Albiol arrastra al PP hasta el peor resultado de su historia
El líder popular en Cataluña obtiene solo tres diputados
El PP se hundió este jueves hasta los tres diputados —el peor resultado de su historia en Cataluña— y convirtió a Xavier García Albiol en el gran derrotado del 21-D. La formación de Mariano Rajoy quedó última, perdió ocho escaños y más de 165.000 votos con respecto a 2015, y quedó abocada a compartir el grupo mixto con la CUP. Las consecuencias son muy graves para el partido que sostiene al Gobierno. El PP roza la irrelevancia en la segunda comunidad que más diputados reparte en las generales (47). Ni siquiera Rajoy frenó la caída. Y el triunfo de Inés Arrimadas impulsa a Ciudadanos como su rival en toda España.
El pésimo resultado del PP dejó en el aire el futuro político de Albiol y puso en la diana la estrategia de campaña del partido. “Ha sido un muy mal resultado”, reconoció el candidato, que durante la quincena apostó por poner en valor el artículo 155. “Malo por el resultado y malo porque los constitucionalistas no hemos sido capaces de sumar la mayoría alternativa al independentismo”, añadió tras empeorar el resultado más negativo de la historia del PP, los seis diputados sumados por Alianza Popular en 1988. Un balance que en las próximas horas pondrá a prueba la unidad del partido y su propia continuidad.
“Somos un partido cohesionado, un partido que sabe mantener la posición en los momentos fáciles, pero también en los momentos difíciles, porque ahí es donde se distingue a unos de otros”, dijo Mariano Rajoy el martes. Tres días después, esa frase del presidente sigue resonando en los despachos del partido como una advertencia contra cualquier crítica. Pero no hacen falta las quejas públicas. Los datos cuantifican por sí solos la magnitud del golpe.
Hace solo cinco años que el PP consiguió el mejor resultado de su historia en Cataluña: 19 escaños y 471.197 votos con Alicia Sánchez Camacho al frente. Hace dos, en los primeros comicios con Albiol al mando, bajó hasta 11 y 348.444. Y ayer tocó fondo con tres y poco más de 179.000. Además, cada avance de Ciudadanos en Cataluña se ha traducido en un retroceso del PP. Génova teme un contagio nacional de esa tendencia, lo que refuerza la inclinación de Rajoy a consumir la legislatura y no adelantar las elecciones generales a antes de 2020.
Para no perder la iniciativa y contener los efectos del batacazo, Rajoy presidirá hoy el Comité Ejecutivo Nacional del PP. De esa cita saldrán los portavoces de la formación con un mensaje centrado en el futuro para pasar rápidamente la página del pasado.
Así, argumentarán que el bloque constitucionalista ha mejorado sus posiciones gracias a que el Gobierno aplicó el artículo 155 de la Constitución. Al tiempo, intentarán eludir el debate sobre la idoneidad de un candidato castigado por las encuestas —en solo dos años, Albiol ha empeorado su valoración del 2,34 al 1,83— y al que el sector moderado del partido ya recomendó sustituir con la ministra Dolors Montserrat antes de las elecciones. Finalmente, los estrategas de Génova apostarán por desvincular a Rajoy de los malos resultados, pese a que el líder del partido se implicó personalmente en el sprint final de la campaña, con cuatro mítines en tres días.
Derrumbe total en la fortaleza de Badalona
Xavier García Albiol ganó las dos últimas elecciones municipales en Badalona, la tercera ciudad más grande de Cataluña por número de habitantes (más de 215.000). Esos resultados le catapultaron a la candidatura del PP a la presidencia de la Generalitat. En consecuencia, si un resultado retrata la debacle del PP en las elecciones de ayer es precisamente el de la ciudad de su número uno: apenas superó los 10.000 votos y quedó como sexta fuerza.
El punto de inflexión que suponen los comicios del 21-D en la relación entre el PP y Ciudadanos queda perfectamente reflejado por esos datos.
En 2012, el PP logró 17.839 votos (tercera fuerza) por los 10.137 de Ciudadanos (sexta). En las de 2015, el partido de Albiol sumó 26.642 (segundo) y el de Inés Arrimadas 19.827 (tercero). Ayer se invirtió esa tendencia: Ciudadanos arrasó en Badalona con más de 33.000 votos, mientras que el PP languidecía en la última posición.
Artículo 155
La campaña del 21-D ha demostrado el desgaste de las siglas del PP frente a las de Ciudadanos a través de una única cuestión. Rajoy fue quien activó el artículo 155 de la Constitución y también quien apostó por poner su aplicación en el corazón de la campaña de Albiol, pero Arrimadas ha sido quien ha disfrutado los réditos electorales de la medida.
¿A qué se debe eso? “El PP ha sido el brazo ejecutor del 155”, responde Jordi Pacheco i Canals, decano del colegio de sociólogos y politólogos de Cataluña. “Recordemos que hay dos líderes sociales y dos [ex]consejeros en prisión provisional, situación que solo ha sido posible gracias a la petición de la Fiscalía. Aún dando por hecho que la Fiscalía haya actuado de forma independiente, la opinión pública no tiene esta percepción”, argumenta. “A esto hay que sumar la tensión social producida por la actuación policial el 1 de octubre”, sigue sobre el referéndum ilegal. “Aunque Ciudadanos ha dado apoyo a estas medidas, también ha podido desarrollar un discurso menos agresivo y hasta más inclusivo, defendiendo que pretenden gobernar para el conjunto de la sociedad”.
Pasado el 21-D, el PP intentará poner el foco en la vuelta a la normalidad institucional en Cataluña y la negociación de los Presupuestos de 2018. Sin embargo, en Génova todas las alarmas están encendidas. El resultado es pésimo, Albiol está más que cuestionado y el balance refuerza a Ciudadanos, su primer competidor serio por captar al electorado de centro derecha en la historia.
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