“Lo que importa no es la edad que aparece en el DNI, sino la del sistema inmune”
La científica María Mittelbrunn ha descubierto cómo retrasar la aparición de enfermedades asociadas al envejecimiento. En ‘Luces largas’, un proyecto de Renault que retrata el recorrido y la proyección de distintos talentos, detalla cómo hay que intervenir el sistema inmune para vivir mejor los últimos años de vida
El reto no es vivir más, sino envejecer mejor. La bioquímica María Mittelbrunn (Madrid, 1977) sabe cómo. Junto a un equipo de nueve investigadores ha descubierto que la clave está en el sistema inmune, “el que nos protege de todo, el arma más potente que tenemos en nuestro cuerpo para luchar contra cualquier amenaza interna o externa”. Han demostrado que lo que importa no es la edad cronológica, la que aparece en el DNI, sino la edad biológica, la del sistema inmune. Así lo explica en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (Madrid), donde se la ve en el vídeo que acompaña a este contenido en su día a día entre pipetas con el resto de investigadores.
“Cuando una célula del sistema inmunitario como los linfocitos T envejece, empieza a cometer errores. Ya no distingue una célula sana de una infectada. Se trata ahora de entender bien cómo funcionan estas células protectoras para intervenirlas y que cumplan su función”, detalla esta doctora en Bioquímica y Biología Molecular con tanta pasión como sosiego.
Mittelbrunn asegura que, tras haber mejorado mucho la supervivencia en los pacientes con cáncer gracias a la inmunoterapia, “es el turno ahora de las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson; y de las cardiovasculares, como el aneurisma”, explica en Luarca, un pueblo del Occidente asturiano de donde procede su familia y en el que pretende pasar muchos más buenos ratos en su vida, “y hacerlo con salud”, insiste. “Se trata de vivir los últimos años sin fragilidad, retrasar la aparición de estas enfermedades asociadas a la edad”. La investigadora titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se atreve a fijar un horizonte temporal: “En los próximos 10 años vamos a revolucionar la inmunoterapia para ir en contra del envejecimiento”, asegura.
Mittelbrunn se acercó a la ciencia desde muy pequeña. Cuando tenía 7 años le pidió un autógrafo al premio Nobel Severo Ochoa. Amigo como era de la familia, lo conoció un día en casa de su tía en Luarca, un presagio de en lo que iba a convertirse su vida. “El único al que le he pedido un autógrafo junto a David Beckham”, rememora como anécdota esta mujer alegre y cercana. “Quiero creer que mi vocación nació ese día”, relata en la playa de Otur, a seis kilómetros de Luarca.
“Sabemos cómo funciona el sistema inmune pero no cómo se deteriora”, afirma. Mittelbrunn está centrada ahora en el estudio de la microbiota, esos 100 millones de bacterias alojadas en el intestino. “El sistema inmune controla la microbiota. Si está deteriorado como consecuencia de la edad, las bacterias van cambiando, pierden diversidad. Resulta fundamental que existan bacterias diferentes, ahí está la riqueza, no que un tipo de bacteria colonice al resto”, explica. “La pérdida de diversidad puede provocar la inflamación crónica del intestino y que estas bacterias acaben en el torrente sanguíneo”, añade. El objetivo de esta premiada científica es seguir investigando para ponérselo en bandeja a la medicina nutricional, y que esta haga el resto.