“No queremos que los embriones con mezcla de humanos y animales se parezcan a un ser humano”
Los científicos franceses Pierre Savatier e Irène Aksoy encabezan el único laboratorio de Europa que crea estructuras embrionarias con células de mono y persona
Quién se iba a imaginar que unos científicos anunciarían un día la creación de un embrión con mezcla de mono y humano y la noticia pasaría desapercibida. Ocurrió horas antes de la última Nochevieja. El equipo de los franceses Pierre Savatier e Irène Aksoy publicó la generación de estas “quimeras” —llamadas así por los monstruos con cabeza de león, tripa de cabra y cola de dragón de la mitología griega— y básicamente no se enteró nadie fuera de su gremio. Tres meses y medio después, el grupo del científico español Juan Carlos Izpisua, del Instituto Salk (EE UU), publicó los resultados de unos experimentos similares en China, con la creación de 132 embriones con células de mono y humano, y este avance —ya adelantado por EL PAÍS en 2019— sí apareció en la prensa de medio mundo.
Savatier y Aksoy proclaman que su equipo fue el primero en publicar la creación de un embrión de mono y humano. Suena a Frankenstein, pero se trataba simplemente de 10 células humanas en un embrión de macaco con un total de 250 células. Son estructuras del tamaño de un grano de arena, con apenas una semana de desarrollo. Savatier, nacido en Lyon hace 60 años, defiende que estas quimeras son necesarias para la ciencia. “En Francia estamos es una situación parecida a la de España, porque tenemos la misma tradición católica. El embrión humano se considera una entidad sagrada y trabajar con ellos es muy difícil. Yo veo la creación de quimeras humano-animales como una alternativa a los embriones humanos en investigación”, explica Savatier.
Su laboratorio en el Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica, en Lyon, es el único de Europa dedicado a la creación de quimeras de mono y humano. Aksoy, francesa nacida en Dortmund (Alemania) hace 40 años, subraya que no utilizan células de embriones humanos, sino que reprograman células adultas, por ejemplo de la piel, para que sean capaces de generar cualquier órgano. Son estas células humanas reprogramadas las que se inyectan en embriones de macaco, con el objetivo de estudiar el desarrollo embrionario y entender sus fallos. Otros laboratorios, como el de Izpisua en EE UU, hablan ya de crear animales quiméricos como fábricas de órganos humanos para trasplantes. Las nuevas directrices de la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre, publicadas este miércoles, autorizan la implantación de embriones con mezcla de mono y humano en el útero de una mona, pero prohíben tajantemente hacerlo en una hembra de gran simio o en una mujer.
Pregunta. ¿Crear embriones de mono y humano abre una caja de Pandora?
Pierre Savatier. Sí la abre, hasta cierto punto. Inyectar células humanas en embriones animales abre la caja de Pandora. La pregunta es cómo de lejos vamos a llegar. Si nos limitamos al cultivo in vitro, francamente, no veo la caja de Pandora. Nosotros cultivamos embriones muy inmaduros y el objetivo es estudiar cómo se forman los órganos en las fases más tempranas. Es ciencia muy básica, no estamos hablando de recién nacidos quiméricos. Pero, por supuesto, en algún momento, algunas personas podrían querer implantar estos embriones en una madre y permitir que se desarrollen, quizá a término, y esto, definitivamente, plantea importantes cuestiones éticas y se puede ver como abrir una caja de Pandora. Estos son los asuntos que están discutiendo los comités éticos en Francia y en otros lugares.
P. ¿Cuáles son sus líneas rojas, sus límites éticos?
P. S. Hay muchas líneas rojas. Si hay un consenso de que es éticamente inaceptable hacer un cerebro de humano-cerdo o de humano-mono, tenemos las herramientas técnicas para prevenirlo. Si queremos evitar hasta el más mínimo riesgo de crear una mente humana en el animal tenemos que prevenir a toda costa el quimerismo en la corteza cerebral. También queremos impedir el quimerismo en la línea germinal [óvulos y espermatozoides], para evitar cualquier riesgo de cruce entre animales quiméricos y otros animales de la misma especie, que podría resultar en la formación de embriones humano-animales. Y la tercera línea roja es que queremos que estas quimeras humano-animales tengan apariencia de animales, no queremos que estos embriones o fetos humano-animales se parezcan a un ser humano. Estas criaturas, estos nuevos objetos biológicos, tienen que ser fetos animales, quizá recién nacidos, con algunas células humanas que colonicen algunos órganos específicos. Y punto.
P. ¿Ustedes crearon embriones de mono y humano antes que el equipo del español Juan Carlos Izpisua?
Irène Aksoy. Al menos fuimos los primeros en publicarlo en una revista científica, pero hay que dejar claro que son quimeras de humano y mono, pero los experimentos tuvieron una eficiencia muy baja. Tenemos solo algunas células humanas en los embriones de mono.
P. ¿Por qué pasó desapercibida la noticia de que ustedes habían creado embriones de mono y humano? No se publicó en su día ni en el diario francés Le Monde.
I. A. Nos llamó un periodista, pero no escribió nada, porque le dijimos que el experimento no funcionaba muy bien y que quedaba mucho camino hasta realmente generar verdaderas quimeras de humano y mono.
