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Entre la calle y el ‘prime time’

La pugna por la alcaldía se libra lejos del Palacio de Cibeles. El PSOE prepara asambleas ciudadanas, IU trabaja con grupos sociales, Podemos debate su futuro en Internet y el PP examina a sus aspirantes en los medios de comunicación

Carmona, en un acto por el día del Orgullo Gay en julio.
Carmona, en un acto por el día del Orgullo Gay en julio.LUCA PIERGIOVANNI (EFE)

De poco servirán en los próximos ocho meses los 500 millones de euros que costó a los madrileños la transformación del Palacio de Cibeles en sede del Ayuntamiento. Hasta las elecciones municipales de mayo, el futuro político de la capital y de los 7,3 millones de habitantes de su área metropolitana se dirimirá en la calle, en Internet y en tertulias televisivas.

Tres de los cuatro partidos con representación municipal (PP, PSOE e IU) carecen de candidato para gobernar Madrid a partir de 2015, pero ya saben que sus actuales líderes, que defienden sus políticas en los foros institucionales, no seguirán al frente tras las elecciones. Limitada así su capacidad para marcar la agenda, están obligados, voluntariamente o no, a ceder el protagonismo político a sus sucesores, una vez elegidos, en una convivencia que se presume difícil.

Mientras esta bandada de patos cojos (líderes políticos sin futuro electoral, en el argot de EE UU) debate sobre la ciudad en el Ayuntamiento, los candidatos de la izquierda (PSOE, IU y Podemos) han apostado por sacar el Ayuntamiento a la calle, conversando con los madrileños en las plazas al tiempo que reclaman su legitimidad como portavoces del pueblo en tertulias televisivas. Y en el PP, las aspirantes a relevar a la alcaldesa, Ana Botella, se postulan en los medios.

El primer relevo se producirá previsiblemente en el Partido Socialista. Su actual líder municipal, Jaime Lissavetzky, llegó al Ayuntamiento de la mano del ex secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en agosto de 2010. Nueve meses después, obtuvo el 24% de votos, frente al 50% del candidato del PP, Alberto Ruiz-Gallardón. Prometió quedarse, para remediar la volatilidad socialista; desde 1999, todos sus candidatos municipales han aterrizado poco antes de las elecciones, entre la improvisación y el golpe de efecto, y todos se han estrellado: Fernando Morán en 1999 (36% de votos), Trinidad Jiménez en 2003 (37%), Miguel Sebastián en 2007 (31%) y Lissavetky en 2011. La falta de apoyo del líder socialista madrileño, Tomás Gómez, y del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (que relevó a Rubalcaba en julio) llevaron sin embargo a Lissavetzky, con todo su pesar, a dar “un paso al lado” el pasado lunes.

Un PP en conflicto mira a UPyD

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, asegura que decidió en enero renunciar a ser la candidata del PP en 2015. Pero se lo comunicó formalmente al líder de su partido, Mariano Rajoy, a principios de septiembre (otras fuentes aseguran que se lo avanzó ya antes del verano), y lo hizo público el pasado día 9. Botella descorchó así una pugna que el PP confiaba en mantener soterrada hasta diciembre. Un día antes del anuncio de la alcaldesa, Rajoy había advertido de que no tiene “ninguna prisa” en decidir quién será el candidato en el Ayuntamiento y el Gobierno regional, donde tampoco Ignacio González las tiene todas consigo pese a haberse postulado varias veces. La presidenta del PP en Madrid, Esperanza Aguirre, que agradeció la renuncia de la alcaldesa al segundo en Twitter (“Ana Botella siempre ha hecho lo mejor para el PP”), ha evitado hasta el momento publicitar sus deseos, asegurándose al tiempo que nadie pueda dudar de ellos. Quizá espera, como Francisco Álvarez-Cascos en 2010, que “una marea creciente” vea “oportuno” su “regreso” a la primera fila política, que dejó formalmente al renunciar a la presidencia regional en favor de González en otoño de 2012. No da el paso de postularse porque González lo ha hecho “y está igualmente a la espera”. Y para esperar, prefiere esperar dejándose querer.

