¿Cómo puede mejorarse el nivel de lectura de los niños y adolescentes?
Envíe su opinión al debate que plantea esta semana el Foro de Educación de EL PAÍS
Los españoles, en su conjunto, leen poco para el contexto europeo. Según un informe publicado por Eurostat en 2018, España es el tercer país de la UE que menos dinero destina a comprar libros, periódicos y material de papelería (solo Grecia y Bulgaria gastan menos), y se sitúa entre los que menos leían. Durante la infancia y la adolescencia los índices son mayores, pero el informe de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España publicado recientemente por la Federación de Gremios de Editores de España vuelve a reflejar que esta etapa también presenta lagunas y una gran sima. A un 16% de los niños menores de seis años nadie les lee en casa; un 13% de los de seis a nueve leen únicamente los libros de texto; un 33% de los de 10 a 14 leen solo ocasionalmente o no lo hacen nunca en su tiempo libre, y el porcentaje de quienes lo hacen con frecuencia cae a menos de la mitad entre los 15 y los 18.
Los problemas de lectura están relacionados con el fracaso y el abandono escolar, porque ser capaz de comprender bien lo que se lee es clave en todas las asignaturas. ¿Cómo puede elevarse el nivel lector de los niños y conseguir mantenerlo en la adolescencia? ¿Qué pueden hacer al respecto las familias, el profesorado, las bibliotecas escolares y las públicas y el resto de Administraciones? Envíe su opinión al Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Cómo puede mejorarse el nivel de lectura de niños y adolescentes? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.
"Debería haber dos horas semanales de lectura en clase sin exigir trabajo al alumno sobre ella".
Es necesario, desde Primaria hasta Secundaria, contar con horas de lectura en el horario sin exigir ningún trabajo al alumno sobre lo que lea: simplemente por el placer de leer. Y que cambie de libro tantas veces como desee (incluyo a los cómics en las lecturas). Leer por el placer de leer. Los trabajos de comentarios al bachillerato y a la Universidad. El maestro/profesor se dedicará en ese tiempo a asesorar sobre las lecturas (ya sea por temas, por edades, por centros de interés, etcétera) y a procurar un buen ambiente en la clase o en la biblioteca del centro. Cuando varios alumnos hayan coincidido en la lectura de un mismo libro se les puede proponer un "careo" para escuchar sus opiniones sobre la obra.
IGNACIO SANZ. Maestro jubilado, padre, profesor de Lengua y Literatura, Cuenca.
"Las bibliotecas escolares son la gran asignatura pendiente"
Tres actuaciones imprescindibles:
1) La dinamización de las Bibliotecas Escolares, la asignatura pendiente de la Educación en España. En su mayoría atendidas por personal voluntario, sin horarios disponibles, sin remuneración, sin recursos económicos, sin libros adaptados al nivel lector de los usuarios, sin apenas formación y conocimiento de la literatura infantil y juvenil y de estrategias de animación lectora... Y está superdemostrado que cuando una biblioteca escolar funciona adecuadamente, el número de lectores aumenta.
2) Docentes modelos como lectores, apasionados por la lectura, "dando a oler que detrás de cada libro hay una orgia de placer" que decía Daniel Pennac. Y sin olvidarse de la narración oral, pues el amor a la lectura depende de ella. En esto casos, las facultades de Educación y los centros de profesores tienen un papel esencial, pero que no cumplen.
3) Ni obligar ni imponer. Excitar la curiosidad. Leer y esperar, pues el "verbo leer no soporta el imperativo" en palabras de Pennac. Y que la animación a la lectura está dentro del libro y no fuera, y no confundir folclore con cultura. Y que "no existe el deseo sin la provocación". "La lectura entendida como desciframiento del texto inhibe la emoción" en acertadas palabras de Michèle Petit.
JUAN JOSÉ LAGE. Docente y director de la revista Platero, Premio Nacional al Fomento de la lectura del año 2007.
