Cáritas pide un FROB para rescatar personas desahuciadas
La ONG católica ha atendido este año a 55.000 personas, el 10% más que en 2009
Entre los colectivos más afectados por la crisis, los hay mucho más vulnerables: los niños, por ejemplo. Los hijos de las familias sin recursos, la mayoría de ellas desahuciadas por el impago de hipotecas, aparecen en el primer puesto de la amarga lista de las ayudas que concede Cáritas. Este año, la ONG de la iglesia católica, ha atendido en Barcelona a más de 55.000 personas, un 10% más que en 2009. Y las expectativas para el próximo ejercicio, cuando concluyan algunos subsidios públicos, son peores todavía. La pobreza severa y el riesgo de exclusión, lejos de disminuir, amenaza con aumentar y volverse crónica, y las desigualdades sociales tienden a ensancharse.
Cáritas destinó, hasta el pasado 30 de noviembre, nada menos que 1,9 millones de euros en ayudas directas a familias. El 62% de esta cantidad se destinó a gastos relacionados con la vivienda, tanto para sufragar el alquiler, como para poder hacer frente a la renta de la habitación del conocido piso patera, donde se hacinan familias enteras.
Este adverso entorno es, en palabras del director de Cáritas, Jordi Roglà, altamente perjudicial para el desarrollo y educación de los niños. "A menudo, las causas del fracaso escolar hay que buscarlas en las condiciones económicas de las familias, que no pueden ofrecer a sus hijos un espacio adecuado para estudiar ni una vivienda digna", lamenta.
Nuevos 'necesitados'
Los nuevos necesitados que aterrizan en Cáritas en busca de ayudas son, en su mayoría, personas en paro -principalmente españoles- que han perdido un techo por culpa de la hipoteca y, a veces, tienen que recurrir a los realquileres de habitaciones e incluso a la acogida por parte de familiares o amigos.
De ahí, que la organización ha reclamado de la Administración un FROP para los "afectados de la banca". "Es necesario un fondo de rescate para los damnificados de las deudas con los bancos. No se puede rescatar solo a las entidades financieras, porque en este tema hay dos actores, el que concede el crédito y el que lo recibe. Estos últimos son, lamentablemente, los que no pueden hacer frente al pago de la hipoteca, las personas más vulnerables e inexpertas", comenta Roglà.
Càáritas teme que algunas impopulares medidas del Gobierno, como la congelación de las pensiones, el aumento del IVA o la desaparición de la prestación de 426 euros perjudicará de forma notable no solo a los grupos más desfavorecidos sino que creará nuevos necesitados: "Estas medidas", denuncia, son moralmente inadmisibles, éticamente incorrectas y socialmente injustas.
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