P. Hace dos años, el Gobierno japonés autorizó llevar a término embriones humano-animales. ¿Qué piensan de esto?
P. S. Este es exactamente el riesgo de abrir la caja de Pandora. Si permites que las quimeras humano-animales se desarrollen a término, para algunas aplicaciones puede ser útil, pero entonces la cuestión de la mente humana y la conciencia humana en los recién nacidos se vuelve crucial. En Francia no estamos listos para hacer esto. Lo que estamos pidiendo es la posibilidad de transferir los embriones a madres subrogadas —monas, cerdas o conejas— para estudiar las fases más tempranas del desarrollo. Esta nueva tecnología nos ofrece la posibilidad de estudiar las primeras fases del desarrollo embrionario humano sin utilizar embriones humanos. La necesidad de que estos animales lleguen a término es principalmente para producir órganos humanos trasplantables, pero en mi laboratorio no nos estamos centrando en esto. Nadie en Francia. Si se nos permitiera transferir estos embriones a una madre subrogada, no intentaríamos que se desarrollasen a término. No está en nuestros objetivos. Pero en EE UU y en Japón sí están muy interesados en desarrollar estas tecnologías de órganos humanos en animales y para ello necesitan permiso para llevar a término los embriones, o al menos casi a término. Es aquí donde las cuestiones éticas son muy complejas.
“No necesitamos hacer una criatura que tenga un 50% de células humanas y otro 50% de células de mono”
P. ¿Se podrían llevar a cabo en Europa los experimentos que hizo Izpisua en China o estarían prohibidos? [El equipo del científico español anunció la creación de embriones quiméricos de 19 días, con 10.000 células, el 7% de ellas humanas]
I. A. En Francia depende de la manera en la que interpretes la ley. Algunos dirán que la ley lo permite y otros dirán que no. No está escrito que no puedes inyectar células madre pluripotentes inducidas humanas [las células adultas reprogramadas] en embriones de mono. La ley no dice si puedes o no puedes hacer estos experimentos específicos.
P. ¿Creen que alguien en el futuro intentará implantar un embrión de mono y humano en el útero de una mona, en China o en otro país?
P. S. Estoy seguro de que el equipo de China que ha colaborado con Izpisua [el grupo del científico chino Ji Weizhi] ha intentado o está intentando transferir embriones de mono y humano [al útero de monas]. Pero creo que el resultado sería muy decepcionante, porque los resultados de su investigación son muy pobres. Sus embriones no podrían conducir a una quimera real con un desarrollo más allá de la implantación [en el útero].
P. La idea de una criatura mitad mono mitad humano hoy es ciencia ficción, por supuesto, pero ¿será siempre ciencia ficción? ¿O en 20 años dejará de serlo?
P. S. Mitad y mitad no creo que exista nunca, por una sencilla razón: no hay ninguna necesidad de un experimento así desde un punto de vista científico. No necesitamos hacer una criatura que tenga un 50% de células humanas y otro 50% de células de mono. No sé quién podría hacer un experimento así. Pero crear monos recién nacidos en los que haya una importante colonización de células humanas en el páncreas, en el hígado o en otros órganos de interés médico, sí, ¿por qué no? No sé si ocurrirá, pero es posible, sí.
P. ¿Cuándo creen que tendremos animales con órganos humanos para trasplantes?
I. A. El biólogo japonés Hiromitsu Nakauchi está haciendo un gran trabajo con este tipo de experimentos. Ocurrirá. No sé cuándo serán trasplantables estos órganos a los humanos, pero seguro que en unos pocos años, quizá cinco o diez años, veremos órganos con una mayor participación de células humanas. El trasplante es otra historia. Hay demasiados factores implicados.
P. S. No creo que ocurra en menos de 20 años.
P. Algunas personas pueden pensar que ustedes son una especie de Frankenstein, que cogen un bebé humano por aquí y un chimpacé por allá y los mezclan, pero ustedes solo trabajan con unas pocas células. En su opinión, ¿cuál es el estatus moral de esos embriones de mono y humano?
P. S. Antes de preguntarse cuál es el estatus moral de los embriones quiméricos nos tenemos que preguntar cuál es el estatus moral de un embrión humano en estas etapas tempranas, en las que son difícilmente visibles a simple vista. Si decimos que los embriones humanos en estas etapas no tienen el estatus moral de un ser humano, no hay razón para afirmar que los embriones quiméricos mono-humano sí lo tienen. Y si pensamos que los embriones humanos en sus estadíos más tempranos ya tienen un estatus moral de seres humanos, como proclama la Iglesia católica, entonces tenemos que considerar que en nuestros experimentos estamos inyectando células madre pluripotentes inducidas humanas, que no tienen estatus moral, en embriones animales, que tampoco tienen un estatus moral específico. No entiendo por qué una célula madre pluripotente inducida humana sin estatus moral podría crear una entidad biológica con algún estatus moral al ser inyectada en un embrión animal.
P. ¿Qué opinan de las nuevas directrices de la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre?
I. A. Las nuevas directrices son importantes porque aclaran lo que no se debe hacer. Con el contexto científico actual y los emocionantes logros de los últimos tiempos, eran muy necesarias. En cuanto a las quimeras de mono y humano, los límites quedan claramente establecidos y se corresponden con los que ya estábamos aplicando. El punto clave es evitar un quimerismo injustificado en el cerebro. Esto se puede evitar, como sugieren las nuevas directrices, con la técnica de la complementación del blastocisto [inyectar células madre humanas para formar un único órgano que falte en un embrión animal por edición genética], si el objetivo es generar órganos humanos. Si la meta es estudiar el desarrollo humano, la mejor opción sería introducir mutaciones en las células humanas para evitar que se diferencien en células del sistema nervioso. Estamos absolutamente de acuerdo con estas directrices y esperamos que ayuden a la sociedad a entender que los científicos trabajan teniendo en cuenta los problemas éticos.
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