Al rico revoltijo de géneros bajo la advocación de Brossa

Pornorondalles mallorquinas, una Alicia adulta en un país de maravillas dadaísta, una soprano y una pianista contratadas para dar un concierto de valses de fin de año en condiciones misteriosas, un jubilado y una joven okupa unidos por una batería, un Macbeth con aire de videoclip, La tempestad mirando a la crisis de la emigración y los refugiados con un Ariel que maltrata a los que llegan a su isla; un tercer Shakespeare, Otelo,  centrado en la manipulación, un poema flamenco a Lola Flores que es también un canto a la libertad de género... Estas son algunas de las cosas que se van a ver esta temporada en La Seca-Espai Brossa, el activo centro escénico barcelonés que bajo la advocación del desaparecido poeta Joan Brossa y su defensa de las artes parateatrales funciona como un incentivador y un paraguas para proyectos artísticos de muy diferente alcance, madurez y textura pero todos caracterizados por el deseo de transitar caminos nuevos, el riesgo y el entusiasmo.

Son un total de 23 espectáculos que de alguna manera, como recalca en su presentación de la la temporada el director del centro, Hermann Bonnín, manifiestan “un fuerte espíritu brossiano” en su voluntad de explorar límites y mezclar géneros.

Precisamente eso, el cuestionamiento del género, es lo que centra la programación de La Seca, según resaltó su director artístico, Ferran Madico, para el que la lucha por la normalización y convivencia de todas las identidades sexuales tiene un paralelismo en la de los lenguajes escénicos no hegemónicos por consolidarse.

La temporada incluye fidelidad al principio fundacional de la Seca de explorar, divulgar e internacionalizar la figura y la obra de Joan Brossa, del que en 2010 se conmemorará su centenario. Así, se celebrará la 15 ª edición de BarriBrossa, ciclo consagrado a expandir su poesía escénica y parateatral estrechamente vinculada a la cultura popular y que se proyectará a diversos espacios de la ciudad; tendrán lugar residencias temáticas sobre el universo brossiano bautizadas Abrossa'm y volverán los Dimarts Màgics, con la actuación de magos internacionales.

Ayer Bonnín y Madico congregaron a autores, directores y actores de los espectáculos de la temporada para que explicaran ellos mismos sus propuestas. Lo hicieron veteranos como la coreógrafa y bailarina Marta Carrasco (Perra de nadie), el imprescindible Hausson (Jugando con la magia, que le dirigirá el propio Madico), March Rosich (Àries de reservat), Ricard Borràs (que protagoniza Cat falling —juego fonético con “que et follin”—), o el Teatre Kaddisk (Per acabar amb el judici de Déu, de Artaud), y noveles como los jóvenes de la última hornada del Institut del Teatre Dúo Fàcil que ofrecerán un cabaré basado en la tradición mexicana sobre la muerte.

Toni Gomila abrió ya anoche la temporada en la sala Joan Brossa con Peccatum, una divertida selección de las rondalles recogidas por Mossèn Alcover en las que se destacan elementos inesperados (por lo políticamente incorrecto), y también ofrecerá Acorar, reflexión sobre la identidad a partir de la descripción de una jornada de matanza del cerdo en Mallorca.

Sempre a la verita tuya, de Manuel Veiga, que se presentará en marzo trata sobre el padre de un joven transformista asesinado por fachas durante la dictadura y que encontrará respuestas a través de Lola Flores, nada menos. Ausencies llevará a escena los cuentos de Cristina Fernández Cubas.

El ciclo de teatro documental Verbatim incluirá una obra sobre fotoperiodistas (entre ellos Joan Guerrero) y otra sobre los suicidios de adolescentes.