Cinco kilómetros de basura en un vertedero ilegal
Los vecinos de la Magadalena de Vallecas reclaman la recuperación de esa parte de la Cañada Real
El camino de la Magdalena de Vallecas, un pasillo que permitiría conectar el parque de la Gavia con el parque lineal del Manzanares, se parece desde hace meses más a un estercolero que a un lugar de paseo. No tiene fácil acceso a pie o en un turismo. Sin embargo, los todoterreno o furgonetas llegan sin demasiados problemas al lugar cargados de vertidos ilegales para ir abandonando a ambos lados del camino toneladas de escombros, cientos de ruedas de vehículos usadas, miles de lunas de coches rotas o kilómetros de cable. La zona se encuentra absolutamente degradada.
El lugar, parte de la Cañada Real, es hoy uno de los muchos vertederos ilegales que existen en la Comunidad de Madrid. Los vecinos de Vallecas, hasta los años ochenta, utilizaban esta zona para ir andando hasta el río Manzanares. Tiempo después la zona se convirtió en uno de los poblados chabolistas más problemáticos de la ciudad, Las Barranquillas: un polvorín de droga al que en los momentos de mayor popularidad acudían a diario cerca de 7.000 personas a por una dosis y que fue desmantelado. A partir de 2007, la zona se ha ido transformando en un auténtico basurero.
De cartones a ruedas
La asociación de vecinos del PAU de Vallecas, presidida por Rosa María Pérez, reclama, tanto al Ayuntamiento de la capital como al Gobierno de la Comunidad, la limpieza de la zona y la reconversión del lugar para el disfrute público. “Sabemos que es un tema complejo porque se tienen que poner de acuerdo las instituciones y algún propietario de terrenos, pero no imposible cuando al lado se está recuperando un espacio como futuro parque forestal”, considera Pérez.
La asociación reclama, al menos, el cierre de los accesos para impedir que se sigan depositando mayores cantidades de basura en el lugar. “Nos han comunicado que eso es imposible porque los terrenos no son municipales y no pueden estar cerrados. Llevamos mucho tiempo luchando para no conseguir nada”, puntualiza la presidenta de la asociación.
El camino de la Magdalena era la ruta natural entre Vallecas y el río Manzanares. Por él se llegaba a las huertas que regaba el arroyo de la Gavia donde los vecinos cultivaban hortalizas y legumbres, en aquellos años de la masificación de la ciudad y la desertización de los pueblos próximos a Madrid. El nombre del camino proviene de la cueva de la Magdalena, donde está el cantil yesífero antes de la desembocadura del arroyo.
Una parte importante de las basuras depositadas a ambos lados del camino proceden de pequeñas obras de rehabilitación en domicilios. Ayer mismo, podían verse unas baldosas de un cuarto de baño —típicas de la década de los ochenta— acompañadas de todos los sanitarios; un poco más allá, unas láminas de tarima que conocieron mejor vida y sobre estas, un viejo sofá de tres piezas desvencijado. Al fondo, restos de una cocina y varios frigoríficos.
Los cartones de los nuevos electrodomésticos se encuentran abandonados en unas calles dispuestas para ser urbanizables pero que, tras la crisis del ladrillo, vieron frenados sus planes de construcción. Las parcelas ahora son inútiles descampados cuadriculados que se suceden entre calles que no llevan a ningún lado. Hay otra zona que más parece un desguace de vehículos: ruedas, lunas, cristales, chapas... Y así se van sumando los vertidos a lo largo de cinco kilómetros, hasta haber transformado el paisaje en un lugar intransitable. Sin embargo, a mitad del camino está construida una especie de chabola en la que habitan un grupo de personas. Viven en caseta rodeada por escombros e inundada de vertidos.
Pasillo verde
La asociación vallecana, que se ha movilizado en varias ocasiones y hasta ha realizado una marcha por la zona, reclama la reconversión del vertedero en “un pasillo verde para pasear, montar en bici, practicar deporte y conectar el parque lineal del Manzanares con Madrid Río”, indica Pérez.
Próximo a este lugar, un antiguo vertedero se está transformando en una zona de arena limpia para ir tomando forma de parque forestal. La Asociación de Empresarios Excavadores y Transportistas de la Comunidad de Madrid es la responsable del proyecto y cientos de camiones depositan toneladas de arena en el montículo donde en un futuro próximo irán plantados cientos de árboles.
Ecologistas en Acción de Madrid reclama la limpieza tanto de este vertedero como de las decenas que siguen existiendo en toda la Comunidad de Madrid. “No hay datos oficiales de las zonas degradadas por vertidos ilegales del Ayuntamiento ni de la Comunidad. Es algo que venimos reclamando desde hace tiempo; teniendo los datos se podrá ir solucionando este grave problema para todos”, señala el activista Jesús Pérez.
El Plan de Gestión de Residuos de Construcción y Demolición 2017-2024 de la Comunidad de Madrid reconoce la existencia de “vertidos ilegales que, aunque en menor medida, siguen existiendo”, según recoge el informe de Estrategia de gestión sostenible de los residuos de la región. Reconocer parece no ser suficiente para una sociedad que reclama recuperar un viejo paseo camino del río.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.