Inovyn recurre la sanción de Industria y recorta producción
La firma importará insumos para paliar el recorte de ayudas
La química Inovyn, con fábrica en Martorell (Baix Llobregat), anunció este jueves que ha iniciado acciones judiciales contra la decisión del Ministerio de Industria de excluir a la planta de una subvención por la que hubiera recibido 50 millones de euros. La multinacional participaba en el sistema de interrumpibilidad eléctrica, por el que percibía una compensación a cambio de reducir su consumo de energía cuando Red Eléctrica Española (REE) se lo pidiera. Pero Industria la sancionó por no superar tres pruebas este año y la vetó de participar en las subastas de 2015 y 2016.
Inovyn, de capital inglés y belga, afirmó en un comunicado que “está segura de haber cumplido con todas sus obligaciones del sistema de interrumpibilidad” y que ejecutará “todas las opciones para conseguir que esta resolución sea revocada”. La firma considera que fue otra empresa que trabaja para ella dentro de sus instalaciones la que cometió el error, por lo que rechaza la sanción.
La compañía ha decidido “como consecuencia directa de la exclusión” reducir al mínimo su producción de dicloroetano, un insumo necesario para elaborar el plástico que comercializa. Desde ahora comenzará a importarlo, ya que fabricarlo en su centro de Martorell “requiere un gran consumo de energía” y sin la ayuda del sistema de interrumpibilidad, traerlo del extranjero se hace “significativamente menos costoso”.
Fuentes de Inovyn afirmaron que esta decisión no repercutirá en la plantilla, compuesta por 500 trabajadores, pero que sí afectará al “personal indirecto”, que cifra en 2.000 personas, y los proveedores.
El presidente del comité de empresa, Jordi Calvo, explicó que los empleados temen que este recorte también repercuta en sus puestos de trabajo a largo plazo, por lo que retomarán las movilizaciones con una marcha el 3 de noviembre que partirá desde el centro de Martorell hasta el Ayuntamiento de dicha localidad. “Sabemos que si no se invierte en renovar las instalaciones, la fábrica no podrá mantenerse”, zanjó.
Inovyn necesita acondicionar su planta para reemplazar el mercurio por la tecnología de membrana. Si no lo hace antes de 2017, la ley no le permitirá seguir activa. La dirección pensaba costear la mayor parte de esta inversión con los 50 millones a los que podía optar en las subastas de interrumpibilidad.
Tras el veto, la empresa anunció que se tenía que replantear el futuro de la fábrica. Un portavoz de Inovyn aseguró en el comunicado que debido a “los recientes acontecimientos” la planta está “en una situación muy grave” en la que se reduce “no solo su actual contribución económica sino también su viabilidad a largo plazo”.
Después de la exclusión, la firma solicitó al ministerio que estudie su caso y, según fuentes del comité de empresa, incluso se habló de ver qué otras subvenciones en materia de energía podrían ser aplicables a la fábrica. Sin embargo, en la actualidad “lo único que llega desde la Administración es silencio”, lamentó Calvo.
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