“Es un disparate tardar dos años en aprobar un fármaco”
Camino del Congreso Europeo de Cáncer de Ámsterdam, Josep Baselga (Barcelona, 1959), jefe de Oncología del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (Nueva York), hace una parada en Madrid para presentar el everolimus, un fármaco al que la compañía que lo ha creado, Novartis, no ha dudado en llamar “el mayor avance en cáncer de mama en 15 años”. Baselga sonríe ante la frase, pero admite que tras el herceptin, que él desarrolló, es el mayor avance, “porque da 11 meses de vida antes de la quimioterapia a las mujeres con metástasis, que son los peores casos”. “Es un cambio de paradigma. El cáncer va buscando vías. Con los fármacos actuales se bloqueaba el receptor de los que son hormonodependientes, pero entonces el tumor buscaba otras salidas. Con el everolimus le cerramos otra, la de la proteína m-TOR”, explica de una manera muy resumida.
El medicamento está disponible en EE UU desde hace dos años. “Lo normal es que en España hubiera estado en seis meses o un año”, dice el oncólogo. “Es un disparate tardar dos años en aprobarlo”. El cáncer de mama afecta a 20.000 mujeres cada año en España, de las que un 70% se curan. Es para un grupo del resto para las que este tratamiento puede ser beneficioso.
El retraso en su aprobación lleva a la primera noticia que ha llegado del congreso de Ámsterdam, la que relaciona gasto con curación. De hecho, everolimus estaba en la lista de los medicamentos que los oncólogos españoles reclamaban al Ministerio de Sanidad que aprobara, pero cuestiones como su precio lo han retrasado. “En el Memorial eso lo tenemos supercomprobado. A más dinero, más curas. Nosotros somos los que damos las quimioterapias más caras, pero es un gasto puntual. A la larga, lo que importa es curar a las personas. Si no, lo que se tiene es a una mujer que va recibiendo quimioterapia tras quimioterapia, y eso resulta más caro. Hay que hacer estudios serios de rentabilidad”, afirma tajante. “Porque por no dar una medicación no ahorras; sigues intentando tratar a la mujer, pero con productos que no son eficaces”. Y ello sin contar los años de discapacidad o de la peor de todas, la que se produce cuando hay un fallecimiento.
“Esa es la diferencia entre las dos orillas del Atlántico. Ahí, cuando algo parece que funciona, se acelera la probación, te llaman para que expongas el caso y, si lo demuestras, se aprueba”, dice Baselga, y explica que eso le acaba de pasar con la combinación herceptin/pertuzumab.
Con ese retraso desde que un fármaco se aprueba hasta que llega a España, a Baselga casi el asunto le suena a historia antigua. Porque él ya está a otras cosas. “Lo que tenemos hasta ahora es un tratamiento que bloquea el receptor tumoral, el de primera línea, y este nuevo que actúa sobre un activador. Pero no es lo definitivo. El cáncer mutará y buscará nuevas vías, otra manera de activarse”, afirma. El objetivo, por tanto, pasa por darle otra vuelta a la oncología, No actuar poniendo parches, cerrando las vías una a una. “La solución no es bloquear al receptor de los estrógenos. Es cargárselo. Y ya estamos trabajando en ello”.
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