¿Europa? Sí, con más control y transparencia
No sirve el discurso de los viejos partidos de que a Europa se va a defender los intereses de España
El domingo 25 de mayo quizá parezca un domingo cualquiera. Es muy probable que ese día haga calor, quizá usted se vaya a la playa o tenga que asistir a una boda o a la comunión de su sobrino. Pero además de los lugares comunes de finales de mayo, el día 25 tendrá lugar algo menos frecuente, algo que ocurre una vez cada cinco años: todos los ciudadanos europeos, desde Helsinki hasta Jerez, estaremos llamados a elegir la composición del Parlamento Europeo, concedámosle el tiempo que requiere. En UPyD estamos convencidos de que nuestra Comunitat y España necesitan una Unión más fuerte, con más control y transparencia. Queremos que la cámara legislativa asuma más protagonismo en la próxima legislatura. Será la octava. La cuestión no es baladí. El balance de trabajo del Parlamento Europeo durante los últimos cinco años arroja 750 leyes aprobadas en 72 plenos, 620 actos no legislativos, 21.000 votos y 32.000 enmiendas o lo que es lo mismo, más de 500 al mes.
Mi partido ha votado recientemente a favor de un informe del Parlamento Europeo que pide mejorar el control y la transparencia de la financiación de los partidos políticos europeos y sus fundaciones. Según la propuesta, la Eurocámara y una autoridad independiente elegida por el Consejo, la Comisión y el propio Parlamento se encargarán de verificar que las formaciones políticas europeas cumplen con las normas de financiación y no utilizan, por ejemplo, el dinero europeo para campañas de política nacional.
Así, si un partido o una fundación hace un mal uso de los fondos que le da la Unión Europea, tendrá que pagar una multa y se enfrentará a la posibilidad de dejar de recibir dinero comunitario por un periodo de hasta cinco años.
Por otro lado, el nuevo marco normativo establece que para todas las donaciones a los partidos políticos por encima de los 3.000 euros, será obligatorio hacer público tanto el nombre de los donantes como las cantidades correspondientes.
Además, el documento establece que los partidos y fundaciones que quieran optar al estatuto jurídico europeo y a recibir fondos comunitarios deberán respetar en sus estatutos y actuación los valores fundacionales de la Unión Europea. Para acceder a estos fondos, un partido tendrá que tener al menos un diputado elegido al Parlamento Europeo, mientras que el porcentaje de recursos propios de los países que el partido necesita para recibir financiación europea seguirá siendo del 15%.
Algunos gobiernos deberían tomar ejemplo de lo que se hace en el Parlamento Europeo. Hace algunos días el Grupo Parlamentario de UPyD en el Congreso instó al Ejecutivo de Mariano Rajoy a crear un delito específico para la financiación ilegal de los partidos políticos aplicable tanto a la financiación ordinaria como a la electoral.
En nuestra Comunitat tenemos la desgracia de haber sufrido varios de los episodios más bochornosos de la historia política reciente de España. Que un presidente de la Generalitat haya salido en todas las portadas de la prensa nacional y en las cabeceras regionales por asuntos turbios o que incluso corresponsales de medios de comunicación extranjeros con sede en Madrid hayan viajado a Valencia expresamente para elaborar reportajes que ejemplificaban la crisis económica con casos de corrupción, despilfarro, nepotismo y políticas públicas erráticas demuestran que las cosas no se han hecho bien, que los representantes públicos se han servido de la política y que esta se ha escrito solo en minúsculas.
Pero nosotros no nos resignamos a agachar la cabeza y la política con mayúsculas empieza a escribirse el próximo 25 de mayo. Que no se confundan. Cada eurodiputado que salga elegido en las urnas representa los intereses de todos los europeos. No sirve el discurso de los viejos partidos de que a Europa se va a defender los intereses de España. En Bruselas y en Estrasburgo se defienden los derechos de todos los vecinos de la Unión. Eso es creer en un proyecto común de convivencia, no en un club privado de Estados. Parece que algunos siguen sin entenderlo.
En mi partido no hay cuotas autonómicas, tampoco debe haberlas en la Eurocámara. Creer en Europa supone superar los miedos y las barreras del siglo XX, sus fronteras, sus recelos, sus tensiones y sus guerras. No hay mejor antídoto para apaciguar el militarismo que compartir cosas: una constitución, una bandera, una moneda, unas instituciones, una paz y una prosperidad. Quien sostiene un libro en la mano no puede pelear. No hay mayor acumulación de cultura, saber, riqueza e historia que en el Viejo Continente. Sería una lástima dejar que otros voten por usted porque piense que Bruselas está lleno de burócratas. 750 leyes en cinco años son muchas normas para no prestar atención a su contenido y a sus consecuencias.
Eso sí, el bipartidismo ha culpado durante todos estos años a Bruselas de decisiones que han tomado ellos y han patrimonializado éxitos que eran de la Unión. Hay algunos que siguen creyendo que estamos en 1648 tras la firma del Tratado de Westfalia.
Es evidente que uno no ama lo que no conoce. Decía recientemente en una rueda de prensa en Valencia nuestro eurodiputado y candidato, Francisco Sosa Wagner, que los medios de comunicación han dejado de lado durante casi cinco años la actualidad informativa que se genera en Bruselas. Tenemos la oportunidad en apenas quince días de recordar a los votantes que allí se trabaja y mucho, que no hace falta pertenecer a un partido grande para redactar informes, presentar proposiciones o formular preguntas que nos afectan en nuestro día a día.
Alexis Marí Malonda es coordinador territorial de UPyD en la Comunidad Valenciana
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