'Comprar' un niño por 2.000 pesetas en África Occidental
La compra-venta de niños es una práctica común en África Occidental, según denuncian varias organizaciones humanitarias
En algunas comunidades pobres de Benin y Togo, los padres venden a sus niños por entre 15 y 20 dólares (entre 2.000 y 3.600 pesetas) a agentes de colocación que prometen educarlos y conseguirles empleo en otros países de Africa Occidental.
Esta mano de obra barata es empleada por patrones sin escrúpulos en plantaciones de cacao y café o como trabajadores domésticos en Gabón, Camerún, Nigeria y Costa de Marfil. En su mayoría, estos empleos no son más que una esclavitud encubierta ya que los menores que al principio reciben un mínimo salario del que se les descuenta la comida y el alojamiento, terminan trabajando sin pago alguno, según ha denunciado reiteradamente Unicef.
A pesar de los esfuerzos internacionales para poner fin a esta práctica, el tráfico de niños esclavos continúa en Africa Occidental y central, según señala Unicef, que recalca que los menores trabajan en jornadas de hasta 12 horas diarias y en muchos casos son sometidos a abusos físicos y sexuales por su patrones.
Lo grave, según el delegado general del Comité contra la Esclavitud Moderna (CCEM), Marc Beziat, es que el comercio de niños en la región crece de manera "exponencial". "El número de niños interceptados en la frontera de Benin hacia Costa de Marfil, Gabón o Nigeria ha pasado de 117 en 1995 a 1.058 en 1998. La cantidad superaba los 700 en 1999 y 2000. Hay que decir que la policía funciona allí con un cuatro latas y un litro de gasolina mensual", ha explicado Beziat. "Existen varios cientos de puntos de paso posibles que aprovechan los traficantes", ha añadido.
Jean-Philippe Chauzy, de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), con sede en Ginebra, ha coincidido con la denuncia hecha por Unicef y el CEM. "Se les lleva especialmente a trabajar en los países vecinos, en las explotaciones de café y de cacao", ha confirmado.
Según Beziat, que ha participado en varias misiones en Benín, la media de edad de los niños esclavos oscila entre los nueve o diez y los 18 años. "No obstante", ha precisado, "desgraciadamente se encuentran niños aún más pequeños, de cuatro o cinco años de edad, en cantidades menores".
Los especialistas creen que los menores son víctimas de traficantes o de intermediarios que trabajan para filiales locales o internacionales. "Los intermediarios hablan el dialecto y dan sensación de tranquilidad. Llegan a las familias bien vestidos, con muestras de riqueza, y proponen a los padres sin recursos darles una oportunidad a sus hijos. A veces se intercambia dinero, como adelanto a futuros salarios", detalla el responsable del CCEM, que añade que "la mayoría de los niños no tocan nunca el dinero".
Africa Occidental es, culturalmente, según este experto, un terreno abonado para el tráfico de niños. "Hay tradición de colocar a los niño en casa de un miembro destacado de la comunidad para su educación. Pero las condiciones socio-económicas están enormemente deterioradas, por lo que su colocación no es educativa, pero sí económica", explica.
Del total de 600.000 mujeres y niños que son objeto del tráfico de esclavos en el mundo, según la OIM, miles de ellos se encuentran en esta región. Benin es a la vez país de paso y proveedor. "Las hijas son destinadas a la labor doméstica o a la prostitución", explica Marc Beziat, que denuncia que "hay ventas informales (de esclavos) en los mercados".
Las autoridades migratorias de Benin impiden anualmente la salida por mar de cientos de menores que son llevados a trabajar en el exterior, pero, según fuentes oficiales, ese número es sólo una mínima parte de la cifra total que cruza de manera ilegal la extensa frontera del país con Nigeria.
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