"Muchas bibliotecas escolares ya nos hemos transformado"
Son muchas las bibliotecas escolares a lo largo y ancho del país que con un buen equipo de docentes, familias y otras personas de la comunidad educativa llevamos años trabajando la lectura, en realidad múltiples lecturas pues leemos en variados formatos, tipos de texto muy diversos y de muy diversa forma tanto en soledad como en compañía. Apostamos por bibliotecas escolares como "organismos vivos y ejes de la innovación de nuestros centros escolares", tratamos de seguir las directrices internacionales IFLA- UNESCO, en un espacio que se ha transformado en un "centro creativo e inclusivo de aprendizaje, comunicación, alfabetización en medios e información y lecturas". Un espacio en absoluto obsoleto donde funcionan clubes de lectura, lectura silenciosa, leemos para investigar, aprender, comunicar y compartir. Una biblioteca escolar que es escuela y donde la escuela es biblioteca ya que la lectura, la escritura y la investigación abarcan a toda la comunidad de lectores que forma una escuela lectora".
ROSA PIQUIN. Coordinadora de Biblioteca Escolar. profesora asociada de Universidad, Oviedo.
"Hay que acercarles lecturas de todo tipo".
A lo largo de mi trayectoria como profesora de Literatura he descubierto que no se trata de que mi alumnado lea lo que le guste, sino de que lea para que le guste leer. Por ello, hay que acercar a los lectores jóvenes lecturas de todo tipo (clásicos, novedades, poesía, teatro...) y dejárselas a su alcance. Pero también estimular el hábito con dinámicas de lectura. Leer y escribir van de la mano. "Escribir como lectores" es una técnica que permite abordar el libro desde otra perspectiva más activa. El lector tiene la posibilidad de pasar a ser escritor y modificar o ampliar algún aspecto de la obra. "Historia de una escalera" puede convertirse en la historia de muchas escaleras actuales por donde suben y bajan personajes que conviven en esta sociedad nuestra del siglo XXI. Si lográramos estimular la imaginación que tuvieron de niños cuando pedían antes de dormirse que les leyeran una página más de su cuento favorito, podríamos conseguir que nuestros adolescentes primero y los adultos que serán después se conviertan en lectores habituales.
MARÍA FELICIDAD YANES. Profesora de Secundaria, Tenerife.
"Hay que ir con los hijos a las bibliotecas"
Yo creo que gran parte de la responsabilidad recae en los padres. Si tu hijo nunca te ha visto leer, si nunca has ido a la biblioteca con él, si en tu casa no hay libros... vamos mal. Desde pequeños, deberíamos acostumbrarlos a los libros (la competencia de las tabletas es muy fuerte): ir con ellos a la biblioteca, que ellos escojan los que más les atraigan, que leer sea un rato divertido en familia. También es bueno jugar a las palabras, que sean ellos los que cuenten historias inventadas, que se expresen, que les pique el gusanillo de la lectura... en definitiva, que leer convierta un hábito entretenido.
LAURA REY. Traductora y profesora.
"Debería haber libros en los espacios públicos"
Coincido con mucho de lo planteado hasta aquí: debemos desarrollar el amor y la curiosidad por la lectura, debemos lanzarnos a las bibliotecas como ciudadanos que buscamos información y lectura, y debemos apostar de una vez por todas por una biblioteca escolar real (ahora sólo existe en el papel).
Pero creo que podemos luchar para que el libro esté presente a nuestro alrededor: centros de salud, hospitales, comercios, colegios, institutos, parques, autobuses, trenes... de igual modo que nos rodea y nos contamina la información audiovisual... podemos conseguir que los libros y la lectura sean compañeros habituales de nuestra vida. Ese pequeño lector que con sus padres, profesores, compañeros, descubre en un momento el placer de la lectura, el disfrute que se puede conseguir a solas con un libro... nunca lo abandona.
FERNANDO IZQUIERDO. Bibliotecario municipal, Burgos.
"Vivimos con estrés, pero los padres tenemos que sacar tiempo para inculcar la lectura divertida"
La lectura debe de ser inculcada a los niños desde pequeños. Cuando son pequeños somos los padres los que tenemos que guiarles y acompañarles en la lectura para que poco a poco vayan cogiendo el gusto por la lectura. Es muy fácil hacerle divertida la lectura a un niño de 5 años, quizás sea más difícil a un niño de 10 y todavía más a un chaval de 15. Por eso tiene que ser desde edades tempranas con el compromiso de los padres y la inversión de tiempo que ello conlleva. Vivimos en un mundo de estrés, todo corre prisa, miles de tareas por delante en un día, y quizás lo más apetecible en nuestro "único minuto" de relax del día sea ponerle al niño/a el video de Baby Shark en el móvil para poder desconectar. Pero no, todo esfuerzo tiene su recompensa, si hoy invertimos tiempo en acompañarlos en la lectura, el día de mañana serán ellos mismos los que demanden libros para leer.
