Portugal | La Iglesia reconoce menos de cinco casos de abusos en este siglo
Dos sacerdotes han sido condenados a prisión incondicional, de los que uno huyó a Brasil
En la Iglesia católica portuguesa los abusos sexuales con menores no existen (casi) ni han existido (casi) en este siglo. Los tribunales eclesiásticos del país investigaron una decena de denuncias y desecharon más de la mitad, según el portavoz de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), Manuel Barbosa.
Así llega cada país a la cumbre
El tratamiento de la cuestión de la pederastia en cada conferencia episcopal es muy desigual. Pinche aquí para conocer la magnitud del problema y cómo lo han abordado en una veintena de países
El consejo permanente de la CEP se reunió en Fátima el pasado día 12 para preparar la cumbre de Roma sobre los abusos sexuales en la Iglesia Católica. Por parte portuguesa asistirá a la cumbre del día 21 el cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente. Al final de la reunión, el portavoz explicó las conclusiones de las investigaciones llevadas por la misma Conferencia Episcopal desde el año 2001.
Más de la mitad de esa decena de denuncias fueron archivadas porque la propia investigación de la Iglesia consideró que no tenían fundamento y ni siquiera se comunicaron a las autoridades civiles. “Los tribunales eclesiásticos son jueces con competencia técnica”, añadió el portavoz. “En ciertos casos la justicia canónica es más severa que la justicia de la ley civil. Las normas no dicen que se deba comunicar a la policía”.
La Iglesia portuguesa no va a abrir ninguna investigación nacional sobre los abusos sexuales, a no ser que el Vaticano se lo ordene. Tampoco el cardenal patriarca se ha reunido con las víctimas de esos casos, tal y como recomendó el papa Francisco. “Los obispos continúan con disponibilidad activa para escuchar a las presuntas víctimas de los abusos sexuales”, añadió Barbosa, pero la iniciativa no va a partir de los obispos.
Aunque no dio números concretos, de los casos juzgados en los últimos años se desprende que al menos hay nueve víctimas de abusos sexuales por parte de cuatro sacerdotes portugueses que fueron condenados en la justicia civil en diferentes grados. De ellos, solo dos fueron condenados a prisión efectiva, y uno de ellos se encuentra huido en Brasil.
Barbosa reconoció que no se puedan descartar más casos, ni que haya podido haber fallos en la investigación o en el tratamiento de las denuncias, pero lanzó piedras a otros tejados: “Aparte de la Iglesia, me pregunto si hay otras instituciones que hayan llevado este tema tan en serio”.
En respuesta a las recomendaciones del Vaticano, desde el pasado junio los jesuitas portugueses disponen de un manual de prevención y combate de la pedofilia. El llamado Sistema de protección y cuidado de menores y adultos vulnerables, destinado a cuantos trabajan en centros de la compañía –sacerdotes o no– obliga a denunciar al Ministerio Público o a la Policía cualquier situación de peligro.
El manual alerta de comportamientos que puedan inducir a pensar que algún niño ha sufrido abusos sexuales, como dibujos y juegos sexualizados, dormir con la ropa del día, no asearse, depresión, automutilaciones o desórdenes alimenticios.
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