El fútbol femenino le da a Colombia la gloria que no ha logrado Jesurún
Pese a no contar con el nivel de apoyo que tienen los hombres, la selección femenina sub-17 clasificó a la primera final que jugará Colombia en un mundial de fútbol
Era el séptimo cobro de la selección de Nigeria desde el punto penal. A Colombia le habían tapado un tiro y las africanas habían fallado en otro, que se fue al palo. A un costado de la cancha del estadio Fatorda, en el Estado de Goa, al occidente de la India, las jugadoras de ambos equipos anclaban sus rodillas en el césped y las manos en el rostro. Algunas elevaban sus brazos y también sus oraciones hasta que llegó el golpe, y no fue de suerte. La arquera colombiana, Luisa Agudelo, atajó con fuerza el lanzamiento de la nigeriana Comfort Folorunsho y selló la victoria. Agudelo, la menor de las jugadoras colombianas con 15 años de edad, aseguró el histórico paso de la selección de Colombia femenina a la final del mundial sub-17, el primero que logra el país en cualquier categoría, incluidas las de hombres.
Lo más lejos que había llegado una selección colombiana en un mundial de fútbol fue a la semifinal sub-20 masculina en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, hace casi 20 años, en 2003. En esa oportunidad, el camino a la final se frustró en un partido contra España por un gol de penalti de Andrés Iniesta, tras una falta en el área que nubló las ilusiones. La selección nacional ocupó el tercer lugar del campeonato. La sub-17 masculina fue cuarta en el Mundial de Finlandia, ese mismo año. En las categorías femeninas, la selección sub-20 había logrado también el cuarto puesto en Alemania, en 2010.
Esta vez, el equipo juvenil dirigido por el técnico Carlos Paniagua, tuvo al menos ocho llegadas al arco en los noventa minutos de la semifinal. Ante la ausencia de goles, la diferencia concluyó 5-6 en una tensa tanda de penaltis. “Este triunfo se lo dedico a mi mamá, a mi familia y a todos los que han estado conmigo para que pueda estar aquí. ¡Los amo mucho, Colombia!”, expresó emocionada la arquera en sus primeras declaraciones. Instantes antes, Agudelo se había abalanzado sobre el resto del equipo que saltaba jovial en el campo. La pasión del uniforme rojo no solo se reflejó en sus palabras, sino en un país que celebró el triunfo con el sonido improvisado de pitos de carros en las calles, o hasta con lágrimas de emoción. Y no es para menos. Las mujeres han logrado lo que la dirigencia del fútbol, que les ha dado poco respaldo, no.
Además de clasificar a la final del Mundial sub 17, que disputarán el próximo domingo contra España, la selección femenina se quedó con el subcampeonato de la Copa América en julio pasado, gracias a una destacada participación de jugadoras como Linda Caicedo, Catalina Usme, Leicy Santos, Daniela Montoya, Mayra Ramírez, Manuela Vanegas, Daniela Arias, Liana Salazar y la arquera Catalina Pérez. Las mujeres jugaron entonces un partido digno de final que terminó 1-0 a favor de Brasil, equipo que se ha consagrado como campeón en ocho de las nueve ediciones del torneo. Con ese resultado, también lograron el cupo al Mundial Australia-Nueva Zelanda 2023 y a los Juegos Olímpicos de París 2024.
En contraste, el equipo de los hombres se quedó por fuera del mundial de Qatar 2022. Aunque venció por una diferencia mínima a Venezuela, la selección cerró su participación en las eliminatorias con un punto menos que Perú, que le ganó a Paraguay en Lima, el pasado 29 de marzo. Colombia venía de clasificar a dos mundiales seguidos, el de Brasil 2014, en el que avanzó hasta cuartos de final, y el de Rusia 2018, donde quedó eliminada por Inglaterra en octavos. Al no pasar al Mundial de este año, el equipo se perdió de unos 12 millones de dólares que reparte la FIFA a cada equipo por la clasificación.
Mientras tanto, la entrega de premios económicos para las mujeres, en las distintas categorías, suele ser tema de debate. Al presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, le llovieron críticas hace pocos días por poner en duda los reconocimientos para las jugadoras de la selección sub-17. “Los premios solo se dan a los futbolistas profesionales, ellas son unas muchachas amateurs”, dijo. Solo después del triunfo del sábado pasado ante Tanzania, que les dio el paso a semifinales, la Federación publicó un comunicado comprometiéndose a entregar incentivos para las futbolistas, pese a que “la normatividad de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) establece que las categorías sub 17 y sub 20 no son absolutas o mayores”.
El cariño que la arquera Luisa Agudelo le expresó al país al término del partido contra Nigeria es recíproco. Las jugadoras se han ganado a pulso el respeto y la admiración de una afición que ha sido testigo de sus luchas. “Nadie sabe lo que uno ha hecho para llegar hasta acá, lo que ha sufrido, tanto sacrificio”, dijo la capitana Linda Caicedo, actual goleadora del campeonato con cuatro anotaciones y nominada a los premios Globe Soccer Awards como mejor jugadora del año. La historia del fútbol femenino se ha escrito a punta de denuncias de las propias jugadoras sobre la falta de trato digno, de estabilidad de la liga local que este año, por ejemplo, no se realizó en el segundo semestre; el pago de salarios bajos e inestables y escasos reconocimientos económicos. Aunque su partido más difícil ha sido el de la desigualdad, han demostrado con goles que son merecedoras del triunfo.
Incluso los futbolistas hombres reconocen el desempeño de las jugadoras. “Felicitaciones a todas”, publicó Radamel Falcao, luego de su clasificación a la final del Mundial femenino sub-17. “Orgullo de Colombia”, celebró, por su parte, James Rodríguez. El presidente Gustavo Petro, entre tanto, reiteró que las jugadoras “no solo merecen toda nuestra admiración y reconocimiento sino que merecen salarios dignos, una liga femenina, patrocinios y todo el apoyo del gobierno nacional. ¡Creemos y apoyamos el fútbol femenino!”. Y agregó: “adelante y felicitaciones”.
Para seguir adelante, las futbolistas colombianas necesitan no solo de aplausos. Desde hace varios años, la afición reclama hechos por parte de las directivas del fútbol que demuestren un respaldo más decidido a las jugadoras. Con sus numerosas victorias, las mujeres ya han dejado claro que las canchas de fútbol hace rato dejaron de ser un templo exclusivo de hombres.
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