Bruselas presenta su plan para que la UE dependa menos del exterior en medicinas críticas como los antibióticos
La Comisión Europea propone ayudas a la industria europea y revisar los criterios de contrataciones públicas para promover la producción propia tanto de los medicamentos clave como sus principales ingredientes, producidos en un 90% fuera de la UE


En un mundo donde las tradicionales alianzas políticas y de seguridad se tambalean y surgen nuevas potencias y amenazas, Europa no se puede permitir la gran dependencia exterior que tiene en la producción y suministro de medicamentos esenciales, sobre todo de China y la India. Para resolver esa “vulnerabilidad”, la Comisión Europea ha presentado este martes una propuesta legislativa, la ley de Medicinas Críticas, que busca incentivar la diversificación de la cadena de suministro de medicamentos fundamentales, como los antibióticos, a la par que incentivar la producción farmacéutica de estos productos y sus ingredientes principales dentro de la Unión.
“La escasez de medicamentos y las dependencias estructurales en nuestras cadenas de suministro farmacéutico ponen en riesgo la salud de los europeos”, ha subrayado el comisario de Sanidad, Olivér Várhelyi, al presentar junto con la vicepresidenta para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, la española Teresa Ribera, la iniciativa legislativa. Esta, ha subrayado el húngaro, es clave para “mejorar el acceso y la disponibilidad de medicinas para todos en la UE, y para reforzar nuestra seguridad sanitaria”.
Las medicinas críticas son aquellas para las que no existen alternativas, o están muy limitadas, y cuya escasez provocaría “daños graves” a los pacientes. De ahí que se requiera una “seguridad de aprovisionamiento” constante en la UE. Algo que, como descubrieron la mayoría de ciudadanos con la pandemia de covid, hace justo ahora cinco años, no se podía garantizar en medicinas genéricas básicas como el paracetamol.
Una lista de medicinas críticas de la Unión, creada a finales de 2023, incluye actualmente más de 270 sustancias activas fundamentales para tratar infecciones, enfermedades cardiovasculares, problemas de salud mental o cáncer. En su propuesta, Bruselas incluye también algunos medicamentos con “fallos de mercado”, como aquellos para enfermedades raras.
La Alianza de Medicinas Críticas, el mecanismo de consulta creado hace un año y compuesto por representantes clave de la industria, la sociedad civil y la comunidad científica para identificar las principales áreas de acción en esta materia en Europa, presentó a finales de febrero un informe en el que constata la “dependencia excesiva” en una cifra “limitada” de localizaciones geográficas para el aprovisionamiento de los ingredientes farmacéuticos activos (IFA, la base para los medicamentos, el 90% de los cuales proceden de India y China) y otras materias primas. También advierte de la “erosión” de la base manufacturera europea —el 50,6% de la escasez registrada en la UE entre 2022 y 2023 se debió a problemas de manufactura— y la “falta de competitividad e inversiones” en la industria del continente, que emplea a unas 800.000 personas.
Para revertir esto, el nuevo reglamento propone, entre otros, la identificación de “proyectos estratégicos” industriales que potencien la producción de fármacos y de sus principios activos en la UE. Unos proyectos que disfrutarán de un acceso “más fácil” a la financiación pública, tanto de fondos europeos como con ayudas de Estado nacionales, así como de un proceso administrativo y “evaluación medioambiental” también simplificados. A cambio de estas ayudas, estos proyectos deberían garantizar que “priorizarán” el aprovisionamiento de la UE.
En el mismo sentido va otra de las propuestas, que aboga por ampliar los criterios de las contrataciones públicas para que estas no se rijan solo por el precio, extremo con el que a menudo las empresas europeas no pueden competir con las foráneas, sino que se tengan también en cuenta otros requisitos que garanticen una mayor diversificación del suministro y la producción europea. La posibilidad de compras conjuntas para aumentar los pedidos de países pequeños y por tanto garantizar su aprovisionamiento o menor coste, o la creación de un grupo de coordinación entre la Comisión y los Estados miembros para analizar riesgos en la cadena de suministro y potenciar la colaboración son otras de las iniciativas que ahora deberán negociar los Veintisiete y el Parlamento Europeo lo antes posible. “Hay urgencia”, ha subrayado Várhelyi.
Aunque la vicepresidenta Ribera ha subrayado que garantizar estos medicamentos es también una cuestión de “seguridad”, Bruselas por el momento no planea que estas medicinas críticas se beneficien de los nuevos fondos para impulsar la industria europea de defensa, como plantearon España y otros diez países en un llamamiento conjunto a la Comisión, en el que advirtieron que la excesiva dependencia europea de otras regiones para medicamentos críticos es un “talón de Aquiles de la seguridad” de la UE.
Para el eurodiputado socialista Nicolás García Casares, miembro de la Comisión de Salud Pública de la Eurocámara y uno de los negociadores parlamentarios del paquete de revisión de la legislación farmacéutica (aún en negociaciones) que presentó la Comisión en 2023 para hacer que los medicamentos estén más disponibles, accesibles y asequibles (y que se complementa ahora con esta nueva propuesta), la iniciativa va en la dirección correcta, pero no se puede cargar todo el peso financiero a los países en una cuestión de seguridad.
“Nuestra seguridad y, por tanto nuestra defensa, no pueden permitirse carencias en la seguridad de suministro de medicamentos críticos. Necesitamos más dinero europeo ahora y en el futuro para anticiparnos a las amenazas”, subraya desde Estrasburgo, donde se ha presentado el proyecto legislativo.
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