Felipe Court, científico experto en envejecimiento: “Un ratón viejo puede volver a tener las habilidades cognitivas de uno joven”
El chileno entiende el envejecimiento humano como un proceso biológico modificable, lo que ya está aplicando desde su laboratorio en el Centro de Medicina Integrativa de la Universidad Mayor
El biólogo de la Universidad Católica y doctor de la Universidad de Edimburgo, Felipe Court (Santiago de Chile, 48 años), es uno de los investigadores más importantes en el área del envejecimiento en su país y su trabajo atrae las miradas mundiales: acaba de participar en la serie Beyond Time que está preparando Marek Piotrowski, un advocate de la longevidad, que buscar mostrar los avances que se están haciendo en el mundo con el objetivo de vivir más. Desde su laboratorio, Court ha colaborado con la fundación del actor Michael J. Fox, que trabaja en tratamientos para el Párkinson, y con la de Mark Zuckerberg y su esposa, la Chan Zuckerberg Initiative, dedicada a impulsar proyectos para el combate de enfermedades y el desarrollo de herramientas educativas.
Como director del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO), Court aboga por un enfoque interdisciplinario de la investigación sobre el envejecimiento y quiere acercar la ciencia a las políticas públicas. Prontamente se prepara a inaugurar el Centro de Investigación en Envejecimiento y Longevidad Saludable de la Universidad Mayor, el primero de este tipo en Chile.
En el país sudamericano hay actualmente 3.449.362 personas mayores (de 60 años y más), lo que representa un 18% de la población, según datos de la Cepal al año 2019. Para 2050 se proyecta que la población de personas mayores en Chile será un 32% del total (6.430.169 personas). Court, en entrevista con EL PAÍS, en su despacho donde tiene una fotografía de una neurona, afirma que el envejecimiento es un proceso biológico modificable. Desde su laboratorio en el Centro de Medicina Integrativa de la Universidad Mayor en la comuna de Huechuraba, en la zona norte de Santiago de Chile, trabaja en las maneras de revertir el envejecimiento genéticamente.
Pregunta. ¿Por qué el envejecimiento es un proceso modificable? ¿Cómo se puede modificar?
Respuesta. Al empezar a estudiar el envejecimiento, lo más decisivo que se encontró es que, mediante diferentes intervenciones, genéticas o de cambio en el estilo de vida, se aumenta la longevidad. Por ejemplo, tú estás haciendo una modificación genética y el animal vive un 10% más. Ese fue el inicio de la gerociencia, que es la rama de la ciencia que estudia el envejecimiento. Si podemos modificar este parámetro en estos organismos, no hay razón por la cual no podríamos modificarlo en los seres humanos, que comparte genética con el ratón. Hay laboratorios que están particularmente interesados en aumentar la longevidad pero, en nuestro laboratorio y muchos otros, lo que queremos es mejorar la calidad de vida en esos años. Si uno entiende el proceso de envejecimiento, uno podría entender por qué empiezan a aparecer ciertas enfermedades.
P. Sería atacar el envejecimiento antes de atacar las consecuencias del envejecimiento...
R. Exactamente, porque el envejecimiento es el principal factor de riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer, el Párkinson y la demencia. También es el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y de la diabetes. A lo que tenemos que apuntar es modificar el proceso biológico del envejecimiento.
P. Desde este centro, ¿cómo están apuntando a modificar el envejecimiento? ¿Qué estudios están realizando?
R. Nosotros trabajamos en el sistema nervioso, que es uno de los factores más importantes para coordinar todos los tejidos y órganos del cuerpo. Lo que hemos encontrado es que durante el envejecimiento se empieza a perder ese cableado que constituye el sistema nervioso.
P. ¿Se puede regenerar ese cableado?
R. Claro. La razón por la cual se pierde ese cableado está en los axones, que son los cables largos que tienen las neuronas. Lo que descubrimos es que la maquinaria molecular que está dentro del axón se sobreactiva durante el envejecimiento y provoca que se destruya esa zona. Es como una bomba, por eso se va perdiendo la conectividad. Lo que estamos haciendo es bloquear ese mecanismo durante el envejecimiento para preservar la inervación del cableado.
P. ¿Cómo lo bloquean?
R. Eliminando genéticamente piezas de esta maquinaria. Uno saca un gen como le saca una pieza a un motor. También lo estamos bloqueando mediante drogas. Cuando ocupamos estas dos intervenciones disminuimos de forma importante la pérdida de memoria y aprendizaje asociada al envejecimiento. Entonces, en animales que ya están viejos se puede revertir la pérdida cognitiva. Un ratón que, convirtiéndolo, a edad humana, tiene 70 años, por ejemplo, puede volver a tener capacidades cognitivas de cuando tenía 40 o 45 años. La idea es que, si se puede modificar la edad biológica, uno disminuirá la incidencia de las enfermedades asociadas al envejecimiento.
P. ¿Cuándo se podría pasar del laboratorio a tener aplicaciones en el ser humano?
R. Ese es un tema súper relevante. Hoy lo que se ocupa para hacer intervenciones en envejecimiento son solamente suplementos y cambios en el estilo de vida. Eso porque hay un problema ético, porque el envejecimiento no es considerado una enfermedad.
P. ¿Si se entendiera como una enfermedad sería un camino más fácil?
R. Un grupo de investigadores en Estados Unidos ha estado tratando de que se incluya el envejecimiento en la lista de enfermedades de la FDA. Eso podría acelerar ciertos procesos para el desarrollo de drogas, pero tiene otras consecuencias, por ejemplo, en las aseguradoras. Si el envejecimiento se considerara una enfermedad, a todos nos considerarían enfermos después de los 65 años. Entonces, el envejecimiento no se puede mirar solamente desde la biología. Yo soy neurocientífico, pero desde el Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO) estamos observando el envejecimiento no solo desde las intervenciones en los laboratorios, sino que también desde la parte psicológica y social.
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