Vanesa Lorenzo: «Ser madre te enseña a optimizar mucho más el tiempo»
La modelo española es una de las embajadoras, junto a Andrea Duro y Patry Jordán, de la nueva marca de ropa deportiva Dash and Stars.
Vanesa Lorenzo (Barcelona, 45 años) es una de las modelos patrias por excelencia. A los 18 años se mudaba a París y se convertía en imagen de Pepe Jeans el mismo día que aterrizaba en la capital francesa. Sin embargo, a pesar de que no le faltaba trabajo, reconoce que fue una época difícil a nivel personal. “Lo pasé francamente mal. Hay que tener en cuenta que en aquella época no teníamos móviles, y aunque llamaba a mi madre todas las noches desde una cabina, sentía mucha soledad. Pero a nivel laboral me iba muy bien, y eso me hacía continuar”. Dos años después, se trasladaba a Nueva York, donde desarrolló la mayor parte de su carrera, trabajando con algunas de las firmas más prestigiosas del sector. Ahora, es una de las embajadoras —junto a la actriz Andrea Duro y influencer Patry Jordán— de Dash and Stars, una nueva marca de moda sostenible que nace con el objetivo de acompañar a las mujeres en la práctica deportiva. “Este proyecto busca motivar a las mujeres a cuidarse, y esa búsqueda del bienestar tiene mucho que ver con mi filosofía de vida, pero no solo por eso, también por todo lo que hay detrás del producto, por ese compromiso con la sostenibilidad y con hacer las cosas mejor”, cuenta Lorenzo. Y es que el nuevo proyecto del grupo Tendam va mucho más allá de una simple marca de ropa deportiva. Sus prendas están fabricadas con tejidos técnicos reciclados, orgánicos y respetuosos con el medio ambiente. Una apuesta que demuestra que funcionalidad, estilo y sostenibilidad pueden ir de la mano. “La ropa tiene mucha importancia a la hora de practicar deporte. Por un lado, la parte técnica tiene que estar resuelta, pero no por ello hay que renunciar a la estética”. La modelo sabe bien de lo que habla, ya que lleva más de 20 años practicando yoga, una disciplina que descubrió durante sus primeros años en Nueva York. “Cuando empecé me motivaba un objetivo mucho más superficial. Pero, con el paso de los años, mi práctica y mi relación con el yoga es muy distinta. Forma parte de la manera en la que me enfrento al mundo”.
Reconoce que la maternidad cambió su vida por completo. “Por mi trabajo, llevaba unas dinámicas de vida nómada, y esa vida era incompatible con tener hijos. Tuve que dar un giro muy grande, pero son renuncias que haces convencida. Yo parto del privilegio de haber podido renunciar a ciertas cosas y quedarme en España. Tuve que establecer unas rutinas que nunca había tenido, pero te vas adaptando, y todavía sigo aprendiendo. Ser madre me ha enseñado a optimizar mucho más el tiempo”.
No contenta con centrarse únicamente en su trabajo como modelo, decidió retomar sus estudios a los 30 años y formarse en Diseño de moda. “Quería encontrar herramientas para expresar mi mundo creativo. Hacerlo a una edad adulta me aportó mucho. Estás tan convencida e interesada en lo que estás haciendo que lo disfrutas mucho más”, cuenta. Emprendió su carrera como diseñadora con su propia firma homónima, con la que presentó hasta seis colecciones. Ahora, se encuentra inmersa en un proyecto sostenible junto a la marca de moda infantil The Animals Observatory, con la que ya colaboró en una colección cápsula en 2015. “Tenemos unos valores éticos que son inamovibles para la empresa. Ahora, estamos desarrollando un laboratorio de sostenibilidad para lanzar una colección familiar, y estoy involucrada tanto en el diseño como en la dirección creativa”. Considera que el panorama actual de la moda es muy diferente a cuando empezó. “El hecho de que hayan muchas más plataformas en las que comunicar la moda, por una parte, es muy interesante, pero, por otra, hace que muchos de los contenidos no tengan tanta calidad. Los presupuestos hay que desgranarlos, es imposible que tengan el mismo nivel de creatividad que cuando iba todo destinado a una única campaña”.
Además de modelo y diseñadora, es autora de dos libros, Yoga, un estilo de vida y Crecer juntos, en los que habla del yoga, la maternidad y de uno de los pilares en los que se apoya para educar a sus hijos, la disciplina positiva, un método educativo que se basa en el respeto y la comunicación. “Es una filosofía que entiende que el ser humano tiene que formar parte de un grupo en el que es útil. Eso cambia por completo la forma en la que te relacionas con tus hijos, porque construyes una comunicación en la que se respeta al niño, al adulto y al entorno. Venimos de una educación mucho más jerárquica, pero los tiempos han cambiado y este método aporta las herramientas para que se enfrenten a un futuro en el que van a tener que tomar decisiones por ellos mismos. Sitúa al niño en un escenario en el que contemplas sus necesidades y también le haces partícipe de que entienda las tuyas”, explica la modelo.
Confiesa que, como el reto de los mortales, tiene inseguridades, pero que con el paso del tiempo se han ido disipando. “Aunque son las mismas, ya no les doy tanta importancia. Me da menos miedo mostrar mis debilidades y lo que piense la gente. Creo que eso te lo va dando la edad. Es curioso, porque dices ‘ya no tengo la piel que tenía antes, pero tengo menos inseguridades”. Aún así, reconoce que le preocupa el paso del tiempo, en todos los sentidos. “En la parte superficial y en cuanto a la salud y a perder fortaleza. El yoga me ha ayudado mucho a aceptar que las cosas van a cambiar, a asumir que físicamente vas a cambiar, pero creo que lo más importante es la salud. Si te encuentras bien, aceptas mucho mejor los cambios que traiga el paso el del tiempo”.
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