Francia desplegará 12.000 agentes para vigilar el toque de queda en París y otras ciudades
Los protocolos de seguridad en restaurantes y lugares públicos se endurecen en todo el país
La fiesta se ha acabado. Las principales ciudades de Francia, incluida París, estarán, a partir de la medianoche del viernes al sábado, bajo un toque de queda nocturno cuyo cumplimiento será vigilado por hasta 12.000 agentes de policía y gendarmes. La medida busca evitar los contactos sociales, identificados como principal foco de infección de una pandemia de coronavirus que, como ha dicho este jueves el primer ministro, Jean Castex, ha sufrido una “aceleración súbita y espectacular” en los últimos 10 días. Poco después de sus palabras, Francia ha registrado un nuevo récord absoluto de casos nuevos casos confirmados en 24 horas, 30.621. En ciudades como París, la ocupación de camas de cuidados intensivos con pacientes de covid-19 llega ya al 46%, lo que demuestra la gravedad de esta nueva ola al comienzo de la temporada de frío, ha subrayado el jefe de Gobierno.
“La única verdadera estrategia posible es frenar la epidemia por el respeto estricto de gestos barrera y reducción de contactos e interacciones sociales”, ha dicho Castex en rueda de prensa para detallar las medidas adelantadas la pasada noche por el presidente, Emmanuel Macron. “Mientras el virus siga aquí, no podremos vivir de manera normal”, ha advertido.
Todo el país volverá a encontrarse, desde las 00.00 del sábado, bajo estado de emergencia sanitaria. La medida excepcional, que busca darle al Gobierno más margen de maniobra ante la epidemia, durará inicialmente cuatro semanas, que es lo que permite la ley. Pero la idea es, ha confirmado Castex, que sea prolongado “más allá”, para lo cual el Gobierno presentará la semana que viene un proyecto de ley que puedan “validar” los diputados. A la misma hora, la medianoche del viernes al sábado, entrará en vigor el toque de queda en la región de París, así como en la metrópolis de Aix-Marsella, Lille, Grenoble, Lyon, Toulouse, Montpellier, Saint-Etienne y Rouen.
A partir de entonces y mientras esté en vigor —también al menos cuatro semanas, aunque Macron ya dijo que su idea es que sea más tiempo, hasta diciembre—, los ciudadanos deberán haber regresado a sus casas a las 21.00 y no podrán volver a salir hasta las 6.00. También los comercios, restaurantes o servicios públicos deberán cerrar a las 21.00 “salvo excepciones”, como hospitales o establecimientos de comida a domicilio, ha citado Castex.
Además, el primer ministro ha anunciado que, al igual que sucedió durante el confinamiento nacional en primavera, habrá algunas “salidas autorizadas”. Para ello, los franceses deberán descargarse nuevamente una declaración jurada o justificante para estar en la calle durante el toque de queda. Se trata de personas que en ese horario tengan que ir o regresar de su trabajo, que regresen o partan a un viaje —con justificante de billete—, quienes tengan que acudir a una urgencia médica, atender a una persona dependiente o sacar a pasear a un animal doméstico “cerca de casa”, ha explicado. “Se trata de usar el sentido común”, ha insistido Castex.
El endurecimiento de las medidas se extenderá al resto de Francia, aunque no esté bajo toque de queda. Todo el país, ha recordado Castex, estará desde el sábado bajo emergencia sanitaria y por tanto “las medidas generales se aplicarán en todas partes”. En este sentido, ha explicado, “todas las fiestas privadas, como bodas o fiestas de estudiantes que se celebren en salas polivalentes o en cualquier establecimiento que reciba público, serán prohibidas”. Además, el protocolo sanitario endurecido que se aplicaba ya en los restaurantes de las zonas en “alerta máxima” como París o Marsella —un máximo de seis comensales, garantizar un metro entre las mesas o prohibición de servir en barra, entre otros—, será aplicado en todos los establecimientos de Francia.
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