Un padre descubre que su hijo no es biológico tras una fecundación in vitro en Cádiz
La familia, que descubrió el error tras una casualidad, reclama un millón de euros al Servicio Andaluz de Salud
El clásico comentario de familia cuando hay un recién nacido: “¿A quién se parece? ¿A papá o a mamá?”, ha acabado en una reclamación contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS), después de que un padre descubriera que no es el progenitor biológico del que creía su hijo tras una fecundación in vitro. La familia andaluza —cuya localidad de residencia no ha trascendido— exige a la Administración andaluza una indemnización de un millón de euros por lo que considera un “gravísimo error”, según ha desvelado la asociación El Defensor del Paciente, una entidad especializada en proteger los intereses de familias afectadas por negligencias médicas.
“Ha sido un verdadero shock para los padres”, explica el abogado de la familia e integrante de la asociación, Ignacio Martínez. El letrado interpuso el 14 de marzo una reclamación patrimonial administrativa contra el SAS, contra el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz, después de que los padres descubriesen el supuesto error en febrero, tras una serie de “hechos casuales”. Este primer paso legal, en caso de no recibir respuesta de la administración o de que esta no sea la esperada, podría derivar en una demanda en un Juzgado de lo Contencioso Administrativo. Por el momento, la consejera de Salud, Catalina García, ha asegurado que se está investigando lo ocurrido y que se depurarán responsabilidades, informa Eva Saiz.
Los hechos se remontan a cuando el joven matrimonio residente en Andalucía —según los escasos datos dados por su letrado por expreso deseo de la pareja— entraron en la lista de espera para reproducción asistida en 2019. Dos años después, el 15 de marzo de 2021, consiguieron al fin cita para la captación de óvulos para la fecundación in vitro y, tres días después, se produjo la transferencia embrionaria, según ha adelantado la Cadena SER Cádiz. El proceso salió bien y, después de una “gestación normal”, el niño nació ese mismo año. “Hasta ese momento estábamos ante un matrimonio que había conseguido el sueño de tener un hijo en común —o al menos eso era lo que ellos creían—”, detalla la reclamación ante el SAS a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
Los primeros síntomas de sospecha para los padres comenzaron por los comentarios “reiterados” de familiares que indicaban la falta de parecido físico con el padre. Pero la primera prueba llegó después de que un conocido con conocimientos médicos tuviese acceso a la cartilla de nacimiento del pequeño y se percatara de que el grupo sanguíneo del bebé hacía “incompatible” que fuese hijo biológico de los dos. “No era posible una doble filiación”, detalla Martínez. Impactados por la advertencia y tras cotejarlo en páginas médicas en internet, los padres optaron por hacer una prueba de paternidad al pequeño. El dictamen determinó que la madre sí era su progenitora biológica, pero su padre, no. “El resultado fue comunicado a la familia el 27 de febrero de 2023 y fue devastador para la familia”, detalla la reclamación.
“Lo peor es que sabemos lo que hay ahora, pero no dónde puede acabar”, explica el letrado. El abogado se refiere a la posibilidad de que el supuesto error haya llevado a que otra familia también haya recibido una fecundación equivocada. “Si [el semen] pertenece a un donante, el impacto es limitado, pero si procede de otra familia podemos estar hablando de dos niños medio cambiados”, asegura Martínez preocupado. De hecho, la asociación El Defensor del Paciente ha cambiado su pauta habitual de informar de los casos una vez consiguen las resoluciones judiciales para dar detalles del caso a su inicio por si fuese necesario modificar algún protocolo o tomar alguna medida, puntualiza también el abogado. “Se deduce que se incurrió en un grave error por parte de la sanidad pública andaluza, se presume que en el manejo de la muestra de semen del marido durante el referido proceso de fecundación”, apuntan desde la entidad.
La familia ha reclamado un millón de euros de indemnización al SAS por lo que considera “un daño grave e irreparable” al menor y sus padres, según la reclamación. “Por cuestiones de genética, no sabemos la repercusión que puede tener en el niño. Además, tendrá un impacto para el pequeño cuando se lo tengan que decir y la familia no tendrá ahora la misma cohesión”, denuncia Martínez. El letrado asegura encontrarse ante un caso tan “inédito” que en la argumentación de jurisprudencia del caso —para determinar la indemnización— ha tenido que recurrir a un caso del Tribunal Superior de Justicia de Navarra de 2022 por un intercambio erróneo de bebés. Ahora, la asociación ha decidido dar a conocer el caso para intentar que no vuelvan a suceder supuestos errores como este: “Es obvio que lo ocurrido ya no tiene arreglo, pero quizá que se conozca por todo el mundo evite que se repita”.
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