divorcio de su marido donde llegó a perder temporalmente la custodia de su hijos. Ese año también, la cantante entró y salió y luego volvió a entrar en numerosas clínicas de desintoxicación, y también visitó a especialistas en psiquiatría. Finalmente, y gracias en parte a la intervención de su familia, Britney se rehabilitó por completo y pudo conseguir una custodia compartida para recuperar a sus hijos.
Pese a sus problemas personales, Britney lanzó a finales de 2007 su álbum Blackout. Porque it’s Britney, bitch.
2007 – Justin da un extraño discurso
El peor año de Britney fue uno de los mejores años para Justin. Con FutureSex/LoveSounds se le coronó como Príncipe del Pop y aquel año arrasé en las entregas de premios. En 2007 fue elegido como Mejor artista masculino en los prestigiosos Brit Awards, sin embargo, su discurso de recogida fue cuanto menos curioso. Mucha gente sigue opinando a día de hoy que estaba enviándole un mensaje a su ex: «Muchísimas gracias por esto. Estoy muy agradecido. Actualmente estoy en mitad del tour así que no he podido estar ahí. ¡Que tengáis todos una noche fantástica! Y dejad de beber. Sabéis a quienes me refiero. Estoy hablando contigo. ¡La revista OK! va a publicar algo malo sobre ti!».
2008 – Justin se mofa de Britney al presentar a Madonna
Justin fue el encargado de presentar a Madonna en la ceremonia Rock ‘n Roll Hall of Fame, para ello, no dudó en lanzarle otro mensaje a su ex, Britney: «el mundo siempre ha estado lleno de imitadoras de Madonna, es posible que yo haya salido con un par».
2009 – Justin vuelve a bromear sobre Britney
En un sketch de SNL, Justin Timberlake dice: «Al principio de los tiempos, él salió con una famosa cantante. Públicamente, dijeron ser vírgenes. Pero en privado… se la tiró». Breve recordatorio de que, en estos momentos, habían pasado diez años de su relación.
2013 – Justin llama a Britney «fulana»
«A veces, piensas que has encontrado a la mujer de tu vida. Luego resulta que tan solo era una fulana», dijo Justim Timberlake antes de tocar Cry Me a River en un concierto.
2016 – 2017: Piece of Me
Britney anuncia Britney: Piece Of Me, el espectáculo que tendrá como residente fija en Las Vegas.
2018 – Justin se mofa de los artistas que tienen residencia en Las Vegas
«Es un poco… cómo decirlo. Conmigo no funcionaría, ¿sabes? Siento que parece que te estás preparando para retirtarte, ¿sabes? Por alguna razón, es algo que a mí me daría mucho miedo«.
2018 – Justin saca un libro y no imaginarás lo que cuenta en él
En 2018, Justin sacó un libro titulado Hindsight: & All the Things I Can’t See in Front of Me, el libro no es una autobiografía, sino posiblemente una estrategia de márketing para el uso y disfrute de sus mayores fans. Un compendio de fotografías acompañadas de textos del cantante donde habla sobre su carrera, sobre la música y sobre su inspiración. Sin embargo, un álbum de recortes no es algo que se pueda publicitar fácilmente, así que la mejor estrategia de promoción fue… volver a hablar de Britney. En concreto, del momento de composición de Cry Me a River… la que a estas alturas parece la única canción del cantante.
«Me despreciaron. Y yo me cabreé», escribe el artista sobre una ruptura adolescente sucedida hace 17 años, «escribí Cry Me a River en dos horas. Ni siquiera lo planeé. Los sentimientos que tenía en aquellos momentos eran tan fuertes que necesitaba escribirlos y poner mis sentimientos en algo que la gente pudiera escuchar y, con un poco de suerte, sentirse reflejados. La gente me escuchó y me entendió, porque todos hemos estado ahí».
Actualidad: but oh, did our souls know how to dance…
No parece probable que el mensaje que Britney escribió en Instagram estuviese dedicado a Justin Timberlake.
Mientras que Britney Spears apenas ha mencionado a Justin Timberlake después de su ruptura, Justin la ha rentabilizado siempre que ha tenido ocasión. A veces coincidiendo con momentos en los que necesitaba darle un impulso a su carrera –como sucedió con la Era Justified, donde asentó la narrativa de la que sigue bebiendo a día de hoy –, otras veces, con la mera intención de hacer leña del árbol caído –como sus declaraciones después del breakdown de Britney.
¿Estrategia de márketing? ¿Realmente Justin Timberlake, convertido por fin en la estrella con entidad propia que anhelaba ser desde sus tiempos en N Sync, sigue necesitando tirar de Britney para promocionar cada paso que da en su carrera? ¿Despecho sostenido? ¿Cuánto rencor puede acumular una persona después de 20 años?
No cabe duda de que Justin Timberlake es toda una superestrella, pero quizás nunca ha conseguido (ni conseguirá) tener tantas cámaras persiguiendo sus movimientos como en el tiempo que estuvo con Britney Spears. Y es que eran otros tiempos. Cuando las estrellas de Los Ángeles no tenían que competir con las estrellas de la nube de Instagram y cuando la industria musical era tan fuerte que los artistas todavía vivían de sacar discos y no de dar conciertos. Cuando los famosos eran omnipresentes en la tele, la radio y las carpetas y sus caras aparecían constantemente en la MTV. Y de la MTV al cielo. Quizás Justin Timberlake sea, a su modo, una víctima. Un perfeccionista con la presión de ser una superestrella que no quería estar ni a la sombra de una boy band ni de una princesa del pop, sino superarlos.
Y si imaginamos una suerte de Olimpo del pop pensaremos seguramente en los reyes: en Michael Jackson sentado al lado de Madonna. En Christina Aguilera haciendo el dirty. En las Spice Girls subiendo las escaleras del hotel de St. Pancrass o en los Backstreet Boys sacados de una película de terror.En Kylie con el mono blanco. En Beyoncé con el vestido naranja y fucsia de Crazy In Love y en Lady Gaga vestida como un monstruito. En Taylor Swift shakeando o en Miley Cyrus twerkeando. Y, por supuesto, cerquita de Madonna pensaremos en Britney. En la Britney con su uniforme escolar o con su mono rojo o con sus pantalones de cintura baja y su pelo sucio o simplemente apareciendo por sorpresa y pronunciando el emblemático it’s Britney, bitch. ¿Qué llevaba puesto exactamente Justin Timberlake en Cry Me a River? ¿De qué iba el videoclip de Like I Love You? ¿Puede la gente de todo el mundo reconocer al instante los primeros acordes de What Goes Around… Comes Around como reconocería los de Oops I did it again? ¿En ese Olimpo… dónde se sentaría Justin Timberlake?
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