Las obras de la estación de la Sagrera se retomarán en noviembre
Vecinos y profesionales dudan de que las obras terminen en 2020, como dijo el ministro De La Serna
Las obras de la futura estación de La Sagrera, en Barcelona, se reanudarán en pocas semanas, en noviembre. Así lo confirman fuentes de Adif, que especifican que las actuaciones empezarán en la estructura de la estación, es decir, en la losa y en el edificio llamado a albergar un gran intercambiador. La licitación del contrato se encuentra en fase administrativa y prevén resolverlo rápidamente. Las obras de los accesos a la estación están previstas para principios de 2018. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunció el pasado mes de junio que los trabajos estarán acabados en 2020. Cuatro meses después y vistas las obras hechas hasta ahora, las asociaciones de vecinos y los colegios profesionales se muestran escépticos con esos plazos.
Las actuaciones realizadas se centran en un colector de aguas residuales en la rambla Prim que, una vez finalizado, debería desbloquear el conjunto de la estación. Fuentes municipales aseguran que las obras están en marcha, pero los vecinos no ven avance alguno. “Puedes pasar cada día por delante, pero no se ve ningún movimiento”, dice Carles Mercader, de la asociación de vecinos de Sant Andreu Sud.
Obras en Sant Andreu Comtal para mejorar la movilidad
En el ámbito de las obras de La Sagrera también está proyectada la nueva estación de Sant Andreu Comtal, que servirá a Rodalies y Larga Distancia, como en la actualidad. La vieja estación está operativa, pero no está adaptada a personas con movilidad reducida. Las obras están paradas y los contratos están bajo sospecha de irregularidades. Fomento baraja rescindirlos para poder agilizar las obras, aunque las fuentes consultadas afirman que, se rescinda o no, intentarán que los trabajos reciban un impulso lo antes posible.
De momento, lo que sí que harán será adaptarlas a personas con movilidad reducida. Aunque Adif insiste en que se trata de una medida transitoria hasta que se haga la nueva estación, los ascensores que se instalen serán los mismos, como si se tratase de una instalación definitiva. De hecho, Adif prevé reutilizarlos una vez esté hecha la estación definitiva en otras obras en Catalunya.
El colector es fundamental para poder iniciar las obras de la losa que cubrirá la playa de vías y que permitirá empezar las actuaciones en el parque proyectado sobre las vías, que debe recoser el cráter entre barrios que son hoy los trabajos. Mercader lamenta que cuando se anunció que se retomarían las obras se refiriesen al colector Prim. Desde las asociaciones vecinales coinciden en apuntar que la estación se ha convertido en un problema político y en un arma arrojadiza entre instituciones, aunque Mercader matiza que las obras ya estaban paradas de antes. “Que las obras se muevan o no en el colector Prim es anecdótico, porque hay un problema político detrás”, afirma el vocal de urbanismo de la Asociación de Vecinos de Sant Andreu, Pau Maduell. Considera que, debido a la situación política, invertir en Catalunya no es una buena inversión.
El proyecto de La Sagrera divide a cuatro barrios: Sant Andreu, La Sagrera, la Verneda y Sant Martí. Los vecinos se conforman con un proyecto menor, pero que permita cubrir las vías. “Las entidades de barrio nos acogeríamos a cualquier acuerdo que permita finalizar las obras. Son más importantes los entornos”, afirma Maduell. En esta línea se expresa Mercader: es en el entorno donde hay proyectados equipamientos y el parque, subraya. Aun así, Maduell cree que Barcelona necesita que se replantee la configuración ferroviaria del área de Barcelona, y es aquí donde La Sagrera juega un papel clave.
Desde el Colegio de Ingenieros de Caminos de Catalunya no creen que un eventual nuevo proyecto sea un problema si no afecta al número de vías y su configuración, algo que ven muy difícil porque ya se ha construido gran parte del cajón que las albergará. “Sí que puede haber cambios en la parte arquitectónica y en los acabados de la obra civil”, apunta el presidente de la comisión de urbanismo del colegio, Jordi Julià. Estos cambios no afectarán a la capacidad operativa de la estación, afirma. Desde las asociaciones de vecinos creen que estos cambios sí que tendrían afectación porque consideran que Barcelona merece tener una estación equiparable a la de grandes ciudades europeas.
Los colegios profesionales y las asociaciones de vecinos coinciden en su pesimismo sobre las proyecciones del Ministerio. “Si las obras no estuvieran paradas sería posible. El ministerio es bastante optimista”, asegura Julià. Tampoco comparte la proyección del ministerio Carles Mercader, que sostiene que “si se pusieran podrían acabarlo, pero por ahora, no”. También se muestra escéptico Pau Maduell, que se aferra al argumento de que no hay una voluntad política clara para acabar las obras. Desde el Ayuntamiento exigen al Ministerio un “gesto inequívoco” de compromiso para finalizar las actuaciones. El primer paso será el inicio de la losa de cobertura, que está previsto para este otoño. Hasta entonces, desde el consistorio prefieren no pronunciarse sobre posibles plazos para su finalización.
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