Tampoco Rajoy dará señal alguna previsiblemente hasta bien entrado el año que viene, en opinión del círculo más próximo a Botella, que trabaja con la idea de que serán la única cabeza visible del PP en el Ayuntamiento hasta entonces. Aguirre y la otra posible aspirante al puesto, la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, circunscriben por ahora su ambición a los titulares de los medios de comunicación.

Esta indefinición ha provocado sin embargo una escalada bélica en paralelo (con intercambios de descalificaciones más o menos abiertas en los medios) entre Cifuentes y González, que teme que su compañera de partido no aspire a la alcaldía sino al Gobierno regional.

El problema de fondo de todos ellos es que ninguna encuesta dibuja a ninguno como garante de una mayoría suficiente como para mantener Ayuntamiento o Comunidad —el PP ostenta ambas desde hace más de 20 años—. Cualquiera necesitaría de una alianza con Unión Progreso y Democracia, la única fuerza política que ha evitado por ahora airear sus enfrentamientos internos, si los hubiera, y espera a las elecciones primarias de noviembre con un único líder claro a nivel municipal, David Ortega, y alguna que otra duda sobre si Luis de Velasco, aparentemente incuestionado dentro de su formación, querrá continuar en la Comunidad.

Así, el candidato en 2015 será, con toda probabilidad, el diputado regional, profesor universitario y tertuliano Antonio Miguel Carmona (Madrid, 1963). Aún tiene que anunciar que se presenta a las elecciones primarias convocadas para el 19 de octubre, y ganarlas (el único contendiente, por ahora, es el sociólogo Enrique del Olmo, sin respaldo orgánico). Tiene a su favor el apoyo incondicional de su amigo Tomás Gómez, y la aquiescencia de Pedro Sánchez, que prometió neutralidad y ha dado carta blanca al líder regional. Carmona cuenta además con el respaldo y asesoramiento de dos figuras de sombra alargada en el PSOE: el ex jefe de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el ex presidente castellano-manchego y ex ministro José Bono.

Como altavoz tiene su tribuna de portavoz económico en la Asamblea regional, pero se da por descontado que el debate de los presupuestos, en unas semanas, será su adiós oficioso a la política autonómica. En principio, parece improbable que mantenga su participación regular en tertulias televisivas, sin por ello renunciar a acudir a todos los debates a los que sea invitado. La oposición institucional la dejará a Lissavetzky, que seguirá liderando el del Grupo Municipal hasta mayo.

Carmona, que lleva meses ya trabajando con un equipo reducido de asesores sobre temas municipales, se ha pasado agosto recorriendo la ciudad y emitiendo notas de prensa que, en gran medida, entraban en conflicto con la labor de Lissavetzky. Ahora que la sombra de una batalla fratricida en las primarias se ha disuelto, gracias a la retirada de éste, el candidato in pectore dará un “acelerón tremendo” a su plataforma, pensada no ya tanto para competir a nivel interno sino de cara a 2015, según fuentes conocedoras de su proyecto. A su centenar de consejeros técnicos se unirán ahora voces políticas, principalmente secretarios generales de distrito (Juan Segovia, de Fuencarral; Chema Dávila, de Centro). Carmona ha contactado también con ediles de la órbita de Lissavetzky para sumarles al proyecto, y promete tener en cuenta a su exrival, para el que ahora sólo tiene entre los suyos palabras amables.

Pero nadie se llama a engaño: Lissavetzky seguirá con su labor institucional en el Ayuntamiento, mientras Carmona hace oposición sobre todo en la calle, donde planea organizar asambleas ciudadanas para que, en palabras de su círculo más cercano, “devolver Madrid a los madrileños”. En su mente está revertir el proceso iniciado por Gallardón para centralizar el poder en el alcalde en detrimento de las juntas de distrito.

Pero no sólo. Además, pretende aprovechar el tiempo que va de las primarias a enero, cuando comenzará a cerrarse el programa y las listas electorales, para ir barrio a barrio, reuniéndose con grupos de vecinos para incorporar sus aportaciones. Carmona pretende promover además un presupuesto participativo, para que los madrileños decidan cómo se gasta parte del dinero público.

Las listas no se harán hasta el año que viene, y probablemente no se cerrarán hasta marzo, porque son siempre el proceso más convulso en un partido. La última palabra (y la primera) la tendrá Tomás Gómez. Preocupa el tenor de las encuestas, que en los últimos meses parecen reducir su expectativa de voto incluso por debajo del 19% que lograron en Madrid en las europeas de mayo.

