Más desiguales, menos demócratas
Crítico severo de las políticas europeas de austeridad, Joaquín Estefanía profundiza en su tesis de que el sur del continente se ha convertido en la cobaya de este experimento
A la hora en que los ataques terroristas, las tentaciones belicistas y el miedo dominan el discurso público, alternándose con el conflicto entre el independentismo catalán y el conjunto de España, el ciudadano aturdido tiene derecho a preguntarse si todo esto anuncia tiempos infernales o se trata de crisis pasajeras. Sin embargo, hay una cuestión que no tiene nada de temporal ni se debe a la mera coyuntura: está relacionada con la pobreza, la desigualdad, la precariedad y la desconfianza vivida por millones de personas durante los largos años de crisis económica, que ha terminado siendo muy política.
De ello habla abundantemente el libro de Joaquín Estefanía Estos años bárbaros. Crítico severo de las políticas europeas de austeridad, el autor amplía y profundiza su tesis de que el sur del continente se ha convertido en la cobaya del experimento austericida impuesto a los países, por encima de la voluntad de sus ciudadanos y de sus Gobiernos, y que alumbra un nuevo modelo social que pretende quedarse entre nosotros.
A la austeridad se le ha dado la vuelta como un calcetín. En los años setenta del siglo pasado respondía a un concepto progresista, partidario de combatir el consumismo desaforado, el despilfarro de los recursos naturales y un cambio climático del que entonces no se hablaba con las urgencias de ahora. En los últimos años, la austeridad se ha convertido en la imposición de recortes de gastos sociales y de transferencia de recursos desde “los de abajo” hacia “los de arriba”, según el autor. La clave del cambio ha sido mezclar el liberalismo económico con el capitalismo de Estado, hasta conseguir que los fallos del mercado se convirtieran, como por arte de birlibirloque, en la crisis y los fallos del Estado.
La gran cuestión es cómo va a afectar a la democracia, porque el ciudadano se ha dado cuenta de que la razón económica prevalece sobre la razón política. El autor pasa el tanto de culpa a la socialdemocracia por haber girado al centro o instalarse en espacios social-liberales (abandonando postulados identitarios en materia de fiscalidad, gasto público, inversión pública o empresas públicas), mientras que la derecha ha permanecido en su sitio. Pero todo eso aparece en el libro de manera excesivamente sumaria. La tesis merece otro libro, porque ahí reside la clave de las enormes dificultades que la izquierda experimenta en Europa, por paradójico que pueda parecer en medio del aumento de las desigualdades económicas, políticas, de oportunidades y de resultados.
Resultan interesantes los esfuerzos dedicados a perfilar el precariado, la nueva clase social emergida de la crisis, y que en algunos países representa ya la cuarta parte de la población activa. Y también los análisis de América Latina, que surfeó con éxito la Gran Recesión —aunque ahora haya perdido fuelle—. Es la región del mundo en que los vulnerables (38% de la población) constituyen el mayor segmento social, lo cual resulta mucho menos atractivo que un continente de clase media, pero es claramente mejor que un continente predominantemente pobre, como lo era.
El lector que recorra los resultados de esta enorme cala en la parte oscura de la crisis echará de menos una perspectiva de tratamiento a la altura del grave diagnóstico ofrecido. No obstante, el amplio material reunido hace imposible restar importancia a la desigualdad social, acentuada por los años de crisis. En el caso concreto de la sociedad española, hacerla funcionar bajo el esquema que Estefanía llama “70-30” (70% de la población sigue adelante, mientras el 30%, unos 14 millones de personas, está condenado a la pobreza o a una vulnerabilidad permanente) no solo nos remite a un problema de justicia social: también es un riesgo para la estabilidad.
Estos años bárbaros. Joaquín Estefanía. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2015. 320 páginas. 19,50 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.