El vértigo de la paternidad tardía

San Sebastián acoge estos días el rodaje de Embarazados, la segunda película de Juana Macías, una comedia sobre la decisión de una pareja, que ronda los 40 años, de tener un hijo. "Es una comedia muy generacional, de quienes tienen treinta y muchos o cuarenta y tantos y empiezan a pensar en la maternidad y en la paternidad, y lo hacen como si no se hubiera hecho nunca. Empiezan a consultar como locos en Google y se pierde el sentido común", ha explicado esta mañana la realizadora, acompañada de parte del elenco del filme, entre ellos los dos protagonistas, Alina y Fran, interpretados por Alexandra Jiménez y Paco León.

La película, rodada en San Sebastián y con algunas localizaciones más en Madrid, se vertebra, como ha precisado la realizadora, a través de "situaciones reales absurdas con un toque de sentido del humor fino". Y, además, mostrará a un Paco León con un registro al que el público, según Macías, no está acostumbrado.

"Hago de normal", ha explicado León. "Es el primer personaje que hago que está muy cercano a mí, con unas características sociales y psicológicas muy parecidas", ha añadido el actor, quien ha detallado que su personaje se encuentra en un momento de su vida en el que debe optar por dejar de ser un adolescente eterno o decidir fundar una familia. Mientras que Alina sólo se da cuenta de lo que realmente quiere, ser madre, una vez que "se destruyen los pilares" que sustentan su vida, ha apuntado Jiménez.

Fran y Alina, en definitiva, ha subrayado León, "son representantes" de esas personas que se sienten "confundidas" cuando deben enfrentarse a una importante decisión como la de ser padres.

El filme, que se estrenará en primavera si se cumplen los cálculos de la realizadora, cuenta además con la interpretación de Elisa Mouliaá, Ernesto Sevilla, Iñaki Font, Alberto Amarilla, Ainhoa Aierbe y Karra Elejalde, entre otros.

Junto a Fran y Alina, el resto de personajes ahondan o muestran otras de las características de esa generación. Los dos amigos de Fran suponen un contrapunto al protagonista, el que está decidido a no abandonar la adolescencia, a pesar de tener 40 años, y el que entra en ese mundo adulto con otros retos. También el de la mujer que ha conseguido ser madre, que tiene un buen trabajo, pero que está obligada a llegar a todo, a hacer equilibrios imposibles y a no decir no. Y en el lado opuesto, la becaria, la persona que todavía, a diferencia del resto, considera que tiene todo el tiempo del mundo para construir su vida.