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Y preocupa mucho Podemos, con el que se descarta llegar a acuerdos (“no habrá alianzas ni con populares ni con populistas”, afirman las citadas fuentes). El movimiento abanderado por Pablo Iglesias logró el 11% de votos en Madrid en las europeas, y las encuestas internas del PP elevan ahora su importancia más cerca del 20% que del 15%.

Podemos no necesita salir a la calle porque ya está en la calle. Y en las tertulias televisivas. Su proyección institucional se está fraguando desde el pasado 15 de septiembre en una asamblea constituyente que durará meses y decidirá su línea política nacional.

Más de 120.000 personas se han inscrito para debatir, en principio por Internet, las propuestas organizativas y compromisos del nuevo partido. El 18 y 19 de octubre se harán debates presenciales, y del 20 al 27 se votarán los tres documentos que definirán la formación a nivel organizativo y político. Hasta el 18 de noviembre se abrirá luego un periodo para elegir a los cargos internos; el debate sobre candidatos electorales se retrasará a diciembre o enero (para la capital, toma fuerza el politólogo Juan Carlos Monedero).

Una asamblea de Ganemos Madrid (entonces organizado como Municipalia), el pasado mes de julio.
Una asamblea de Ganemos Madrid (entonces organizado como Municipalia), el pasado mes de julio.MEDIALAB PRADO

En octubre se conocerá ya, en cualquier caso, si Podemos se integra o no en la plataforma electoral Ganemos o en otras propuestas conjuntas de la izquierda para concurrir a las elecciones de mayo. En Madrid, tanto IU (11% de votos en las europeas) como Equo han iniciado ya un proceso de convergencia en Ganemos a nivel municipal, que podría extenderse en breve en el caso de IU a nivel regional si así lo decide su líder, Eddy Sánchez (tras las reticencias iniciales, hace unos días se anunció dispuesto). Hasta ahora, Podemos sólo tiene presencia en Ganemos a nivel personal: hay muchos miembros de sus círculos en la plataforma, pero la decisión sobre si sumarse o no depende de la asamblea constituyente.

La calle (pero también las tertulias televisivas) parece también el territorio natural de IU, que nunca renunció a ella con Ángel Pérez como líder municipal, pero ahora parece reforzar su apuesta con este intento de convergencia en Ganemos, una plataforma ciudadana participativa e inclusiva. Pérez, candidato en 2007 (7%) y 2011 (11%), aparecía en las encuestas previas a la irrupción de Podemos con resultados superiores al 20%. Pero ya anunció en marzo de 2013 que no repetiría como candidato. El sector mayoritario de IU (que representa al 51% de la formación y lidera Sánchez) cedió en primavera ante la corriente alternativa (con un 49% de apoyos y el respaldo de la dirección nacional) para asegurar la paz interna y la candidatura regional de Sánchez. Esa corriente alternativa no piensa por ahora en candidatos (aunque sobresale el nombre del diputado autonómico Mauricio Valiente) sino en formar una gran coalición social.

“Queda muchísimo, por ahora está funcionando pero su potencial dependerá de que confluya todo el mundo”, afirma el edil de IU Jorge García Castaño. En la plataforma han entrado ya formalmente IU y Equo; hay además miembros, a nivel personal, de círculos de Podemos y de numerosas organizaciones ecologistas, sindicales y vecinales.

Su tercer plenario se celebrará el día 27; por ahora se discute de programa, “para tratar de construir un espacio en el que quepan todos”, pero con la vista puesta en la decisión final de Podemos. IU mantiene entre tanto sus procesos internos para elegir a un candidato municipal, pero supeditado a esta confluencia con Ganemos: en caso de prosperar, se celebrarían unas primarias abiertas para elegir a un cabeza de lista conjunto.

“Para ir solos a las elecciones ya llevamos años trabajando, lo fundamental ahora es ir todos juntos porque es lo que da opciones de ganar. Es la oportunidad de conquistar Madrid, no es tiempo de pensar en las elecciones generales [de finales de 2015]. Ganemos tiene que ser un espacio de confluencia con fuerte protagonismo ciudadano, no es de nadie ni contra nadie”, concluye el edil.

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