‘Makers’, africanos que construyen innovación
El movimiento 'maker' está arraigando en África apoyándose en una tradición de reciclaje en la vida cotidiana Emeka Okafor es uno de los impulsores de la Maker Faire Africa que se ha celebrado en Sudáfrica y uno de los gurús de los inventores del continente
El movimiento maker se expande en todo el mundo, responde a la necesidad del ser humano de construir con sus propias manos, pero también al impulso de innovar. Esta corriente, en el continente africano, tiene unas características especiales. El lema Do It Yourself (hazlo tu mismo), que es una de las divisas de este grupo, adquiere un significado especial en el caso africano.
Los casos de la impresora 3D construida con desechos electrónicos en Togo, o los sistemas para separar los compuestos de un vertedero de cadáveres tecnológicos en Ghana, son algunos de los ejemplos más atractivos y que han conseguido más popularidad. Sin embargo, no son los únicos casos en los que el ingenio africano se pone al servicio de la resolución de problemas prácticos con medios limitados. En distintos puntos del continente algunas cabezas pensantes creativas han conseguido generar molinos alimenticios reduciendo la complejidad de los mecanismos o construir placas solares a partir de los compuestos químicos de una mala hierba local, o incluso han buscado la manera de convertir la orina en combustible; los inventores africanos están pensando en máquinas para verificar y asegurar el voto en los comicios electorales ahuyentando el fantasma del fraude.
La lista de invenciones podría ser interminable. Pero todas tienen algo en común, se han generado contando con la precariedad de medios y han combinado el espíritu maker global con los conocimientos y la forma de hacer tradicionales de los distintos rincones del continente. Las actividades de estos individuos inquietos se complementan con iniciativas conjuntas, como los fablab o makerspaces, en general, que aparecen en muchas ciudades de África subsahariana, desde Antananarivo hasta Dakar pasando por Nairobi, y que construyen comunidades de makers. Y de la misma manera, surgen empresas sociales, fundaciones u ONG y todo tipo de organizaciones que tratan de fomentar y animar este espíritu creador y, sobre todo, de facilitar salidas prácticas para los inventos.
El nigeriano Emeka Okafor es una especie de gurú del movimiento maker en África. Uno de sus pioneros e impulsores; animador de dos blogs fundamentales, Timbuktu Chronicles y Emergent Africa; promotor, por ejemplo, de la Maker Faire Africa que se ha celebrado recientemente (el 5 y 6 de diciembre) en Johannesburgo. Un auténtico referente.
Este experto tiene una visión muy clara de las características del movimiento en el continente: "Los makers no son una novedad en África, siempre han existido. El movimiento tiene mucho menos de hobbie en el continente porque, como los niveles de vida son generalmente más bajos, la visión como aficionado de fin de semana es casi un lujo". El making en el continente no es una afición, es una necesidad. "Así que tradicionalmente, los makers africanos han enfocado su creatividad en solucionar problemas concretos de la vida cotidiana, en generar inventos que tengan un impacto inmediato en su vida diaria. Y, desde luego, la experiencia nos muestra que son tan ingeniosos como los de cualquier otra parte del mundo", explica Okafor.
Está comúnmente aceptado que las limitaciones materiales agudizan el ingenio y esta es, fundamentalmente, la razón de ser original del movimiento maker africano. También fue lo que empujó a Okafor a poner su atención en este ámbito y tratar de animarlo. "La ausencia de fabricación en el continente y la necesidad de importar la mayor parte de los aparatos me ha preocupado desde hace tiempo. Siempre me he preguntado por qué no hemos sido capaces de desarrollar una cultura de producción a pesar de tener tantos individuos creativos e inventores", explica Okafor. Ese es el sentido, por ejemplo, de la Maker Faire Africa, generar un espacio en el que mostrar estas invenciones.
Para este experto el reciclaje es un elemento capital del movimiento maker en África y tiene un carácter beneficioso, aunque con algunas limitaciones. "Es fundamental que se haga con seguridad y con una dinámica de no-explotación de los que lo realizan, por supuesto", apostilla. La reutilización es uno de los pilares del movimiento maker en África, precisamente por esa escasez de materiales disponibles. "En entornos en los que los recursos son raros, la reutilización se convierte en una vía para conseguirlos como cualquier otra", defiende Okafor.
La ecuación del movimiento maker en África tiene algunas variables que ya se han podido despejar: en el continente no faltan la creatividad y el ingenio, parece que las ideas innovadoras están garantizadas; por lo que se refiere a los recursos, a pesar de ser escasos, se han podido encontrar alternativas como el reaprovechamiento. Sin embargo, todavía queda una incógnita. Para Emeka Okafor el futuro de esta dinámica depende de la disponibilidad de "espacios creativos en los que estos grupos puedan crecer, evolucionar y madurar". "Los makerspaces serán importantes en el futuro porque proporcionan a estas comunidades el acceso a equipamiento y a herramientas y porque les ofrecen el ambiente que necesitan para continuar avanzando", pronostica Okafor. Estos espacios ya son una realidad, se expanden por el continente y favorecen el trabajo colaborativo y el uso compartido de los conocimientos que son dos de los fundamentos del movimiento maker y que en el ecosistema digital africano están ampliamente arraigados.
Con estos elementos, el resultado de la ecuación es un clima de optimismo. "El making acaba con los compartimentos estancos y provoca una polinización cruzada de diferentes ámbitos de interés y se están produciendo evoluciones interesantes en distintos aspectos de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC), sobre todo, en hardware y software, pero también por ejemplo en biotecnología", explica el impulsor de la Maker Faire Africa. Sin embargo, considera que las TIC no son suficientes para el desarrollo del continente, no si ese proceso no va acompañado de la cultura de la producción que va de la mano del movimiento maker. "África necesita una cultura de la manufactura, producir las cosas directamente, igual que lo hacen Europa, América o Asia", advierte.
Y es por eso, por lo que este movimiento maker reduce algunas viejas fracturas, cuando lleva a inventores africanos a ser admirados en ferias de todo el mundo: "El making no es una calle de una sola dirección. En Occidente pueden aprender de la creatividad con pocos recursos de los makers africanos y del sur global, en general. Además la modificación de los entornos socioculturales en la creación, la invención y la innovación en diferentes sentidos, puede impulsar el desarrollo de la sociedad global", predice Okafor.
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