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Rusia “presionó” al régimen de Ortega y Murillo para presentar un caso de genocidio contra Alemania en La Haya

Fuentes de inteligencias occidentales citadas por ‘Politico’ revelan que se trata de una treta de Moscú para intentar avalar su invasión en Ucrania a la luz de la guerra entre Israel y Hamas

Daniel Ortega
Daniel Ortega, el miércoles en Caracas.Leonardo Fernandez Viloria (REUTERS)
Wilfredo Miranda Aburto

A finales de enero de 2024, la Alcaldía sandinista de Managua renombró una pista de 2,8 kilómetros de longitud que atraviesa el centro histórico de la capital nicaragüense, muy cerca de la vera del Lago Xolotlán: pasó de llamarse Dupla Norte a Pista Gaza, como un gesto de “solidaridad” del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo “a la resistencia y heroísmo del hermano pueblo de Palestina”. Al lado de la vía también se inauguró el Parque Palestina. Un mes después, el primero de marzo, Nicaragua sorprendió en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) al presentar una acusación en contra de Alemania por “facilitar la comisión de genocidio” en Palestina al brindar apoyo político y militar a Israel.

Las suspicacias en torno al proceso abierto por Managua en contra de Berlín causaron suspicacias de inmediato, porque Nicaragua “tiene poquísimas razones para involucrarse en un conflicto de Oriente Medio”: ha mantenido una relación con Alemania considerada como “una estrecha amistad”, ya que históricamente los alemanes han sido de los principales cooperantes del país centroamericano. A la vez, esta acusación podría resultar en “un tiro en la propia rodilla”, ya que el régimen de Ortega y Murillo abre las puertas a la justicia internacional para juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos desde las protestas sociales de 2018 por policías, paramilitares y el gobierno sandinista.

El PAÍS conoció otra duda que surgió entre círculos diplomáticos europeos: “¿En realidad Nicaragua tiene los recursos para pagar a los abogados que empujan esta demanda contra Alemania?” Entre ellos sobresale Alain Pellet, un jurista francés considerado uno de los expertos más destacados en materia internacional, leyes y uno de los litigantes más activos en La Haya. Las dudas parecen empezar a disiparse a partir de este 24 de abril, después que el portal especializado Politico publicara un artículo que señala que la demanda de Managua contra Berlín por facilitar un genocidio “probablemente se produjo a instancias de Rusia”.

“Una detallada evaluación de los servicios de inteligencia occidentales presentada a Politico determinó que Rusia, que mantiene estrechas relaciones con los líderes autoritarios de Nicaragua, probablemente presionó a sus aliados en Managua para que utilizaran la llamada Convención sobre el Genocidio de 1948 para perseguir a Alemania ante la CIJ”, reporta el diario estadounidense.

Las alegaciones nicaragüenses se basan en un primer caso presentado por Sudáfrica en enero de 2024, en el que jueces de La Haya ordenaron a Israel tomar “todas las medidas posibles” para evitar actos genocidas. El Gobierno de Ortega y Murillo insiste en que los alemanes violan la Convención contra el Genocidio de 1948, establecida después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto perpetrado por los nazis.

Las razones de Putin para usar a Ortega en La Haya

El régimen de Ortega y Murillo mantiene una relación estrecha con Moscú, al punto que es de los pocos países en el mundo que en foros internacionales apoya abiertamente la invasión de Vladimir Putin en Ucrania. Politico sostiene que Putin “puede haber tenido una buena razón para intervenir en el tribunal y recurrir a la ayuda de sus antiguos aliados en Nicaragua”.

“Aunque la mayoría de los juristas creen que el caso de Nicaragua carece de fundamento, la acusación de genocidio ante el máximo órgano judicial de la ONU es una humillación para Berlín. Los crímenes contra la humanidad cometidos por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial dieron lugar a la Convención sobre el Genocidio, y el país lleva décadas intentando convencer al mundo de que respeta las normas más estrictas de derechos humanos y derecho internacional”, contextualiza el artículo de Politico. “Para Putin, que parece disfrutar especialmente trolleando a los alemanes, la humillación puede haber formado parte del cálculo”.

