Gran televisión, según Donald Trump
Me pregunto cuántas veces desde el viernes se habrá visto Trump a sí mismo diciéndole a Zelenski: “Estás jugando con la III Guerra Mundial”
“Esto va a ser gran televisión”. De la terrorífica encerrona de Trump a Zelenski en la Casa Blanca el pasado viernes, la declaración que más me impresionó fue la que encabeza esta columna. Y fíjense si había donde elegir. Esa apreciación la soltó Trump al final de la reunión. Esa fue su conclusión, tras acorralar al presidente de un país en guerra que lleva más de 40.000 muertos a sus espaldas. Mientras humillaba al líder de Ucrania, se conoce que Trump andaba preocupado por la calidad del espectáculo. ¿El líder del mundo libre o un aspirante a ganar Gran Hermano? Con perdón a los concursantes de Gran Hermano.
Trump tiene más experiencia en televisión que en política, si es que la experiencia en este caso es un grado. Sus 11 años como presentador y productor de The Apprentice son casi el triple del tiempo que ha pasado en la Casa Blanca. Además, es un notable espectador. John Bolton, su exconsejero de Seguridad Nacional, contó sobre su primer mandato: “Si pudieran cronometrar el tiempo que pasó en el despacho oval y el tiempo que pasó en el comedor contiguo al despacho oval viendo las noticias por cable, el resultado sería muy interesante”. Y son de sobra conocidas sus aspiraciones en el show business, del que formó parte, como miembro del sindicato de actores, hasta 2021. Le faltó interpelar a Zelenski de actor a actor y presumir de sus cameos en Solo en casa 2 y en Sexo en Nueva York. Me pregunto cuántas veces desde el viernes se habrá visto a sí mismo diciéndole: “Estás jugando con la III Guerra Mundial”.
“Ayer el presidente Trump recibió a Zelenski en la Casa Blanca y fue muy muy bien. Todos los que lo vieron se sintieron a gusto y pensaron: ‘El mundo es ahora un lugar más seguro’. Aquí tienen una recreación de su histórica conferencia de prensa”. Con este texto sobreimpreso en pantalla comenzó el pasado Saturday Night Live y acto seguido dio paso a un sketch en el que trataron de parodiar la reunión. Una proeza teniendo en cuenta que no habían pasado ni 30 horas entre uno y otra, y otro detalle menor: que hemos vislumbrado el fin del orden geopolítico mundial que hemos conocido en los últimos 80 años. Trump es malo para la parodia porque ya se la hace él solo, pero desde la comedia debemos mirar el lado bueno: peor es para el mundo.
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