Nuevos tiempos para las coloridas propuestas de La Veste, la firma de Blanca Miró y María de la Orden

El universo de La Veste podría resumirse como un cóctel de referencias nostálgicas con mucho color y pequeños detalles que suben el listón de los estilismos, donde cada prenda está pensada para destacar en este momento en que las tendencias uniforman hasta el aburrimiento nuestras vidas. La firma de moda española, fundada en 2018 por las diseñadoras y emprendedoras Blanca Miró y María de la Orden, acaba de subir dos peldaños en la disputada escalinata de la moda, abriendo su primera tienda en París y lanzando una colección de bolsos de piel. Todo su universo creativo va cargado de reminiscencias del pasado, pero llevadas al momento actual, donde dar un twist a lo más clásico puede ser una forma elegante de destacar.

Después de años en que la marca solo se podía comprar en el canal online o en tiendas multimarca, un escalón fundamental para La Veste ha sido abrir su propia tienda, inaugurada el mes de enero en el número 4 de Rue de Tournon, muy cerca de los Jardines de Luxemburgo. Diseñada por el estudio Quintana Partners, con quien comparten referencias, el interiorismo rezuma por los cuatro costados el imaginario vintage de la firma, que sus fundadoras definen como alegre, original y atrevida, y basa sus diseños en recuperar el encanto de la vestimenta ocurrente de los años sesenta y setenta, pero también alguna pincelada de la elegancia atemporal de los cincuenta y el desenfado de los ochenta.

Un sofá blanco con formas redondeadas, una butaca de terciopelo, lámparas vintage, muebles de madera clásicos o moquetas y alfombras por doquier son algunos de los elementos que dan calidez a este comercio y podrían estar perfectamente en el salón de alguna de las dos fundadoras. Mucho contraste de colores y elementos decorativos que parecen escogidos del mejor mercadillo de antigüedades complementan el interiorismo de una tienda que es la extensión estilística de sus prendas. En sus perchas destacan los iconos de la firma, como los pantalones Pippi, de tiro alto, pernera ancha y muchas rayas de colores; además de las blusas School, de cuadros vichy y con coquetos cuellos bobo o las chaquetas que dan nombre a la firma (veste en francés), de terciopelo y con detalles de cordones.

Aunque tienen un equipo creativo, las dos fundadoras están plenamente involucradas en el diseño. “Nos encanta mezclar referencias, buscar tejidos, jugar con colores y experimentar con nuevas formas”, cuentan, ensalzando que las prendas recogen su “visión personal” y sus “experiencias cotidianas”. Así ha sido también en el lanzamiento de la nueva colección de bolsos, el segundo escalón que suben en poco tiempo para seguir definiendo el paradigma de La Veste. De momento han sacado un único modelo, de estilo bombonera, con muchos bolsillos exteriores y en piel de dos colores, marrón oscuro y burdeos. No le falta el detalle del forro interior con la tela de rayas que ya es insignia de la firma.

Además de ropa para mujer, La Veste también tiene una línea de prendas para el hogar, que incluye desde pijamas y batines hasta diferentes tipos de mantelería. Además, se ha caracterizado desde el principio por sus ganas de jugar a colaborar con otras marcas, como la firma parisina de calzado Carel. “Nos gusta hacer cosas inesperadas, ya sea con grandes marcas o proyectos más pequeños. Lo importante es que cada colaboración tenga sentido con nuestra identidad”, apostillan.

De hecho, su ilusión desde el principio ha sido “construir un estilo de vida alrededor de La Veste”, manifiestan sus fundadoras, que no dudaron en crear este proyecto juntas hace seis años cuando descubrieron su sintonía a la hora de vestir y vivir. Ellas son las mejores embajadoras de la marca a través de sus redes sociales, donde entre ambas tienen prácticamente un millón de seguidores. En estos años, se han hecho un hueco en el mercado de la moda con una propuesta de marcada identidad, que esquiva las tendencias más comerciales. “Nuestro objetivo es ofrecer prendas versátiles, que permitan destacar en cualquier momento”.

Más allá de la ropa, La Veste ha ido creando poco a poco todo un imaginario de marca, que es fácilmente reconocible en cada paso que dan. “Queremos que cada prenda o accesorio sea una pequeña obra de arte y que nuestras clientas puedan llevar ese espíritu más allá del vestuario: en su casa, en los complementos y quién sabe qué más en el futuro. Nos encanta la idea de construir un estilo de vida alrededor de La Veste”, avanzan. Aunque todavía no le han puesto destino ni fecha a la próxima apertura, sí que admiten que ya andan explorando opciones y que les gustaría seguir creciendo en Europa y Estados Unidos, ya que son sus principales mercados. Lo que está claro es que han conseguido lo más importante para una firma, una clara identidad. Una prenda de La Veste no pasa inadvertida.