El futuro de ‘Star Wars’ estaba en la televisión
Disney+ estrena una serie documental sobre cómo se hizo su primer gran éxito, que sigue la estela de dos ficciones de animación de culto
The Mandalorian, que el viernes cerró en Disney+ su primera temporada en España, es el sueño cumplido de los seguidores más acérrimos y clásicos de las tres películas originales de Star Wars. Tiene todo lo que la última trilogía de películas, la de Disney precisamente, no logró sintetizar para muchos de esos seguidores: respetar las normas no escritas de la ficción galáctica, volver a la esencia de aventuras con pocas complicaciones narrativas (entendido como una virtud), un par de personajes memorables (y rentables, como el nuevo icono de la cultura popular Baby Yoda), frases a modo de coletillas que quedarán para la historia (“este es el camino” y “he hablado” se acabarán uniendo a “que la fuerza te acompañe” o “tengo un mal presentimiento sobre esto”) y un amor incondicional por el universo creado por George Lucas hace más de cuatro décadas. La plataforma digital estrena el 4 de mayo, que además es el Día de Star Wars, la serie documental Galería Disney: The Mandalorian, sobre las bambalinas de su primer gran éxito televisivo en la era del streaming.
El triunfo popular de The Mandalorian, la primera serie de acción real de la saga, tiene unas sólidas bases en dos exitosas ficciones de animación, The Clone Wars (2010-2014 y una séptima y última temporada en 2020, ya bajo el manto de Disney) y Rebels (que ya distribuyó la compañía de Mickey Mouse en sus cadenas tradicionales entre 2014 y 2018). La nueva serie, creada por Jon Favreau con la ayuda de Dave Filoni, ahijado artístico del creador de la saga, indaga en la mitología ya establecida y la expande por nuevos caminos. La cantidad de homenajes y guiños al universo creado en los años setenta y ochenta y a gran parte de los cómics y libros publicados posteriormente es inmensa. Y las referencias a ambas series de animación, por las que transitó Filoni con pericia, son directas.
Los ocho episodios de la serie documental, coordinados también por Favreau, se sitúan detrás de las cámaras y recogen declaraciones de los intérpretes y técnicos que la han elaborado así como imágenes del rodaje, en el que se usaron enormes pantallas LED en un plató para crear los espectaculares fondos y que parecieran paisajes reales. The Mandalorian, que antes del estreno de su segunda temporada el próximo otoño ya está renovada por una tercera, transcurre en ese universo con tintes del lejano oeste y de las películas de samuráis de Akira Kurosawa que Lucas le insufló a la historia original y añade algo de esa imagen romántica que queda de los spaghetti western, tanto por su protagonista, un cazarrecompensas hierático a lo Clint Eastwood, como por la banda sonora de Ludwig Göransson, que en un principio parece chirriar frente al universo sonoro galáctico creado por John Williams, pero que termina por otorgar a la serie una personalidad propia.
La serie también cumple con el viaje del héroe y el poder del mito del antropólogo Joseph Campbell que tanto influyó a Lucas en los años setenta y que marcaría el cine y la literatura de acción y aventuras a partir de entonces: un protagonista que emprende una travesía como un desafío a pesar de sus reticencias iniciales, encuentra una figura que sirve de mentor, debe ir cruzando umbrales, pasar pruebas y enfrentarse a enemigos hasta que llega a una gran prueba final. El mandaloriano al que hace alusión el título y que está interpretado por el actor chileno Pedro Pascal (con la ayuda de otros tres intérpretes, ya que el personaje siempre usa un casco, siguiendo la estela de otros personajes de la saga como Darth Vader o Boba Fett), cumple a rajatabla con los pasos del héroe.
La serie también incide en elementos clásicos del universo Star Wars, con temas como la paternidad, representada en las creencias mandalorianas y en el acogimiento por parte del protagonista de un huérfano (algo que también recuerda al manga japonés El lobo solitario de Kazuo Koike y Goseji Kojima), la lealtad o la cándida idea de que todo el mundo tiene dos lados, pero el bien es el que prevalece.
The Mandalorian certifica que el futuro de la saga está más allá de las pantallas de cine, donde los proyectos se van cancelando o modificando a trompicones, con la continua entrada y salida de creadores, como pasó con los productores y guionistas de Juego de tronos, que terminaron por abandonar a Disney a favor de Netflix. Hay otros tres proyectos en marcha en la plataforma: una serie sobre Obi Wan Kenobi que recupera al actor Ewan McGregor y que estará dirigida por Deborah Chow (directora de dos episodios en The Mandalorian), otra sobre Cassian Andor (interpretado por el mexicano Diego Luna) que aparecía en el filme Rogue One, y, según avanza Variety, la guionista Leslye Headland (cocreadora de Russian Doll), ha sido contratada para sacar adelante una serie centrada en un personaje femenino.
Para bien o para mal, The Mandalorian es el hito con el que se va a medir el resto de producciones de acción real. Disney+ también va a aprovechar el Día de Star Wars para estrenar en su plataforma la novena película de la saga, El ascenso de Skywalker apenas cuatro meses después de su paso por las salas de cine y antes de que llegue a los formatos de venta física.
Dos clásicos animados y un fracaso
También Star Wars ha sufrido un descalabro animado con la serie La resistencia (2018), que fue cancelada tras su segunda temporada. En la plataforma también se puede acceder a otras series animadas hechas con la factoría de juguetes Lego, así como los cortos Forces of Destiny con las protagonistas femeninas de la saga.
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