La reválida de Fontàs
El central del Celta, afianzado en el ‘once’ titular, regresa al Camp Nou dos años después
En el Celta juega un central de 24 años con una Champions en su palmarés. Hoy, Andreu Fontàs vuelve a la que fue su casa en un equipo en el que ha encontrado al fin la regularidad que necesitaba para asentarse en Primera División. “No tengo nada que demostrar”, anunció hace unos días. Pero el Camp Nou siempre actúa de juez, y más a un chico de La Masia.
Fontàs es un ejemplo del reclutamiento de jóvenes talentos del Barça, pero también un caso de ascenso meteórico. Jugó hasta los 16 años, entonces de mediocentro, en el equipo de su pueblo, el Banyoles. Allí destacó en todas las categorías hasta que el Girona llamó a su puerta. Duró un año en juveniles, el tiempo que tardó en ficharlo el Barça, que se adelantó a las ofertas del Atlético y Espanyol.
Desde entonces, su trayectoria no se puede desligar de la de Luis Enrique. Tras una primera vuelta sin jugar en su primer año en Segunda B, el entrenador gijonés le reclamó y acabó por darle la titularidad. Actuaciones que le valieron el pasaporte para hacer la pretemporada siguiente con el primer equipo, ya en 2009. Fontàs tuvo entonces la suerte y la desgracia de coincidir con el mejor Barça de todos los tiempos. La suerte fue encontrarse a Guardiola y su apuesta por La Masia, ya que fue uno de los 22 canteranos que debutaron bajo su mando en cuatro años. La desgracia va implícita: con Piqué y Puyol en plena forma, además de Milito, Márquez y el fichaje de Chigrinski primero, la reconversión de Abidal después y la efervescencia de Bartra por último, limitaron sobremanera sus participaciones en el equipo. Una, cinco y de nuevo una aparición liguera en los tres años siguientes. Al tercer curso, en cualquier caso, ya contaba con la ficha del primer equipo.
Su trayectoria no se puede desligar de la de Luis Enrique, primero en el filial y ahora en Vigo
Pero cuando más parecía que llegaría, en un partido de Copa, en un Reyno de Navarra helado, se rompió el ligamento anterior cruzado de la rodilla derecha. Lesión que le mantuvo seis meses inactivo y le despidió del Barcelona, cedido el año pasado al Mallorca para que sumara minutos en Primera. Pero fue un calvario, desprovisto de la confianza de Joaquín Caparrós y Gregorio Manzano sucesivamente, con un total de cinco encuentros de titular, más tiempo en la grada que vestido de corto.
Hasta que Luis Enrique volvió a cruzarse en su camino. El entrenador, recién llegado a Vigo tras su fallida etapa en el Roma, le ofreció un puesto importante en el equipo, como en los viejos tiempos en el filial. Promesa cumplida; titular indiscutible desde el inicio de la temporada, es el tercer jugador que más ha usado Luis Enrique, con 2.408 minutos (26 partidos de inicio a fin). Premio doble porque al haber jugado más del 60% de los duelos de la Liga, se ejecutó automáticamente su cláusula de renovación, lo que le vincula dos años más al Celta, siempre y cuando el Barça no ejerza su derecho de repesca a final de esta temporada por un millón de euros.
Cómodo en el eje de la zaga —aunque también actúa de mediocentro en caso de urgencia—, como le enseñó a jugar Luis Enrique en el Barça B, Fontàs gobierna la salida del balón, reminiscencia azulgrana. Sin chirriar en el juego aéreo y excelente en la anticipación, su trascendencia en el Camp Nou parece capital para el Celta, toda vez que se presupone la fiereza de un rival necesitado de victorias para no perder la Liga antes de tiempo.
El Celta no ha ganado nunca en el Camp Nou, pero hoy Luis Enrique y su pupilo Fontàs buscarán celebrar una victoria en un escenario que a ellos dos ya les ha dado muchas alegrías.
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