La ACM, expoliada pero sumisa
La asociación municipalista renuncia por el momento a reclamar que Solà y Matas devuelvan el dinero que, según el fiscal, saquearon a la institución
La Asociación Catalana de Municipios es una entidad que durante años fue, presuntamente, expoliada por el que fuera su secretario general hasta 2011, Josep Maria Matas, y su ex director de servicios jurídicos, Xavier Solà, que fue también secretario general de Cultura en la anterior legislatura.. La afirmación la escribe el fiscal anticorrupción, Emilio Sánchez Ulled, en la querella contra Matas y Solà por haber “desviado de forma continuada fondos a su bolsillo” desde las arcas de la ACM, a través de empresas pantalla. Matas facturó desde la entidad municipalista un millón de euros por servicios qu erealizaban terceros por un precio muy inferior, y Solà adjudicó a una empresa que compartía con Matas una promoción de pisos de la fundación de la ACM, que él mismo dirigía, según las informaciones que desveló EL PAÍS.
El fiscal anticorrupción cree que las acciones que cometieron Matas y Solà en la ACM suponen el “expolio” de la entidad, tradicionalmente ligada a CiU. Pero los dirigentes del ente municipalista no parecen preocupados por el presunto desfalco en sus cuentas. La ACM renuncia, de momento, a emprender cualquier acción para recuperar todo el dinero sustraído. Matas, pese a no reconocer su culpabilidad, devolvió algunas de las cantidades distraídas. Tampoco se personará, por ahora, como parte en la causa del fiscal contra Matas y Solà. En la ACM, nadie quiere hablar del tema. “No haremos ninguna declaración por ahora. De momento, conocemos el caso por la prensa. Cuando la justicia nos requiera colaboraremos en lo que se nos pida”, se limita a responder por teléfono el portavoz del ente.
Las apropiaciones de Solà y Matas
Parés y Solé SL Esta empresa de Matas facturó 849.042 euros a la ACM por unos servicios que nunca prestó.
Los manuales La Generalitat concedió una subvención de 60.000 euros a la ACM para editar manuales. Matas simuló contratar a una empresa de su primo, que emitió facturas por 81.160 euros, pero los manuales nunca se hicieron.
Los catálogos. La ACM prometió ayuda a los municipios para un catálogo de masías. Matas y Solà cobraron por unos trabajos que no hicieron; Matas, 214.771 euros, y Solà, 189.912 euros.
Las viviendas Matas y Solà facturaron 94.981 euros a la fundación promotora de viviendas de la ACM, que dirigía Solà, por una promoción de viviendas en Vic, donde el propio Solà era concejal de Urbanismo. Las obras se pararon.
La entidad está dirigida por el alcalde de Premià de Mar, Miquel Buch, de CiU. Tampoco los representantes de Partit dels Socialistes y Esquerra Republicana en la entidad parecen dispuestos a presionar a Buch para que la ACM reaccione judicialmente ante el presunto expolio. “Ahora hay poca actividad en la entidad. No nos hemos planteado pedir que se persone como acusación particular. Ya acordamos en el comité ejecutivo de la ACM que pondriamos a disposición de la justicia toda la documentación que haga falta”, explica el portavoz del PSC en la ACM, Joan Maria Parralejo.
Tampoco ERC, que en su día ya votó junto a CiU para evitar que Buch explicara en el Parlament las irregularidades de la ACM, presionará al alcalde de Premià para que actue contra Matas y Solà. “Es una entidad que da servicios a los Ayuntamientos, y siempre tenemos actitudes colaborativas. No nos cerramos a ninguna posibilidad, pero no haremos sangre del caso”, agrega el vicesecretario general de Coordinación INterna y Territorio de ERC, Eduard López.
Solo Iniciativa plantea que se haga algo en el ente municipalista. Albert López, representante ecosocialista en la ACM, asegura que Miquel Buch prometió en el comité ejecutivo que la entidad se presentaría como parte si se probaba que Matas se había enriquecido con la entidad. “Entiendo que cumplirá con su palabra. En los próximos días hablaremos sobre ello para ver qué posición oficial toma la ACM”, apunta López.
La inacción del ente no es nueva: la dirección de la entidad ya se negó a que la Sindicatura de Cuentas auditara sus Presupuestos.
El fiscal Sánchez Ulled considera que “el expolio” de la ACM permitió a Matas, que “hacía y deshacía a su antojo en la entidad”, adquirir “un significativo patrimonio inmobiliario” y para coprar “vehículos de alta gama”. También Solà pudo “pagar una segunda residencia en Cadaquès” gracias al dinero. Estos indicios apuintados por el fiscal en su querella son insuficientes para que la ACM actue.
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