Unidad institucional en el homenaje a las víctimas de Hipercor
Puigdemont ha sido interrumpido por gritos de un sector del público que lo acusaba de "golpista"
La huella que dejó el considerado como el atentado más sangriento de la historia de ETA en la capital catalana no se ha borrado. La ciudad lleva varios días conmemorando el 30º aniversario del acto terrorista que costó la vida de 21 personas y 45 heridos en el Hipercor de la Avenida de la Meridiana de Barcelona. A pocos metros de allí, la asociación catalana de víctimas de organizaciones terroristas (ACVOT), ha celebrado este lunes un acto solemne con la presencia de Mari Mar Blanco, la presidenta de la fundación víctimas del terrorismo. También han acudido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el lehendakari Íñigo Urkullu y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, entre otras autoridades políticas y policiales.
Junto al monumento conmemorativo que se instaló en 2003, en un parque cercano al hipermercado, José Vargas, presidente de la organización de víctimas catalanas ha pedido que "no se olvide nunca el sufrimiento y el horror de las víctimas". Vargas ha criticado que "molidos de los que avalaron este horror son de nuevo a las instituciones", en alusión a la izquierda abertzale. Aún así, ha añadido que no quería profundizar en temas políticos.
El dirigente ha apelado a no hacer grandes discursos para no instrumentalizar el acto. Pero no ha tenido éxito: Puigdemont ha sido interrumpido por los gritos de una parte del público que lo acusaba de "golpista". El presidente, que ha pedido perdón, ha huido de las polémicas y se ha dirigido directamente a las víctimas: "Os debemos de un abrazo muy fuerte. El dolor de las personas que perdisteis es difícil de superar". Puigdemont ha remarcado que "ya entonces sabíamos que no se consigue nada con la violencia".
La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, se ha disculpado por "si las instituciones de Barcelona no han estado a la altura de la memoria de las víctimas", y ha recordado el acto que hace dos días reunió las víctimas directas en el lugar exacto del atentado. Colau ha agradecido a los vecinos y agentes de la autoridad —bomberos, policías y sanitarios—, que estuvieron en su momento atendiendo a las víctimas del atentado.
Por su parte, Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior, ha dicho que hay que defender las víctimas del terrorismo porque "peligra en muchas ocasiones esta defensa con una buscada equidistancia. Hay unos verdugos y unas víctimas y el Gobierno de España estará con ellas", ha defendido. El ministro ha aprovechado el acto para recordar que ha estado en Bruselas en reuniones contra la amenaza yihadista esta semana. Además, ha remarcado: "Me he reunido y he escuchado el análisis de los Mossos y el Ertzaintza, de todos". Las palabras hacían referencia a la polémica con la Generalitat de Cataluña, que lo acusa de vetar una bolsa de 500 agentes nuevos para luchar contra el terrorismo y de no citarlos en las reuniones de lucha antiterrorista desde hace varios años.
El acto ha culminado con una ofrenda floral en recuerdo de "todas las víctimas", ha remarcado Vargas. Después los asistentes han escuchado El Cant dels Ocells, interpretado por parte de los alumnos de la escuela de Música Sis Cordes de Lloret de Mar y ha acabado con un minuto de silencio.
El de hoy ha sido el acto oficial de rigor. Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona ya celebró este sábado un acontecimiento propio en homenaje a las víctimas directas del fatídico ataque, un hecho inédito en las tres décadas que han pasado desde el atentado que conmocionó a todo el Estado al tratarse únicamente de personas civiles. Ese acto buscaba precisamente huir del papel institucional que ha tenido hoy. De hecho, la separación de los homenajes pone de manifiesto las diferencias políticas que a lo largo de tres décadas han impedido la unidad en este tipo de conmemoraciones a la ciudad.
Las víctimas directas han denunciado constantemente que las autoridades las han abandonado. Algunas de ellas no habían participado nunca en los actos, mientras que hace dos días fueron 20 familiares de las 21 víctimas. Hoy muchas de ellas no han participado. Algunas continúan reclamando responsabilidades, porque años después del atentado se dictaron sentencias que reconocían la responsabilidad patrimonial parcial del Estado al considerar que la Policía no actuó adecuadamente aquel 19 de junio de 1987.
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