Natalia Dyer, de Stranger Things: “No creo que hubiera podido soportar ser adolescente y tener exposición en redes”
Natalia Dyer ha aprendido a lidiar con ser parte de un fenómeno como ‘Stranger Things’. Ahora mira a un futuro sin escribir.
En las distancias cortas, Natalia Dyer (Nashville, 27 años) no es muy distinta de Nancy Wheeler, el personaje de Stranger Things que la catapultó a la fama hace seis años. Aunque no luce su cardado dice que, como ella, es reflexiva y obstinada. La serie creada por los hermanos Duffer la pilló estudiando en la universidad, en Nueva York. Fantaseaba con ser periodista, y ahora da una entrevista tras otra sin perder la sonrisa. Cuenta que ha tenido que aprender a encontrar el equilibrio entre ser una figura pública y proteger su vida privada; para ella, ese ha sido el mayor reto de la fama. Con 14 años, cuando estaba en el instituto, debutó en la gran pantalla, con un papel en Hannah Montana: La película. Fue encadenando pequeños proyectos, pero en 2016 su carrera dio un giro gracias al fenómeno global en el que se convirtió la serie de Netflix Stranger Things. Esta ficción sobrenatural ochentera recuperó la nostalgia de películas como Los Goonies y Nancy Wheeler, el personaje al que da vida Dyer, se convirtió en el referente de la hermana mayor, la popular del instituto. La actriz conoció a Charlie Heaton, su pareja, en el set. Precisamente ha viajado a Madrid con él para hablar de la cuarta temporada de la serie, que acabará con una quinta entrega aún sin fecha de estreno. “A lo mejor vamos a un espectáculo de flamenco, pero en realidad no tenemos planes”, comenta en un susurro.
¿Cómo ha cambiado su vida en estos seis años?
Es difícil conceptualizar lo que mi vida sería sin esta serie. Está el asunto de la fama que implica formar parte de un fenómeno así, que afecta a tu vida diaria. Cuando empezó no imaginaba que la gente me iba a parar por la calle. Para mí ha sido un viaje de establecer límites, he tenido que aprender a manejarlo.
Proteger su privacidad, diferenciarla de la parte pública.
He pensado mucho en eso, en lo que quiero lograr y cómo hacerlo. Cuando me eligieron en el casting estaba en la universidad, explorando lo que quería hacer. Me encantaba la interpretación, pero pensaba que tenía que investigar otras cosas. Entonces llegó la serie y dejé todo eso de lado. Stranger Things me confirmó que si disfrutas de ello no hay nada mejor que estar en el set, crear personajes y hacer algo que otra gente pueda disfrutar viendo.
En la serie está en el periódico del instituto, y ser periodista era uno de sus planes… ¿Volvería a la universidad para ello?
No sé… En realidad me encanta escribir. Iba a la New York University, que es un centro interdisciplinar. Me gusta esa forma transversal de estudiar, puedes aprender desde diferentes puntos de vista y probar muchas cosas distintas. Me gusta el mundo académico, leer, escribir y formar parte de nuevas conversaciones. Volver es una posibilidad, me veo sacando algo de tiempo en el futuro para estudiar algo más… Pero la belleza de este trabajo es que todo lo que haces fuera de él influye en tu actuación.
Dice que le apasiona escribir, y hay muchas actrices que exploran esa faceta de crear guiones, como Greta Gerwig, o se vuelcan en la dirección o la producción, como Olivia Wilde o Margot Robbie. ¿Cómo está cambiando el papel de las mujeres en la industria tras el movimiento Time’s Up?
Hace poco vi un documental, This Changes Everything [Esto lo cambia todo], en el que salen muchas mujeres de la industria hablando sobre esto. Es increíblemente inspirador ver a esas actrices que toman el mando, porque lograr un papel femenino bien escrito no siempre es posible. Hoy en día empezamos a ver más, pero también creo que se debe a que tenemos a todas estas mujeres que están plantándose y diciendo estas son las historias que queremos contar, así es como queremos contarlas. Creo que hemos tenido muchísima perspectiva masculina sobre personajes femeninos, especialmente en el pasado. Aplaudo y admiro a estas mujeres que dicen vamos a hacernos cargo.
Hizo sus primeros papeles siendo adolescente. ¿Qué consejos les ha dado a sus colegas más jóvenes de la serie, como Millie Bobby Brown o Finn Wolfhard, que han crecido ante las cámaras estos años?
Me encanta pensar que he podido ofrecerles algún tipo de sabio consejo a lo largo de estos años, pero veo que ellos están creciendo en un momento totalmente distinto al que yo viví, con los smartphones, las redes sociales… Están ante el ojo público, la digitalización del mundo actual era algo de lo que yo no tenía que preocuparme cuando empecé. Así que no puedo pretender que entiendo lo que significa para ellos crecer como actores teniendo tanta visibilidad en esta época, simplemente trato de apoyarlos. Les felicito por mantenerse centrados y saber quiénes son. Pero no envidio su experiencia. ¡Ser un adolescente y tener tanta exposición! No creo que hubiera podido soportarlo. Soy muy frágil para eso.
No utiliza mucho las redes. ¿Le gustaría no contar con esa presión de lo instantáneo en su profesión?
Es algo que me atrae, desde luego. Esta serie en particular tiene una gran base de fans, solo puedo estar agradecida por su pasión, su dedicación, su consideración. Pero a veces resulta un poco abrumador que la gente ame tanto la serie y, de alguna forma, te gustaría desconectarte de todo eso. Soy una persona muy reservada con mi vida personal. A veces me planteo cómo la gran visibilidad de los actores en general hace que se pierda el misterio. A mí me gusta que haya misterio alrededor de los actores, que no lo sepas todo sobre ellos y así cuando los ves actuar no te viene a la mente esa foto que han colgado de ellos desayunando.
¿Qué tiene en común con su personaje, Nancy Wheeler?
Creo que nos parecemos bastante. En el instituto yo era muy callada, centrada en los estudios y conforme crecía tenía más confianza en mí misma. Como ella, necesito saber bien de lo que hablo antes de pronunciarme, las dos podemos ser bastante obstinadas… Después de tantos años, a veces queda difuminado qué es Nancy y qué soy yo. Pero creo que ella es más cool.
¿Prefiere la moda de aquella época?
Umm, Nancy y yo no tenemos un gusto similar en moda, somos muy diferentes. Lo bueno de la moda actual es que hay muchas referencias de otras épocas, los ochenta, los noventa, el Y2K… A veces me pregunto ¿cómo podían llevar eso? Y ahora lo veo en todas partes. Desde niña me gustaba disfrazarme, llevar una corona de plástico para ir a hacer la compra, el poder transformador de un estilismo. Para crear personajes es muy importante, me parece que la moda dice mucho de la personalidad.
¿Cómo imagina ahora su carrera, cuando acabe Stranger Things? ¿Se ve trabajando de nuevo con Charlie Heaton?
No lo sé, no sueles poder trabajar con los mismos actores una y otra vez. Desde luego, me encantaría volver a trabajar con él, con cualquier persona de esta serie. Es agradable coincidir con gente con la que compartes una historia y sientes comodidad para jugar y explorar. Pero en general es muy duro predecir qué ocurrirá. Este trabajo se hace día a día.
¿Será un nuevo comienzo?
Veremos qué pasa. Es emocionante, pero realmente no le he dado muchas vueltas. Me da miedo pensar en ello.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.