Asesinado un jefe de seguridad de una de las cárceles más peligrosas de Ecuador

El subjefe de seguridad del cuerpo de agentes penitenciarios de la cárcel de Cotopaxi, una de las prisiones más grandes y peligrosas de Ecuador, fue asesinado este viernes por sicarios, a plena luz del día. Olger Moreno recibió dos disparos en la cabeza mientras se encontraba a bordo de su vehículo, en un ataque perpetrado por dos hombres que lo interceptaron en la avenida Eloy Alfaro, en Latacunga, a tan solo quince minutos de la cárcel donde trabajaba.

El asesinato de responsables de prisiones, desde las que opera el crimen organizado, se ha convertido en una práctica habitual. Van siete en lo que llevamos de año, según cifras oficiales. El Gobierno de Daniel Noboa tomó el control de casi todas ellas durante el Estado de excepción, lo que le daba poderes para utilizar a los militares en tareas de seguridad, pero después de un tiempo de relativa calma la violencia vuelve a golpear al país.

Este último crimen, ocurrido al mediodía del viernes, fue confirmado por la Fiscalía, que anunció la detención de dos personas en relación con el asesinato. Según las primeras investigaciones, los sicarios persiguieron al agente hasta darle muerte, lo que desató una operación policial para capturar a los responsables. “En coordinación con la Policía Nacional, se han realizado operativos de investigación, resultando en la detención de dos personas hasta el momento”, señaló el Sistema de Atención a Privados de la Libertad (SNAI), la entidad gubernamental encargada del manejo penitenciario.

El SNAI también indicó que presentará una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Cotopaxi para asegurar que el crimen no quede impune. Tres directores de prisiones asesinados no tenían ni siquiera protección. Tampoco esta nueva víctima. No hace mucho tiempo se dio otro homicidio: hace apenas una semana, una guía penitenciaria fue acribillada en una parada de autobús en Guayaquil.

La cárcel de Cotopaxi, que alberga a cerca de 5.000 reclusos, se encuentra intervenida por militares desde enero de 2024, cuando el presidente Daniel Noboa decretó la intervención de las prisiones en un intento por frenar el poder de los 22 grupos criminales que controlan las cárceles del país.

El asesinato de Moreno ocurre pocos días después de un traslado masivo de 1.200 presos desde la cárcel de Tungurahua hacia Cotopaxi, una reubicación que, según el SNAI, responde a la “necesidad de especializar los centros penitenciarios”. Sin embargo, los movimientos de presos han sido tradicionalmente detonantes de nuevas oleadas de violencia, tanto dentro como fuera de las prisiones. A pesar de que el Gobierno de Noboa asegura tener el control militar sobre los centros penitenciarios, hace dos semanas se registró una nueva masacre en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, donde 17 presos fueron asesinados. Este nuevo ataque refleja la persistente crisis de seguridad que enfrenta el sistema penitenciario de Ecuador.