RAQUEL LÓPEZ. Secretaria de un centro educativo, Zaragoza.
"Con mis hijos ha funcionado esto"
Tengo tres hijos de 18, 17 y 9 años que son unos devoradores de libros (la mayor incluso está escribiendo su segunda novela y ha ganado varios premios literarios). ¿Cómo lo hemos hecho? Empezamos a leerles a diario antes de irse a dormir desde los 6 meses (sin saltárselo ningún día) libros bonitos y de calidad, les pusimos pósters con el abecedario en sus cuartos cuando aún estaban en la cuna, en nuestra casa no hay videoconsolas, les henos llevado a la Feria del Libro de Madrid año tras año incluso en sus carros de bebé, leer nunca ha sido un castigo, sino lo contrario (el premio a tareas bien hechas es la visita a una librería) y uno de sus tres regalos de Reyes siempre ha sido un libro.
La animación a la lectura tiene que empezar en casa, con el ejemplo de los padres y el apoyo de las instituciones educativas. Y no es tan difícil: el/ la pediatra, que es un referente en la crianza, podría recomendar la lectura temprana a los padres.
MARTA GARCÍA CANALS. Profesora universitaria, de Ciclos de grado superior y madre, Móstoles (Madrid).
"Desde la escuela se puede hacer un buen trabajo siempre que haya un plan"
Partimos de una sociedad en la que muchos adultos tampoco leen. En los centros escolares tampoco se fomenta de manera general y ha habido tanto cambio en los planes de estudios, que se están dando palos de ciego. Yo opino que si los escolares tuvieran una formación en textos clásicos y modernos de calidad, mejorarían sus niveles de lectura y también sus niveles de comprensión lectora y por tanto mejoraría su nivel académico. No se puede hacer una guerra indiscriminada a las nuevas tecnologías, pero se debería acotar el uso de las mismas en el aula, y hacer del aula una isla donde se viven cosas que no ocurren fuera de ellas. Desde las escuelas se puede hacer un buen trabajo siempre y cuando haya consenso y un plan (autonómico o nacional) que cumplir. Y profesores que lean y tengan una formación adecuada en este campo. Los adolescentes aprenden de su entorno, sea el que sea.
CARLOS MARTÍN MUÑOZ. Profesor de Secundaria, Segovia.
"Hay que hacer campañas para enseñar a usar las bibliotecas"
Como bibliotecaria me gustaría destacar la necesidad de regular la figura de la bibliotecaria escolar. Esta, no existe. En los colegios en que la Comisión de Biblioteca funciona gracias al voluntariado de los docentes se percibe una mejora notable en los niveles de hábitos de lectura y comprensión lectora.
Es importante que las ciudades cuenten con un Plan Lector y que se hagan campañas para concienciar y enseñar a las familias a utilizar las bibliotecas. De un tiempo a esta parte estoy observando que estas, acuden a la biblioteca con niños y niñas pequeños, pero les prestan poca atención. Usan la biblioteca como un espacio donde reunirse con otros adultos y hablar mientras sus hijos e hijas se pierden entre un montón de libros. Las bibliotecas tenemos mucho trabajo en este sentido. Hay que hacer ver a los acompañantes la importancia del momento íntimo de lectura con sus hijos e hijas. También es muy interesante el trabajo en las visitas escolares. Concienciar a los docentes de los beneficios del préstamo de libros cuando visitan las bibliotecas con el alumnado. Sí, es verdad que las bibliotecas tenemos una función social pero creo que estos últimos años nos estamos convirtiendo en centros sociales y ludotecas a nuestro pesar (al menos al mío) y necesitamos hacer ver que más allá de ser, por supuesto, un punto de encuentro y centros acogedores, nuestra función es ofrecer lectura.
TERESA MARTÍ SIMÓ. Bibliotecaria, Gandia.
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