Rebajas para cambiar la tendencia

Las últimas rebajas, las del pasado verano, empezaron bien y acabaron mal; otra vez con un descenso de las ventas pese a los fuertes descuentos. Los comerciantes intentan encomendarse ahora al optimismo para cambiar el signo a la campaña de descuentos de invierno que dio inicio ayer. Tras seis años de caída del consumo, intentan pensar en positivo tras un mes de noviembre en el que las ventas del comercio al detalle crecieron un 2,7% (sin tener en cuenta estaciones de servicio) y en el que la campaña navideña no ha ido tampoco del todo mal.

El primer día de las rebajas de invierno fue fuerte en las tiendas, ya sea porque era festivo en los centros escolares, porque había que cambiar algunos regalos dejados por los Reyes Magos o porque, efectivamente, la confianza ha regresado al consumidor. Los comerciantes, en todo caso, no quieren ni pensar en que la campaña se cierre como el “desastre” del año pasado, como la volvió a calificar ayer el secretario general de la Confederación del Comercio de Cataluña, Miquel Àngel Fraile. Entonces se facturó 780 millones de euros; ahora ese nuevo optimismo se cifra en 800 millones durante las próximas semanas.

No es una cifra menor. Sobre todo si se tiene en cuenta que muchos establecimientos, algunos de grandes marcas, aprovecharon el reclamo navideño para lanzar descuentos y bonificaciones. Es una fórmula que no es nueva pero que se ha intensificado en los últimos tiempos por dos motivos. Primero, la crisis. Segundo, la guerra legislativa en materia de comercio que mantienen los Gobiernos central y autonómico y que tiene totalmente desorientados a los comerciantes, que ya no saben a qué ley, decreto o sentencia judicial deben atenerse, ya sea para aplicar descuentos o para decidir sus horarios.

Fraile indicó ayer que el gasto medio entre los consumidores será de entre unos 90 y 100 euros, mientras que la media en el conjunto de España es de unos 60. Los descuentos en los 30.000 comercios catalanes serán muy amplios y pueden alcanzar hasta el 70%, sobre todo en moda, complementos y artículos de hogar, que volverán a ser los más beneficiados. El optimismo del pequeño comercio es compartido también por la patronal de la gran distribución, Anged, confiada en agotar los remanentes que hay todavía en los almacenes, si bien los stocks son menores porque los comercios también han reducido compras.