Miles de coruñeses piden a Feijóo que presione y salve Santa Bárbara

Miles de personas, más de 8.000 según la organización, han salido esta mañana de nuevo a las calles de A Coruña para manifestarse en defensa de los 172 puestos de trabajo de la fábrica de armas de Santa Bárbara y en favor de un plan de viabilidad que evite el cierre de esta factoría de la multinacional norteamericana General Dynamics. En la marcha han participado representantes de todos los grupos políticos, incluido el PP.

El presidente del comité de empresa, Roberto Teixido, asegura que se ha abierto una “pequeña rendija por unas gestiones que hizo el alcalde de A Coruña ante el secretario de Estado de Defensa” con el fin de que “la alternativa industrial se pueda plantear”. El martes habrá una reunión de la dirección de General Dinamycs en Madrid con las federaciones de Industria de los sindicatos de UGT y CCOO para decidir el futuro de la planta.

“Pero nosotros seguimos echando en falta que el pulso definitivo es el que tiene que plantear Núñez Feijóo ante el Gobierno y el Ministerio de Defensa de que queremos una alternativa que se ha dado en Murcia y Castilla y León, para que nos dejen luchar por nuestro futuro y no fulminarnos en el plazo de un mes”, ha reclamado el presidente del comité de empresa de la histórica factoría de A Coruña.

Los representantes del comité de empresa han defendido que están haciendo todo lo posible para buscar una salida a la fábrica pero la multinacional se opone. Teixido ha denunciado que “se está viviendo una situación kafkiana”, ya que los trabajadores han presentado la posibilidad de diversificar la producción de la planta de cara a sectores como el eólico o la aeronáutica, una cuestión que la empresa rechaza. “La empresa no deja entrar en estos sectores porque tiene el objetivo claro de cerrar la planta”, acusa el portavoz de los trabajadores.

El viernes de esta semana finaliza el plazo de los trabajadores para acogerse a bajas voluntarias pero, según ha asegurado Teixido a Europa Press, hasta la fecha ningún trabajador se ha acogido a esta medida de “chantaje puro y duro que plantea la multinacional”. Y es que una vez cumplido el plazo, si los empleados no se acogen a las bajas voluntarias, pasarán a ser forzosas y la empresa finalizará su actividad el 30 de abril, según explica el comité.