Tom Hopcroft: “Señalar al turista es apuntar de forma equivocada”
El fundador de la comunidad Guiris de Mierda organiza actividades de música en directo, yoga en el Retiro, mercadillos de ropa, noches de citas rápidas y rutas del Camino de Santiago tres veces al año
Tom Hopcroft (31 años, Birmingham, Reino Unido) lleva sandalias con calcetines a todas partes. Al fin y al cabo, es normal viniendo de alguien que se describe a sí mismo como guiri profesional. Con un acento brummie menos forzado que el de los Peaky Blinders, explica cómo acabó convirtiéndose en uno de los vecinos más famosos del barrio madrileño de Aluche. Al acabar sus estudios, se fue a Australia con una visa de trabajo en el típico gap year que muchos británicos realizan después de la universidad. Allí, se enamoró de una española que le propuso mudarse a Madrid para comenzar una nueva vida. El amor no funcionó con la chica, pero sí con España. Cansado de ser calificado como un “guiri de mierda”, impulsó una marca de camisetas con este lema para reivindicar jocosamente el orgullo expat. Pronto, el proyecto se hizo tan grande que a día de hoy se ha convertido en una comunidad capaz de reunir a miles de personas de todo el mundo a través de eventos que fomentan el deporte, la vida social y la búsqueda de una comunidad para quienes están lejos de casa.
Pregunta. ¿Qué es exactamente Guiris de Mierda?
Respuesta. Empezamos diseñando camisetas y haciendo eventos para promocionarnos, pero pronto se hicieron tan grandes que la ropa quedó en segundo plano y ahora somos una comunidad. Tiene sentido: después de la pandemia y viviendo en otro país, la gente necesita sentirse más arropada que nunca. No era nuestro plan, pero esto comenzó a ser un negocio en enero y ahora vamos a impulsar el proyecto en Barcelona.
P. ¿Qué tipo de eventos organizan?
R. Por ejemplo, tenemos un club de running, música en directo, yoga en el Retiro, mercadillos de ropa, noches de citas rápidas y hacemos el Camino de Santiago tres veces al año. Son muy variados. Algunos son gratis y otros tienen precios de entre 5 y 15 euros para garantizar que la gente cumple con la reserva y siempre incluyen consumiciones. Se agotan rápido.
P. ¿Cuál es el perfil de los asistentes?
R. Se da por hecho que somos ingleses, pero hay personas todo el mundo: muchos latinoamericanos, estadounidenses, australianos, chinos, italianos, etc. También hay bastantes españoles y de hecho, queremos atraer a más porque una de las ideas es la integración de los extranjeros en la comunidad local. Si sumamos los seguidores en todas las redes sociales, son decenas de miles de personas.
P. En una era de creciente individualismo, su éxito refleja la importancia de la comunidad.
R. Todos necesitamos una comunidad. Nuestra filosofía es que todo el mundo se ha sentido desubicado o nuevo en un lugar alguna vez en su vida, así que todos somos guiris de alguna forma. Para mí, que esto sea un negocio es un feliz accidente. Yo recibo mucho a nivel personal porque he conocido a muchas personas interesantes y me encanta saber que se han creado amistades o relaciones amorosas a través de Guiris de Mierda.
P. ¿Qué opina del creciente rechazo a los turistas?
R. Creo que es un fenómeno online. Señalar con el dedo al turista por las consecuencias del turismo masivo es apuntar en la dirección equivocada. El turista o la persona que quiera mudarse a España a disfrutar de su cultura y su estilo de vida, como individuos, no hacen nada ilegal. El modelo económico y las leyes vienen de los responsables políticos. La gente me acusa de atraer más turismo al promocionar la calidad de vida en España. Yo solo soy un creador de contenido que muestra cómo es su día a día en el extranjero, porque me encanta este país y espero tener la ciudadanía algún día. ¿Qué tiene eso de malo?
P. En sus vídeos, muestra su amor por España, pero este país tiene sus cosas, ¿no?
R. Claro. Hay varias cosas que no me gustan. La burocracia es bastante caótica y creo que se desmotiva mucho a los jóvenes con alma emprendedora o creativa.
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