La falta de mascarillas y respiradores pone en tensión a los hospitales españoles
El Gobierno busca dónde comprar material sanitario ante el desabastecimiento mundial por el coronavirus
“En los hospitales con un volumen grande de pacientes estamos cerca del desabastecimiento”. Lo dice un jefe de servicio de un gran hospital madrileño, que pide anonimato. En los centros empiezan a racionarse los equipos de protección individual (EPI) ante la previsión de que en cuestión de días puedan acabarse mascarillas, guantes y batas. “Los respiradores son un problema también”, asegura esta fuente. Las unidades de cuidados intensivos (UCI) se están preparando para verse desbordadas y tener que extenderse a otras áreas del hospital donde hay camas pero no respiradores para tratar a los pacientes afectados por coronavirus, que cuando se agravan no pueden respirar por sí mismos. “Es un problema de Madrid, de España y del resto del mundo: hay falta de existencias”, añade.
No es una cuestión de dinero ni de falta de voluntad. Es que no hay a quién comprar. Ya no son los hospitales ni las comunidades quienes tratan de abastecerse: lo está gestionando directamente el Ministerio de Sanidad a través de Ingesa, el instituto público que gestiona la prestación sanitaria en Ceuta y Melilla y que se encarga también de comprar medicamentos y productos sanitarios de forma centralizada. Ante la presión de las comunidades —Madrid escribió una carta a Salvador Illa alertando de la situación “gravísima” de falta de material— Sanidad inició este miércoles el reparto de 410.000 mascarillas, 310.000 de ellas para la Comunidad de Madrid, y anunció que hay otras 500.000 en camino. Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguran que “no va a haber desabastecimiento porque se van a hacer todas las compras necesarias”.
Una de las mayores distribuidoras de material asegura que llevan días al habla con el ministerio para buscar soluciones. “Nos han pedido dejar a la industria de lado y así lo hemos hecho”, asegura una fuente de la empresa. Se refiere a los equipos de protección que se usan en plantas químicas o automovilísticas, por ejemplo. Sanidad les ha pedido que todo el stock se derive hacia la sanidad. Para ello, los expertos que están coordinando la crisis analizan cómo convertir esos EPI en productos sanitarios para que pasen los controles de salud laboral y puedan ser usados en los hospitales. Se ha valorado también, indican las fuentes consultadas, redistribuir equipos de protección desde las áreas menos afectadas a las más afectadas.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, alertó el miércoles de que “el riesgo de desabastecimiento podría ser inminente en los próximos dos o tres días”. Añadió que los envíos a las comunidades “van a solucionar el problema durante un periodo de tiempo, unos días, una semana o 15 días”, pero que hay que seguir buscando material. “A nivel global la producción está limitada y todos los países están aprovisionándose”, dijo.
Bruselas ha tenido que dar un toque de atención a socios europeos como Alemania y Francia, que hace unos días anunciaron que prohibían la exportación de material sanitario. Allí produce, por ejemplo, Dräger, uno de los tres principales fabricantes de los respiradores que se usan en los hospitales españoles, junto con Philips y Hamilton. Ninguna de estas dos empresas quiso pronunciarse sobre la situación. Una de ellas remitió a la patronal de tecnología sanitaria, Fenin, que rehusó atender a EL PAÍS. Un portavoz de Dräger señaló: “España está viviendo una situación de emergencia médica y la demanda de este tipo de equipos por parte de los hospitales ha aumentado, como es lógico”. Su compañía está “haciendo un esfuerzo extra, tanto material como humano, para poner a disposición de los pacientes su tecnología en el menor tiempo posible”. Dräger ha aumentado las líneas de producción para dar respuesta a la demanda, añade.
Como han alertado las propias comunidades afectadas, las zonas de mayor demanda son actualmente la Comunidad de Madrid, País Vasco y La Rioja, indica el portavoz de la empresa, porque son las zonas que más casos de coronavirus se están diagnosticando. “Se está analizando a diario la situación para poder proveer de equipamiento a nuestro país en el menor tiempo posible”, afirmó Simón.
Las autoridades alemanas indicaron hace una semana que las excepciones a la orden de no exportar solo serían posibles bajo condiciones estrictas y en el contexto de “esfuerzos internacionales de socorro concertados”. Pero el martes el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, matizó e indicó que las restricciones a la exportación “no significan que las ventas al exterior no sean posibles”. Spahn explicó que se trata de evitar que quien ofrezca con más dinero haga acopio del material sanitario. “Claro que queremos ayudar a nuestros vecinos europeos y a nuestros socios con suministros. Estamos preparados para implementar un procedimiento a finales de semana, que nos permitirá tomar decisiones para que los camiones lleguen a su destino”, aseguró el titular de Sanidad en comparecencia conjunta con la canciller Merkel.
Entre una comparecencia y otra está el enfado de Bruselas y los roces diplomáticos con su vecina Suiza, un país que depende en buena medida de los suministros alemanes, según publicó el Neuen Zürcher Zeitung. La cumbre del Consejo Europeo del martes encargó a la Comisión que vele especialmente por el respeto a las normas de mercado interior. Una forma de darle un toque a Alemania y a Francia por las restricciones que han impuesto a la venta de mascarillas y respiradores.
Italia, el país europeo que peor lo está pasando (con casi 12.500 positivos y más de 800 muertos), ha pedido activar el mecanismo de protección civil de la Unión Europea para conseguir suministro de equipos de protección. Su Gobierno no esconde las críticas a Bruselas. “Por desgracia, ningún país europeo ha respondido a la llamada de la Comisión”, se queja el representante italiano en la Unión Europea, Maurizio Massari, en una carta publicada en la web Politico. “Solo China ha respondido bilateralmente. Desde luego no es un buen signo de solidaridad europea”, añade: “Hoy es Italia, mañana puede ser cualquier otro el que necesite ayuda”.
China se ha ofrecido a vender a Italia 1.000 respiradores, dos millones de mascarillas, 20.000 trajes de protección y 50.000 bastoncillos para hacer la prueba de detección del coronavirus. También España podría pedir ayuda a China, a juzgar por lo que dijo Simón: “Sabemos que todo el incremento de producción de equipos de protección que se hizo en China ya no es necesario allí y va a estar disponible probablemente en los próximos días para el resto del mundo”. El portavoz añadió que con “la demanda exagerada por parte de todos los países”, España tendrá que “gestionar con cuidado la parte que nos toca”.
Con información de Bernardo de Miguel (Bruselas) y Ana Carbajosa (Berlín)
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