La fuerza inútil
El intento de Mossos de desalojar la plaza de Cataluña en 2011 no sirvió de nada. Las cargas del 1 de octubre de Policía y Guardia Civil, tampoco
Ya no hace falta dejarse la vida en busca de LA libreta. Ese cuaderno donde tomaste las notas que ahora, 10 años después, caes en que son claves. Encontrarlas es fundamental para tu vida como periodista a tiempo completo, y para la de los lectores, que seguro que verán el mundo con otros ojos cuando compartas con ellos semejante revelación enterrada, por torpeza, entre letras. “En España, la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro”, dicen que dijo Manuel Azaña. Aunque mis notas no tienen categoría de libro, todavía. Ni busco un secreto, creo. Es más eso, una revelación, que recuerdas borrosa, escrita en tinta azul, en la parte inferior del reverso de una página impar.
Tu responsabilidad, tu obligación moral, es encontrar esas notas, así que te pones a vaciar cajones de forma compulsiva sentada en el suelo de la redacción. Abres y cierras libretas, que lanzas a tu espalda mientras tus compañeros te miran y comprenden. A ellos también les ha pasado, seguro. Ellos también han perdido unas notas trascendentales para la historia de la humanidad.
Pero el 15-M cambió nuestras vidas de periodistas, para siempre y para mal. El cajón de las libretas ya no crece al mismo ritmo, y la fantasía de las revelaciones escondidas entre sus hojas adelgaza. En 2011, el movimiento de los indignados basó su estrategia en las redes sociales y nos arrastró al barro de Twitter, de donde ya no hemos salido, completamente enfangados. Para recuperar las notas que tomé sobre el traumático desalojo de la plaza de Catalunya, el 27 de mayo de 2011, a manos de los Mossos, solo he tenido que recuperar mis tuits.
6.43: “Llegan los Mossos”. 6.52: “Los Mossos aseguran que actúan para “garantizar salubridad pública”. En el centro de la plaza hay más de 400 personas”. 7.02: “Un agente de los Mossos y dos de la Guardia Urbana negocian con los indignados. Les piden que limpien la plaza”. 7.05: “Os podéis quedar, nadie os dice que os vayáis, pero hay que limpiar”, les dicen los agentes. Los indignados lo discuten en asamblea”. 7.16: “Operativo de limpieza”, repite la policía. Los acampados no han decidido aún qué hacer. Los agentes se preparan para intervenir”. 7.22: “La plaza de Catalunya está acordonada. Nadie entra ni sale. “No dejan entrar al legal team”, se quejan los indignados”. 7.31: “Mossos proponen que se queden en el centro de la plaza de Catalunya mientras ellos recogen”. 7.41: “Los Mossos acordonan el centro de la plaza mientras retiran objetos”. 7.44: “Los servicios de limpieza arrancan pancartas de la plaza. “Así se impone su democracia”, gritan los indignados”. 7.52: “Caras de enfado y tristeza entre los acampados mientras limpian plaza de Catalunya. “Muy bonito”, grita uno de ellos a un mosso”. 8.14: “Sillas, colchones, maderas, pancartas, botellas... El servicio de limpieza de Barcelona desmonta las comisiones”. 8.17: “Esto no es limpieza, es un desalojo”, gritan”. 8.34: “Decenas de personas se reúnen en los entornos de la plaza de Catalunya. Algunos gritos. No dejan entrar o salir a los camiones de limpieza”. 8.42: “Por favor, sed insumisos”, piden a los servicios de limpieza”. 9.12: “Antidisturbios rodean los camiones de la limpieza, que sentadas, una veintena de personas impiden que salgan”. 9.15: “Los antidisturbios proceden a desalojar a los que impiden que salgan los camiones”. 9.18: “Los Mossos cargan contra los que impiden trabajar a los camiones”. 9.21: “Algunos se resisten con todas sus fuerzas”. 9.29: “Los Mossos han logrado que saliesen unos cuantos camiones. Se rebaja la tensión”. 9.43: “Resistencia pacífica en estos momentos en los alrededores de la plaza de Catalunya”. 9.53: “Mossos han intentado abrir paso de nuevo en los alrededores de la plaza. Al verse rodeados, han parado” 10.38: “Inician de nuevo la carga para abrir paso. La refriega amenaza con acabar porrazos”. 10.16: “14 heridos leves en plaza de Catalunya. Uno de ellos, mosso. Una persona ha sido trasladada al hospital Clínico”. 10.40: “Por favor, no nos peguéis", llora una de las resistentes en Barcelona que impide que salgan camiones. La gente grita “manos arriba, esto es un atraco”. 10.45: “Los Mossos cargan de nuevo para abrirse paso. Disparan las escopetas sin pelotas. Les responden con los brazos en alto”. 11.18: “Un joven muestra su pierna ensangrentada a la comisión legal de la acampada. Le recomiendan que vaya al médico y denuncie a los Mossos”. 12.37: “La policía intenta sacar del centro de plaza de Catalunya a las 250 personas que hay sentadas para limpiar. Ellos se resisten”. 12.45: “Gente que rodea la plaza presiona para entrar en plaza de Catalunya, animada por los que quedan dentro. La policía lo intenta impedir. Tensión”. 13.26: “Los Mossos se retiran. La gente llena la plaza de Catalunya, de la que han desaparecido las tiendas, las mesas, los toldos...”. 15.21: “Balance de heridos: 117 (33 mossos). Todos leves, menos dos con fracturas. 12 personas trasladadas al hospital”. 18.15: “Ningún policía ha actuado por iniciativa propia, todos han actuado para defenderse”, dice el consejero catalán Felip Puig”. 19.19: “La plaza de Catalunya, abarrotada. Miles de personas acuden a la concentración de protesta contra a la actuación policial”. 21.48: “10.000 personas participan en la cacerolada de la acampada, según Mossos. La cifra más alta desde que empezó el movimiento en bcn”.
Ese fue el relato en Twitter del día en el que los Mossos dieron su peor imagen al mundo y rompieron con buena parte de la sociedad. El desalojo no sirvió de nada. La Operación Limpieza acabó con un centenar de heridos, los Mossos retirándose y la plaza llena de nuevo. A pesar de la defensa política del desalojo, para Mossos fue una experiencia traumática, que se agravó con la mutilación de Ester Quintana, un año después. El parlamento prohibió las pelotas de goma en 2013 y los antidisturbios cambiaron su filosofía: cargan menos, aguantan más y recopilan más pruebas.
Es probable que un hombre pierda la visión de un ojo por un pelotazo de goma de la Policía Nacional el 1 de octubre. La gente acabó votando, los policías se batieron en retirada y más de 1.300 personas fueron atendidas en ambulancias y hospitales (893 ciudadanos, 431 policías). La Policía y la Guardia Civil, igual que en su día los Mossos, rompieron con parte de la sociedad, mostraron al exterior su peor imagen e hicieron un uso inútil de la fuerza.
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