‘Su Majestad’ hinca el diente a la Corona: “Los chistes sobre la monarquía estaban en la calle, pero no en la pantalla”
Borja Cobeaga y Diego San José son los creadores de la comedia en la que Anna Castillo interpreta a una díscola heredera del trono. “Si te metes en este tema, tienes que entrar en todos sus tabúes”, dicen los guionistas
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Desde que se conocieron hace más de 20 años, los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José siempre han buscado cómo abordar territorios poco o nada explorados por la comedia. Lo hacían con el programa de sketches Vaya semanita parodiando la política y la sociedad vasca. Lo hicieron con los estereotipos que nos definen en Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes. Se atrevieron con el terrorismo en Fe de etarras. En Vota Juan, creada por San José y donde Cobeaga fue director, se adentraron en la política. Y en Su Majestad, que este jueves 27 estrena Amazon Prime Video, van un paso más allá y la sátira la dirigen hacia la monarquía, una de las últimas fronteras que todavía le faltaba por cruzar a la televisión.
El proyecto, contaban San José y Cobeaga a principios de febrero en una entrevista en la sede de DAMA (la entidad de gestión de derechos de autor audiovisuales), llevaba años dando vueltas hasta que por fin se ha materializado. “Había varias ideas sobre la mesa y esta era la más distinta a todo lo que habíamos hecho. Siempre habíamos hecho cosas más costumbristas, de bares y sofás. Si a Antonio Mercero se le ocurrió Farmacia de guardia porque vio Juzgado de guardia y dijo, voy a hacerlo en una farmacia, a Diego se le ocurrió esto viendo El joven papa [creada por Paolo Sorrentino y protagonizada por Jude Law]”, cuenta Borja Cobeaga sobre los orígenes de su serie. En Su Majestad, una joven, pasota y algo punky heredera de la corona española tiene que asumir la máxima responsabilidad de la institución cuando su padre abandona el país tras descubrirse que oculta una fortuna en paraísos fiscales.
“Es muy estimulante escribir sobre algo que todavía no has visto, intentar llegar el primero a un lugar, porque está lleno de chistes que aún no se han contado. Además, la comedia se lleva especialmente bien con instituciones y conceptos muy cuadriculados. Como la comedia es caos, aplicar caos a donde el orden es algo exquisito está muy bien”, continúa Diego San José. “Los chistes sobre la monarquía estaban en la calle, pero no en la pantalla. Eso nos pasaba mucho en Vaya semanita, no nos inventamos nada, sino que el pulso de la calle estaba puesto en imágenes”, añade Cobeaga.
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Anna Castillo es Pilar, la joven heredera al trono, una princesa que ha vivido despreocupada, de fiesta en fiesta, y que de repente siente el peso de la corona sobre su cabeza. Pablo Derqui interpreta a su padre, el rey Alfonso XIV, y Ernesto Alterio es un consejero real al que piden regresar al palacio para tratar de reconducir a la díscola joven. Los siete capítulos de media hora de esta primera temporada recorren casi un año en la vida de Pilar mientras evoluciona la relación con su padre y su consejero personal.
¿Que la serie tardara años en salir adelante, tuvo que ver con que abordara la monarquía? “Yo creo que no, pero es difícil de saber. Era simplemente cuestión de los mecanismos del audiovisual”, contesta Cobeaga. “Yo soy poco conspiranoico en ese sentido, no salía por lo que fuera”, apoya San José. A pesar de la demora en su puesta en marcha, Anna Castillo, a quien los dos creadores imaginaron siempre al frente del reparto, siguió involucrada en la serie, aunque en ese tiempo se convirtiera en una de las actrices más solicitadas del audiovisual español.
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El espectador podrá reconocer en Su Majestad inevitables y claros guiños y referencias a la realidad. Los creadores no lo esconden. Victoria Federica, Froilán o Estefanía de Mónaco son algunos de ellos, además del evidente punto de partida del monarca en el exilio o el príncipe británico que ha renunciado a sus derechos reales. “En algún momento quisimos hacer seguidismo de personajes concretos, pero las noticias nos adelantaban. No íbamos a estar a la altura nunca”, dice Cobeaga. “A mí me daba cierta pereza que hubiera una identificación directa y concreta. Me gustaría que, si alguien ve Su Majestad dentro de 15 años y no tiene ninguna referencia de las noticias de los dos últimos años, la disfrute igualmente”, añade San José.
Incluso a veces la realidad ha terminado imitando cosas que pusieron en la ficción primero. En la secuencia inicial, la princesa Pilar acude a la final de la Copa del Rey. Se niega a estar presente en la grada mientras las aficiones del Barcelona y el Girona abuchean el himno de España. Finalmente su padre la convence. Cuando la cámara la enfoca mientras suenan los pitos en el estadio Metropolitano, en sus labios se lee un claro “hijos de puta”. Meses después de grabarlo, las cámaras cazaron a Isabel Díaz Ayuso dedicando esas mismas palabras a Pedro Sánchez durante su debate de investidura.

La serie que han escrito Cobeaga y San José junto a José Antonio Pérez Ledo, y que producen 100 Balas (The Mediapro Studio) y Sayaka, dirige una acerada mirada al privilegio, un concepto que en la monarquía encuentra su punto máximo. De paso, aborda asuntos como los límites del humor, las injurias a la Corona o incluso la judicatura en uno de sus episodios más osados. A pesar de eso, sus creadores aseguran que no han recibido más alertas de los abogados o de Prime Video. Por si acaso, se acogen por adelantado al derecho a la parodia. “Escribíamos la serie en un verano en el que las noticias sobre la monarquía estaban por todas partes, y nos miramos y dijimos: no podemos hacer una cosa especialmente ingenua, hay que señalar los temas que están en la calle, porque si no la decepción va a ser suprema”, dice Cobeaga. “Para mí lo peliagudo habría sido hacer una serie sobre la monarquía dejando temas apartados por unas consecuencias que no va a haber. Si te metes en este tema, te tienes que meter en todos los tabúes pequeñitos alrededor, como los jueces, que es un poder absolutamente intocable desde la comedia”, añade San José.

Según avanza la historia, deja a un lado su versión más macarra, que incluye a Florentino Fernández imitando al rey o a la princesa Pilar pinchando en una discoteca el himno de España a ritmo techno, para centrarse en la evolución emocional y personal de la protagonista. “Hay dos tipos de comedia, la de la persona que es torpe y no se da cuenta, es decir, que se tropieza y sigue en la siguiente escena sin ser consciente de que se ha tropezado, y la de quien es torpe y, cuando se queda a solas, lo pasa mal. A mí este segundo personaje me interesa mucho más. Por eso me interesa ver a Pilar viendo memes sobre su padre. Eso no nos lo puede contar la realidad, el periodismo no puede llegar a ver qué hace una persona cuando saca el móvil antes de irse a la cama”, apostilla San José.
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“Hay una cosa terrible que son películas y series que te dan la razón todo el rato. Me gustan más las obras que te ponen en conflicto con tus ideas preconcebidas. Aquí teníamos que contar que la protagonista es una tía que tiene un problema, que es que España piensa que ella es una broma y su padre piensa de ella eso mismo más todavía, y esa rabia y ese orgullo que puede tener cualquier hijo aquí se aplica a algo tan bestia como es la monarquía, que se basa precisamente en la herencia de padres a hijos”, dice Cobeaga. “Escribir para molestar es bastante sencillo, porque hay cosas que la gente no quiere escuchar, las escribes y ya estás siendo polémico. Es más macarra empatizar con gente con la que nunca empatizarías que hacer chistes provocadores”, concluye San José.
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