La patronal alavesa evita criticar los recortes y pide estímulos económicos

Pascal Gómez, el presidente de los empresarios alaveses, la patronal SEA, reconoció ayer, durante la presentación del programa de avales del Gobierno vasco para pymes y autónomos, que el escenario económico se “ha endurecido” debido a las políticas del ejecutivo central —entre las que se encuentra la subida del IVA, la reducción del salario de los funcionarios y de la prestación por desempleo—, pero no las criticó. Gómez, según explicó, está convencido de que las medidas “persiguen la optimización de los recursos humanos y materiales” teniendo en cuenta la situación de los actuales “ingresos existentes”. Gómez echó en falta, eso sí, la “ausencia” de estímulos económicos por parte del Gobierno de Rajoy para reactivar la actividad, tanto para el “consumo” como a la hora de “la recaudación tributaria”. Para ello, el presidente de SEA propuso que el Gobierno vasco convierta en un “laboratorio de innovación fiscal” el Órgano de Coordinación Tributaria, para que las empresas de Euskadi puedan exprimir hasta el máximo las opciones que les da el Concierto Económico.

El presidente de SEA, que estuvo acompañado en su intervención por el consejero de Industria, Bernabé Unda, pidió a las instituciones vascas “tener en cuenta” las propuestas incluidas en el Plan de Reactivación de la Economía Vasca elaborado por Confebask. Unda, por otro lado, destacó cómo en tiempos de crisis es necesario el “poder acceder” a vías de crédito y avales, y recordó que el Departamento vasco de Industria también ha puesto en marcha iniciativas para incentivar la “internacionalización y la innovación tecnológica”.

Además de las medidas para reactivar la economía, el presidente de los empresarios alaveses pidió al Gobierno vasco y a las diputaciones forales la reforma del tipo de Impuesto de Sociedades, para que Álava pueda figurar así en el “pelotón de cabeza” de las regiones más importantes de Europa.

De no aplicarse sus propuestas, Gómez auguró malos tiempos para las empresas del sector, que pasarían, según su opinión, a perder puestos frente a “regiones más pujantes”, perdiendo así “la competitividad y posibilidades de supervivencia de las empresas vascas”.