Susana Muhamad: “La paz total tiene que incluir la paz con la naturaleza”
La ministra de Ambiente atribuye la caída en las cifras de deforestación, el menor nivel en nueve años, a un cambio de enfoque para trabajar de la mano de las comunidades
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Susana Muhamad (Bogotá, 46 años) sabe bien cómo es trabajar de cerca con Gustavo Petro. La ministra de Ambiente de Colombia ya fue secretaria de...
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Susana Muhamad (Bogotá, 46 años) sabe bien cómo es trabajar de cerca con Gustavo Petro. La ministra de Ambiente de Colombia ya fue secretaria de esa misma cartera cuando el hoy presidente era alcalde de Bogotá, y es uno de los rostros más visibles del gabinete en el llamado Gobierno del cambio. En el año que lleva en el poder, Petro se ha mostrado ante el mundo como un ambientalista convencido. Temas como la lucha contra el cambio climático, la transición a energías limpias y la protección de la selva amazónica han sido algunas de sus principales banderas. Muhamad es en gran medida la encargada de aterrizar su visión para uno de los países más biodiversos del planeta.
Uno de los principales logros del Gobierno ha sido la reducción de la deforestación, un 29% en el 2022, como destacó el propio Petro esta semana al instalar las sesiones del Congreso de la República. “La selva amazónica en cierta forma depende de la paz de Colombia”, llegó a apuntar en un pasaje de su discurso, pues los esfuerzos por detener la tala y la quema en la Amazonía están ligados tanto a la búsqueda de la paz total con distintos grupos armados como a la implementación de los aspectos más ‘verdes’ del acuerdo firmado con la extinta guerrilla de las FARC. “No podemos alcanzar la paz si no hacemos la paz con la naturaleza”, coincide la ministra de Ambiente en esta entrevista por videollamada que responde desde Chocó, donde se encontraba para trabajar con el cuerpo de Guardianes del río Atrato, creado por la sentencia que declaró a ese río sujeto de derechos.
Pregunta. ¿A qué atribuye esa notoria caída en las cifras de deforestación?
Respuesta. Primero, a un cambio de enfoque en la política. Pasó de ser un enfoque punitivo hacia las comunidades de base que estaban inmersas en operaciones de deforestación, a recuperar la confianza en el marco de acuerdos sociales del Estado. Para nosotros la deforestación es el síntoma de una falta de control territorial y de un proceso de rentas ilícitas en territorio. Entonces, lo primero que nos propusimos fue recuperar la confianza social utilizando el cambio de Gobierno y empezando a trabajar de la mano de esas comunidades en los núcleos de deforestación, hacia una oportunidad social y económica diferente. Lo segundo es que se incluyó desde temprano en los diálogos exploratorios de la paz total el tema ambiental, y se solicitó un gesto de buena voluntad por parte de los actores armados con los que se dialoga. Un tercer factor que también influyó es que estamos en periodo de La Niña, que tiene más días húmedos de lo normal.
P. Es un logro notable para un primer año, ¿este Gobierno va a perseguir ahora metas más ambiciosas para reducir la deforestación?
R. La meta es mantener esto año tras año. En la historia de la curva de deforestación, la última vez que llegamos a una cifra parecida fue hacia 2013 y a partir de ahí se volvió a disparar. La meta realmente está orientada a mantener el resultado. Es lo que nos diría que realmente hemos logrado consolidar un proceso territorial sólido que va en otra dirección. Entonces, más que subir o bajar la meta, el problema aquí es de sostenibilidad.
P. El anterior Gobierno de Iván Duque (2018-2022) militarizó la política ambiental, ustedes han tenido otro enfoque. ¿Implementar el acuerdo de paz es ahora la principal estrategia?
R. Son cinco pilares y si alguno falla no funciona. Lo que hemos logrado es implementando dos o tres con fuerza en algunas zonas, lograríamos más si podamos implementarlos todos. El primero es consolidar una economía bajo unos acuerdos sociales que sistemáticamente recupere el bosque, y no lo destruya. El segundo sí es la paz total. El tercero es la investigación criminal y cómo logramos llegar a determinadores de la deforestación y llevar a la justicia a aquellos que realmente se están lucrando. El cuarto tiene que ver con ordenamiento territorial, específicamente en la Amazonía. Y el quinto es fortalecer las instituciones locales, la gobernanza local.
P. Los asuntos ambientales están presentes en la mesa de diálogos con el ELN y en los acercamientos con las disidencias de las FARC, ¿cuál es el lugar que ocupan en la paz total?
R. Es un lugar crítico. Los territorios de la paz total son también los territorios de los ecosistemas estratégicos más importantes del país. Por lo tanto, la paz total tiene que incluir la paz con la naturaleza. Podríamos hacer una paz total desarrollista, destructora de la naturaleza y terminar agudizando conflictos territoriales que pasan precisamente por el control territorial. O podemos, por el contrario, incluir esa variable como parte del acuerdo fundamental. Esta nueva ola de posibles acuerdos de paz tiene una connotación territorial muy fuerte.
P. ¿La lucha contra la deforestación depende de los diálogos con las disidencias de las FARC, el llamado Estado Mayor Central, que es el actor armado dominante en el arco de la deforestación?
R. Es un factor importante, pero no suficiente. No son los únicos responsables, el acaparamiento de tierra va más allá de ellos. Ni lo controlan todo, ni son los únicos. Entonces sí, juegan un papel importante y ojalá podamos involucrar eso en el diálogo como un aspecto muy positivo. Pero igual de importante es la estabilización de la tierra de la región y la legitimidad social del Estado en el territorio.
P. Venimos del encuentro preparatorio de Leticia, ¿ya hay una visión conjunta de los países amazónicos para evitar un punto de no retorno de cara a la próxima cumbre en Belem do Pará, en Brasil?
R. Se avanzó mucho en un entendimiento común. Hay unas señales conjuntas que avanzan hacia consensos progresivos. Hay temas clave de participación social y comunidades locales; del intercambio de conocimiento científico y conocimiento indígena; de una estrategia común de control del crimen transnacional; y del fortalecimiento de la institucionalidad de la OTCA [Organización del Tratado de Cooperación Amazónica]
P. ¿Cuál es la visión que impulsa Colombia?
R. Además de esas cuatro cosas hemos empujado un compromiso de cierre de la frontera de hidrocarburos. Esto significa que vayamos marchitando las concesiones que hay, que se terminen esas explotaciones pero que no se abran nuevas. Eso no tiene consenso, pero es una posición que Colombia quiere empujar. Y el otro tema es el canje de deuda por naturaleza. Hay varias propuestas sobre la mesa en el tema de financiamiento.
P. Usted ha acompañado al presidente desde hace años. ¿Ha cambiado el Petro de la Alcaldía frente al Petro de la Presidencia?
R. Creo que sí, hay mucha más madurez y la verdad es que no es lo mismo ser alcalde que presidente. Es un rol y una escala de responsabilidad muy diferente. Veo a un presidente mucho más maduro políticamente, mucho más estratégico. Hay una evolución, pero lo que no ha cambiado es su compromiso con el cambio. Tampoco su empecinamiento con el compromiso político que asumió con sus electores ni su muy profunda preocupación por los más vulnerables de la sociedad.
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