Una solución para que descanse el planeta
Albert Mascaró y Manel Romero, dos jóvenes barceloneses, lanzan una línea de colchones personalizables elaborados con material reciclado para meter al sector en camino de la sostenibilidad
¿Cómo convencer a un consumidor para que compre un colchón sin probarlo? Esta es la pregunta que rondaba las cabezas del empresario del descanso Albert Mascaró y su socio Manel Romero, ambos de Granollers (Barcelona) y de 33 años, cuando tras la pandemia decidieron montar su primera tienda en línea. Para ello crearon una nueva línea de colchones con dos potenciales atractivos. Por un lado, eran más respetuosos con el medio ambiente al estar fabricados a partir de plástico reciclado y rellenos que no generan emisiones contaminantes en su elaboración. Y, además, eran personalizables, con tres opciones de firmeza para que el usuario elija y cambie cuando quiera, incluso en cada lado de la cama.
Mascaró y Romero llevan año y medio con el modelo Lektulos en el mercado y creen que la idea está funcionando, pero más por lo primero que por lo segundo. Mascaró cuenta que casi todas las consultas que reciben están enfocadas en la naturaleza sostenible de sus productos. También es el tema más repetido entre las opiniones de sus compradores: “Están muy concienciados y valoran el camino que hemos iniciado”, explica. El componente ecológico ha eclipsado a la opción de cambiar la firmeza de la cama, al contrario de lo que Mascaró y Romero pronosticaron al principio.
Es un hecho que los consumidores cada vez se preocupan más por la sostenibilidad de lo que adquieren. Seis de cada 10 reconocen que este factor influye en sus decisiones de compra, de acuerdo con el informe La red del cambio: un nuevo paradigma en el consumo, donde la consciencia gana al impulso, elaborado este año por la consultora Kantar.
Los colchones de Lektulos, la nueva línea del Grupo Mascaró, que fundó el padre de Albert hace 25 años, van dando pequeños pasos en ese viaje hacia la sostenibilidad. El primero ha sido contar con tejidos elaborados con hilo de poliéster obtenido a partir de plástico reciclado. Todas las fundas de los colchones y las almohadas lo llevan. “Son tan cómodas como las demás y no suponen ningún riesgo”, apunta Mascaró.
El segundo, ha sido adquirir un tipo de espumas, el soporte que compone el interior de los colchones, elaborado con una tecnología única en España. Un proceso denominado VPF, por sus siglas en inglés, que filtra los gases contaminantes para evitar que se liberen a la atmósfera. Mascaró y Romero aseguran que es parte esencial de su labor buscar proveedores que incorporen soluciones innovadoras con el objetivo de ofrecer a los consumidores productos cada más respetuosos con el planeta.
Manel Romero y Albert Mascaró
Fundadores de Lektulos
Esta forma de trabajar, revela Manel Romero, no solo les reporta una ventaja ante la competencia, sino que abre los ojos a muchos consumidores que nunca se habían planteado adquirir un colchón que reduzca su impacto en el medio ambiente: “Enviamos el mensaje de que es posible dar una segunda vida a los residuos”. Con sus artículos también intentan concienciar sobre uno de los mayores desastres naturales: la acumulación de plásticos en mares y océanos.
Actualmente, hay más de 30 millones de toneladas de residuos de este material flotando en el agua, enredado en rocas y corales y en el lecho marino, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Se han encontrado residuos de este tipo a más de 10.000 metros de profundidad en la fosa de las Marianas, en el Pacífico occidental, de acuerdo con
Nuestro mar Mediterráneo es uno de los más contaminados, cada año se vierten unas 229.000 toneladas de plástico, el equivalente a más de 500 contenedores de transporte al día, de acuerdo con Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Un problema que afecta a la vida marina. Los residuos de menor tamaño, conocidos como microplásticos, entran en el organismo de los animales causándoles múltiples trastornos. Pero también a los humanos, ya que se transmiten en la cadena alimentaria hasta nuestra dieta.
“Nosotros, que vivimos cerca del mar, somos conscientes de este problema y por eso queremos involucrar a nuestros clientes”, explica Romero. Y para lograrlo han llegado a un acuerdo con la empresa alicantina Gravity Wave para que les ayude a limpiar un kilo de plástico del mar por cada colchón vendido. Su fundadora Amaia Rodríguez, navarra de 30 años, cuenta que con su trabajo contribuyen a que muchas compañías reduzcan su huella de plástico, es decir, compensen los desechos plásticos que generan eliminando otros de la naturaleza. “Las compañías nos encargan un determinado volumen y nosotros efectuamos la recogida”, detalla. Actualmente recolectan el plástico que pescadores de Italia, Grecia y España capturan en sus salidas, así como las redes viejas que ya no sirven, y les dan una nueva vida en forma de planchas de poliuretano, macizas y consistentes que sirven para construir muebles.
Un equipo unido por la basura
El equipo de 11 empleados que forma Lektulos, marca que toma el nombre del término latino que significa “sitio donde restar”, se une cada año a la limpieza de ríos y playas a través del proyecto Libera. Se trata de una iniciativa de la ONG ambiental SEO/Birdlife y Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que promueve la economía circular a través del reciclaje de envases, con el propósito es concienciar y movilizar a la población para mantener entornos naturales, fluviales y costeros, limpios de basura.
Varias veces al año se organizan varias salidas en diversos puntos del país simultáneamente. La próxima se producirá del 3 al 11 de diciembre para limpiar campos, montes y bosques en putos de casi todo el territorio, de Asturias a Tenerife. Encuentra aquí toda la información.
La firma de Mascaró se ha propuesto retirar este año 300 kilos de residuos entre lo que recogen en el mar y el plástico reciclado que se usa para la fabricación de los tejidos. “Nuestro objetivo es seguir, no solo aumentando esta cifra, sino rebajando el impacto de nuestra actividad en el entorno”, añade Mascaró. Lo siguiente que figura en sus planes es utilizar plástico recuperado del mar para confeccionar esos tejidos. También que los rellenos de los colchones provengan de espumas recicladas. Uno de los mayores problemas de estos productos, es el reciclaje del poliuretano de sus rellenos. “La tecnología está en desarrollo, pero requiere inversión”, apunta Manel.
Ya trabajan, además, en la idea de sustituir la madera con la que construyen los canapés y somieres con las planchas de redes recicladas de Gravity Wave. “Estamos evaluando la incorporación de este material a las lamas, y aunque aún no sabemos si tendrá buena aceptación entre los clientes, confiamos en que, como hasta ahora, valoren que estemos recorriendo esta senda”, concluye Romero.