Hacia un abordaje de los trastornos mentales graves que garantice una recuperación plena

El estigma se desvanece y la visibilidad es cada vez mayor. La salud mental ha dejado de ser un tabú. Los testimonios de celebridades como la atleta Simone Biles, los músicos Ed Sheeran y Adele, a nivel internacional, o los futbolistas Andrés Iniesta y Álvaro Morata, en España, han contribuido a desterrar la mala (e inmerecida) fama con la que han tenido que lidiar los pacientes que sufren algún trastorno mental. La ansiedad, la depresión o los problemas asociados al sueño son los más comunes en España, según el Ministerio de Sanidad.

Estos, sin embargo, no son los únicos que tienen una alta incidencia en la población. Los trastornos mentales graves (TMG) afectan a un millón y medio de españoles, según la Subdirección General de Información Sanitaria. En esta tipología se incluyen enfermedades como la esquizofrenia, el trastorno bipolar o la depresión grave, con un gran impacto en la población. Aislamiento, falta de apoyo y dificultades para su desarrollo profesional y social son algunos de los problemas asociados que sufren cada día aquellos que padecen estas patologías.

La magnitud de las cifras ha propiciado que surjan iniciativas como MaravillosaMente, respaldada por Boehringer Ingelheim. Se trata de un movimiento colaborativo y de concienciación para convertir los TMG en una prioridad política y social. El objetivo es provocar un cambio en la narrativa en torno a estas enfermedades y que las generaciones ⎯presentes y futuras⎯ que las sufren no estén definidas por un diagnóstico estigmatizado. Con ello, el proyecto trata de conseguir que estas personas puedan recibir la asistencia médica y la ayuda terapéutica necesarias para poder llevar una vida completa y autosuficiente.

MaravillosaMente promueve más tolerancia, diálogo y comprensión, además de un tratamiento integral, como fórmula para avanzar hacia un cambio de paradigma en torno a la salud mental. La iniciativa cuenta con la colaboración de profesionales sanitarios, representantes de las asociaciones de pacientes y del ámbito político y de la gestión para definir cómo abordar de la mejor manera los TMG. El resultado es un decálogo que recoge medidas y propuestas destinadas a que las personas que las sufren tengan una recuperación funcional y sepan que “conseguir vivir de forma plena es posible”.

Diez pasos en busca de la visibilidad

El primer punto, en orden y en prioridad, es incorporar el abordaje de los TMG como una prioridad en el futuro Pacto de Estado por la Salud Mental. De esta forma, MaravillosaMente pretende asegurar los recursos necesarios destinados a las comunidades autónomas. Esto pasa por asegurar el marco presupuestario que garantice la implementación de unos estándares óptimos en todo el territorio nacional.

MaravillosaMente reclama más acciones informativas y de formación desde diferentes ámbitos, como la educación o la cultura, con el fin de promover una mejor gestión y entendimiento de estas enfermedades. Así se fomentaría, además, la participación de los pacientes para mostrar una visión real de su situación. Otro de los puntos clave es el impulso de una mayor investigación en indicadores como los marcadores de salud mental o la evolución de los pacientes, que deben quedar recogidos en el Plan de Acción de Salud Mental y en el Plan de Acción para la Prevención del Suicidio, ambos diseñados para el periodo 2025-2027.

Uno de los grandes objetivos es crear un mapa de recursos, rutas asistenciales, itinerarios de apoyo, subvenciones e iniciativas públicas y privadas para consulta tanto de los profesionales sanitarios como de los pacientes. Así se identifican las necesidades reales de la población y se proporciona información útil para tratar de reforzar el diagnóstico precoz de los trastornos y la atención temprana en cuanto se detectan los primeros síntomas. De esta forma, se garantiza un acceso equitativo y cohesionado a los tratamientos, a los servicios sanitarios, sociales y de otros ámbitos, con independencia de la zona en la que resida.

Otro paso necesario es adaptar el modelo de inclusión sociolaboral al ámbito de la discapacidad. Y, con ello, reforzar la empleabilidad de las personas que sufren TMG. Para ayudar a los que no tienen red de apoyo, el decálogo promueve la colaboración de las autoridades autonómicas competentes con las administraciones locales para brindar esa asistencia.

La importancia del acompañamiento

El decálogo no olvida a las personas que cuidan a los pacientes, por lo que mejorar su acompañamiento es otro de los grandes objetivos. Para ello, MaravillosaMente propone diseñar medidas centradas en la mejora de la conciliación a través de un apéndice en el Plan de Acción de Salud Mental que llegará el año que viene. También la inclusión de programas formativos especializados en TMG y protocolos específicos que tengan una especial consideración de los casos en situación de vulnerabilidad.

Y, como punta de lanza del proyecto, se pide la creación de un observatorio nacional integrado en el Comisionado de Salud Mental. Según la propuesta, este deberá contar con la participación de representantes ministeriales, entidades, trabajadores sanitarios, sociedades científicas y otros profesionales del ámbito social. El fin último es medir los resultados de las medidas implementadas con el fin de promover una atención equitativa y la recuperación funcional de las personas con TMG.