El Petro más ecologista se despide de su primer Davos
El presidente de Colombia insiste en el Foro Económico Mundial en la necesidad de una “economía descarbonizada” como única salida posible a la crisis climática
Gustavo Petro ha dejado ver esta semana –una vez más– su lado más ecologista, en su primera y esperada aparición ante la élite económica mundial en Davos. El presidente de Colombia estuvo desde el martes hasta el viernes en Suiza para asistir al Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), y allí insistió en una defensa apasionada de su propuesta para “descarbonizar” aceleradamente la economía como única salida para atajar la crisis climática que enfrenta el planeta.
Desde el mismo momento en que pisó la nieve de Davos, una estación de esquí alpina convertida en epicentro del capitalismo, Petro reiteró que considera el hambre, la crisis climática y la guerra como temas “cruciales para la existencia de la humanidad”. En medio de una intensa agenda de reuniones bilaterales con jefes de Estado y presidentes de multinacionales, su momento estelar llegó el miércoles, cuando estuvo en una sesión al lado de Al Gore, entre otros participantes. Si el ex vicepresidente de Estados Unidos se hizo famoso como activista ambiental con su documental Una verdad incómoda, Petro aprovechó el escenario para lanzar sus propias verdades incómodas. “Puede que comencemos los tiempos de la extinción si no somos capaces como humanidad de actuar políticamente”, advirtió desde la tarima.
En Suiza, el mandatario colombiano martilló con insistencia la idea de que el capitalismo, tal como lo hemos conocido en los últimos 30 años, es incapaz de detener la crisis climática. “Los empresarios de Davos deberían pensar en otro capitalismo como su última posibilidad: el capitalismo descarbonizado”, defendió el jueves en una declaración destinada a apuntalar sus planteamientos. Ese capitalismo descarbonizado, con un destacado papel de la planificación pública y multilateral, está obligado a “lograr que el acuerdo climático busque sin rodeos la reducción del consumo de carbón, del petróleo y del gas hasta llegar a cero emisiones en el corto plazo”, sostuvo. Añadió que eso implica reformas profundas al sistema financiero mundial que permitan cambiar deuda por acciones climáticas concretas.
Es una vieja obsesión con la que el presidente Petro ha arengado a los líderes mundiales en varias ocasiones. La propuso desde su discurso de posesión, hace un semestre, e insistió en ella cuando se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas. También en la cumbre climática de Egipto, la COP27, sobre las que ha dicho que deberían tener un carácter vinculante. “Estamos trabajando en Davos el tema de deuda por naturaleza, cómo estructurarlo de forma más ambiciosa, no solamente para Colombia si no para que en el mundo más países puedan precisamente invertir en acción climática, ha sido uno de los temas centrales”, dijo a este periódico la ministra de Ambiente, Susana Muhamad. A Petro lo acompañaron también en Davos sus ministros de Hacienda, José Antonio Ocampo; Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva; y Minas y Energía, Irene Vélez.
Precisamente Vélez generó revuelo de nuevo al reiterar que el Gobierno no firmará nuevos contratos de exploración de petróleo y gas. Un asunto espinoso que en el pasado generó desencuentros con Ocampo, el ministro de Hacienda, pues el petróleo representa el 40% de las exportaciones colombianas. “Parte de lo que hemos venido a hacer aquí, en concreto tiene que ver con la sustitución de la matriz de exportación colombiana”, señaló Petro en lo que se interpretó como un respaldo. El turismo y las energías limpias, ha defendido el presidente, pueden llenar en un corto plazo el vacío que va a dejar la economía fósil (petróleo, carbón y gas). Ecopetrol, la petrolera estatal, debe consolidarse como generador de energías limpias, proyecta el mandatario.
En una edición en la que estuvieron ausentes los líderes de las principales potencias del planeta, las posiciones de Petro son ilustrativas del cambio de ciclo en Latinoamérica, donde la izquierda avanza posiciones con un discurso con mayor énfasis ambiental. La región, sacudida en el nuevo año por el intento de golpe de Estado en Brasil y las incesantes protestas en Perú, también estuvo presente en los debates de Davos, donde Petro compartió eventos con los presidentes de Ecuador, Guillermo Lasso; de Costa Rica, Rodrigo Chaves; y también con el flamante ministro de Hacienda de Lula da Silva, Fernando Haddad. El colombiano, que también defendió su política de paz total, marcó un contraste con la anterior edición del Foro, en la que participaron tanto su antecesor, Iván Duque, un crítico de los acuerdos de paz, como la entonces vicepresidente de Perú, Dina Boaluarte, hoy en el poder y asediada por las protestas.
A Colombia le fue bien porque tuvo una significativa presencia en un evento en el cual América Latina estuvo poco representada, valora desde las gélidas calles de Davos Ricardo Ávila, el analista senior del periódico El Tiempo que lleva diez años asistiendo al Foro Económico Mundial. Petro habló en foros, se reunió con gente y sus ministros también. Pero Ávila señala que le fue mal con el mensaje de cambiar el capitalismo por la planificación central. “Para los inversionistas a los cuales sí les interesa Colombia, que venga un presidente aquí, diga que no cree en el mercado y envíe señales de cambiar las reglas de juego, es malo”, advierte. “La gente se da cuenta de que hay dos discursos en el Gobierno. Uno representado por una línea como la de Ocampo, y otra representada por una línea como las de las ministras de Minas y de Ambiente. Eso tampoco ayuda”, agrega. Petro, que abraza el ecologismo desde sus tiempos de exilio en Bélgica, hace tres décadas, no parece tener reparos en repetir su mensaje, a pesar de las resistencias. Cuantas veces haga falta.
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