Politico plantea que si Rusia está detrás de la maniobra, es probable que hubiera una motivación más apremiante para sentar a Alemania en el banquillo de los acusados de la CIJ, según la evaluación de los servicios de inteligencia: “Intentar socavar la credibilidad del tribunal en los países occidentales convirtiéndolo en escenario de argumentos jurídicos engañosos”.

Resulta que Rusia ha tenido un paso pedregoso en La Haya en los últimos años, en especial desde que Ucrania llevó a Moscú al tribunal por la invasión en febrero de 2022. La CIJ amparó a los ucranianos y pidió al Kremlin que “suspendiera inmediatamente sus operaciones militares, a la espera de su decisión final”.

“Rusia hizo caso omiso de la orden –la CIJ no tiene capacidad para hacer cumplir sus decisiones–, pero el fallo sigue irritando a Moscú porque despoja al régimen de Putin de cualquier pretensión de legitimidad internacional para su guerra de agresión”, concluye Politico, basado en las fuentes de inteligencia. “Mientras tanto, Moscú utilizará el caso de Nicaragua contra Alemania y el procedimiento separado de genocidio presentado por Sudáfrica contra Israel para socavar la legitimidad del tribunal y argumentar a través de sus canales de propaganda que Rusia es víctima de un doble rasero”, dijeron los funcionarios occidentales citados por la publicación.

Managua cierra embajada en Berlín

A principios del mes de abril, el régimen de Ortega y Murillo cerró la Embajada de Nicaragua en Berlín como consecuencia del caso. La decisión sorprendió a funcionarios alemanes y tensa por completo la relación diplomática. Félix Maradiaga, excarcelado político desterrado, ya había advertido antes que el diario Politico que la acusación de Managua contra Alemania “era una maniobra orquestada desde Moscú”.

“Rusia mantiene estrechas relaciones con la dictadura sandinista tal como lo vimos recientemente con la visita de Nikolai Patroshev en Managua, y visitas previas de Putin”, dice el ex precandidato presidencial a EL PAÍS. “Este movimiento de Ortega y su régimen no solo resulta chocante dada la histórica amistad entre Nicaragua y Alemania, sino que también carece de fundamentos sólidos. Este acto parece más una estratagema política que un gesto legítimo de solidaridad internacional, lo cual suscita interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de esta demanda”.

Maradiaga interpreta “la maniobra” como un intento de Ortega de alinearse aún más con Rusia, en un momento en que Vladimir Putin busca distracciones y apoyos internacionales ante el conflicto en Ucrania. “Al involucrarse en un litigio internacional que cuestiona a un miembro destacado de la OTAN como Alemania, Ortega no solo desvía la atención de las críticas internacionales hacia su propio régimen autoritario, sino que también intenta erosionar la imagen y la influencia de Alemania en el escenario mundial”, dice el politólogo desnacionalizado.

Por su parte, la demanda de Managua puede abrir las puertas para que otro Estado realice una demanda similar en su contra por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la pareja Ortega-Murillo y sus operadores represivos, documentados por organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y un grupo de expertos de Naciones Unidas, que señala a los Ortega-Murillo de comandar crímenes de lesa humanidad.

Los expertos valoran que el régimen puede ser demandado de forma similar en instancias como la Corte Penal Internacional (CPI), debido a los señalamientos por su participación en delitos como persecución política y religiosa, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales y privación arbitraria de la libertad, entre otros. “Se puede llevar a cabo una demanda ante la CPI por los hechos punibles que, sin duda, está cometiendo la dictadura de Ortega”, dijo el exasesor de la OEA, Guillermo Belt. “Alguien debería de llevar el caso, por ejemplo, de la apatridia que ha cometido en los últimos años”.

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Sobre la firma

Wilfredo Miranda Aburto
Periodista nicaragüense. Colaborador de EL PAÍS basado en Costa Rica, donde está exiliado. Ha cubierto temas políticos, en especial sobre violaciones de derechos humanos: desplazamiento forzado, tráfico ilegal de tierras indígenas, medio ambiente y ejecuciones extrajudiciales en Centroamérica. Ha ganado el premio Ortega y Gasset y el Rey de España.
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