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La larga carrera de Córdoba

La candidatura cordobesa fue la primera de las 15 en ponerse en marcha

Córdoba tiene un sueño. Convertirse en la Capital Europea de la Cultura en el año 2016. De hecho, de las 15 ciudades españolas que se postulan a este título, la capital de la Mezquita fue la primera en presentarse, en 2002. "Llevamos años realizando un trabajo sistemático, de manera muy elaborada, muy pensada. Eso es lo que nos diferencia de otras candidaturas", explican en la Oficina de la Capitalidad.

Y es que desde entonces, la ciudad ha multiplicado su oferta cultural. Creando citas anuales como, por ejemplo, Eutopía o Cosmopoética, que tratan de cumplir los preceptos que se buscan en las capitales europeas de la cultura. Unos mandamientos que, a grandes rasgos, podrían resumirse en dos: participación y europeísmo. Para llevarlos a cabo, desde 2009, Córdoba elabora un dossier de actuaciones culturales, bautizado como En Clave 16, en el que se vertebran los 16 hitos culturales más importantes del año, desde el Festival de la Guitarra a la Noche Blanca del Flamenco, pasando por muestras de arte contemporáneo dentro del ciclo Periféricos o por el cine de animación, con el festival Animacor.

Los espacios públicos suplirán la falta de infraestructuras
El proyecto quiere ser "duradero" y pretende huir del fuego de artificio
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Si la capitalidad cultural se obtuviese por oposición, a Córdoba no se le podría acusar de no haberse estudiado todos los temas. "El trabajo de investigación e información que hemos realizado durante estos años es uno de los sellos de la candidatura. Se han organizado seminarios internacionales, se han dado conferencias, se han invitado a gestores de ciudades que fueron capital cultural, como Luxemburgo, Glasgow, Lille o Brujas", explican en la Oficina. Todos los expertos internacionales que han conocido la apuesta cordobesa han aportado sus consejos y críticas.

Los técnicos cordobeses han hablado con sus homólogos de las capitales ganadoras pendientes de celebrar su año grande -Marsella lo hará en 2013- e incluso se han sentado a estudiar los proyectos que fracasaron, como Burdeos.

Las conclusiones de tantos años de estudio ya se están aplicando. "La capitalidad cultural que busca Córdoba tratará de ser, por un lado duradera: es decir, se quiere huir de cualquier fuego de artificio, de que la capitalidad sea flor de un día y se pretende que la apuesta cultural, como valor primordial de la ciudad, no termine al acabar el año".

Y por otro lado, se busca que sea "un proyecto sostenible, que vaya creciendo poco a poco de manera racional con eventos que articulen el calendario y la oferta", explican los gestores de la candidatura cordobesa.

La Oficina de la Capitalidad de Córdoba considera que tiene, entre sus puntos fuertes, el sello de interculturalidad que impregna a Córdoba desde hace siglos, heredado de la presencia musulmana, judía y cristiana.

Además, creen que la actual falta de infraestructuras se suple con una invasión de la cultura en los espacios públicos, desde los patios de las casas a las plazas o las calles, apostando por la participación ciudadana y la implicación de los artistas locales y europeos que dan un acento internacional a todos los eventos.

No obstante, la ciudad está reforzando su equipamiento cultural. Se ha abierto un centro de visitantes e interpretación puntero en Medina Azahara, se han terminado las obras de la ampliación del Museo Arqueológico (uno de los más importantes de España), se construye el centro de creación contemporánea C4 y avanzan las obras de reforma del Museo Taurino y del Teatro Góngora, entre otras apuestas.

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