Vídeo: Emoción y rabia tras la expulsión de la universidad de las mujeres en Afganistán
Las estudiantes han sido rechazadas de los campus después de que la administración de los talibanes suspendiera su educación terciaria
Hasti y Rafat son dos estudiantes de Afganistán que no podrán acceder a la universidad después de que el Gobierno dirigido por los talibanes haya comunicado la suspensión del acceso de las mujeres a la educación terciaria con efecto inmediato. Esta decisión se determinó la noche del martes 20 de diciembre mediante una carta del Ministerio de Educación Superior a las universidades en un comunicado que provocó la condena de gobiernos extranjeros y de las Naciones Unidas. Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de Naciones Unidas, ha manifestado que el anuncio es “otra promesa rota de los talibanes. Desde su toma del poder y en los últimos meses, solo hemos visto una disminución del espacio de las mujeres, no solo en la educación, sino en el acceso a los espacios públicos, su exclusión del debate público”.
En el vídeo que acompaña la noticia, las jóvenes relatan cómo se enteraron de la decisión y cómo les afecta de cara al futuro. “Esta mañana fuimos a la universidad y vimos que los talibanes no nos permitían entrar en la universidad”, explica la estudiante Rafta. Muchas de estas chicas se presentaron, hace dos meses, junto a miles de estudiantes a las pruebas para ingresar en la universidad, lo que suponía una oportunidad para acceder a la educación superior, que ahora se ve frustrada por esta decisión.
Desde hace casi un año y medio las restricciones a las libertades de las mujeres y los recortes a sus derechos humanos son una constante en el país, con la imposición del burka, la segregación por sexo en lugares públicos o la obligación de ir acompañadas en trayectos largos por un familiar masculino. Esta decisión por parte del Gobierno de Afganistán puede complicar los esfuerzos de la administración talibán por obtener el reconocimiento internacional y así librarse de las sanciones que complican gravemente su economía. De hecho, los dirigentes talibanes han declarado que “desean mantener relaciones pacíficas con la comunidad internacional, pero que los extranjeros no deben interferir en los asuntos internos”.