La última frontera de Joan Didion
El actor Griffin Dunne estrena un documental sobre su tía, la leyenda del Nuevo Periodismo y autora de ‘El año del pensamiento mágico’
El documental Joan Didion: el centro cederá, dirigido por el sobrino de la escritora, el actor y cineasta Griffin Dunne, indaga en la vida de la mujer que en los sesenta aportó sensibilidad californiana al Nuevo Periodismo y que cuatro décadas después vio reverdecer su fama con una escalofriante disección del duelo: El año del pensamiento mágico (2005), que se centraba en la pérdida de su marido, el escritor John Gregory Dunne, y en la enfermedad de su hija, Quintana Roo Dunne, cuyo fatal desenlace inspiraría también Noches azules (2011).
Acompañada por su terrier, Didion (Sacramento, California, 1934) vive el presente rodeada de recuerdos, comiendo como un pajarito y combatiendo sus incesantes migrañas. En su mesa de trabajo hay enmarcadas dos notas manuscritas de su hija, en una de ellas se lee: “Querida mamá, era yo quien huía cuando abriste la puerta”. La escritora admite a cámara que todavía se siente culpable por esa muerte (“Era adoptada, me la habían dado para cuidarla, y fallé”); asegura que escribió sobre la pena “porque nadie me había explicado qué era” y confiesa que espera el final de su vida sin miedo: “Una de las principales preocupaciones es la gente que dejamos atrás. Yo no dejo a nadie”. Didion asume con distancia que su figura delgada y menuda se agigantó al aplicar a la muerte de sus dos seres queridos su instinto de reportera. Frente a las tinieblas de la depresión y la falta de cordura, buscó un sentido y sin proponérselo aportó luz a un llanto universal.
Sentado en la terraza de la cafetería ucraniana Veselka, institución del East Village neoyorquino famosa por su gulash, Griffin Dunne (Nueva York, 1955) habla de su padre fallecido, el productor y escritor Dominick John Dunne, y de su hermana, la actriz Dominique Ellen Dunne, estrangulada por su exnovio a principios de los años ochenta, cuando ella tenía 22 años. “Es curioso, siempre ocurre lo mismo, hablar de Joan es hablar de nuestros propios muertos”, reconoce en un momento de la entrevista.
"Hablar de Joan es hablar de nuestros propios muertos", dice Dunne recordando a su hermana, estrangulada por su exnovio
Aquella mañana de septiembre, además, se sentó un cadáver inesperado a la mesa, el del actor Harry Dean Stanton. “Nos hacemos mayores”, se lamentó Dunne. “Extraño a los actores como Harry, con historia en su rostro. Él la tenía desde hace muchos años. Ojalá mi cara también acabe siendo un mapa de vida”. Conocido como intérprete, entre otras, por Jo, qué noche (1985), de Martin Scorsese, como director por joyas como la comedia romántica Adictos al amor (1997) o, más recientemente, por la serie I Love Dick, donde interpreta a un intelectual con problemas, Dunne es una personalidad atractiva y atípica en la industria del cine.
A su juicio, el secreto de Joan Didion se remonta a la última frontera, a la tierra de Sacramento. Didion creció escuchando las historias de sus antepasados, que habían formado parte de lo que se conoce como la expedición Donner, malogrado grupo de pioneros que en su camino a California modificó su ruta hasta quedar atrapados en las montañas de Nevada. Más de la mitad murieron, el resto sobrevivió comiéndose a los muertos. La familia de Didion se negó a seguir el atajo, completando por su cuenta el resto del camino hasta la frontera. “He crecido escuchando todos los adjetivos posibles sobre la fortaleza, o lo que sea, de Joan”, explica Dunne. “Y sí, ella es todo eso que irradia, pero creo que el secreto es genético, procede de un entorno duro de verdad. Y desde niña escuchó todas aquellas historias que determinaron su construcción moral. Joan adora la palabra carácter, y eso es ella, alguien con verdadero carácter”. Con cinco años, Didion escribió sobre una mujer que se congelaba en el Ártico y otra que se derretía en el desierto, su imaginación solo entendía de extremos. “De alguna forma California siempre ha permanecido impenetrable para mí”, dice en la película. “¿Acaso no somos el paisaje en el que crecimos? Todo lo que yo soy, hago o pienso está en ese paisaje”.
El primer recuerdo de Dunne es de su infancia, cuando durante una comida se burlaron de él y ella permaneció seria mientras el resto de los adultos se carcajeaban. “Se lo agradeceré toda la vida”, dice. “Durante muchos años John y Joan eran la misma persona para todos nosotros. No se separaban nunca. Pero yo siempre me sentí muy cercano a ella. Por una razón extraña siempre me incluyeron en su vida, también la social. Cuando yo tenía 12 años, Joan dio una fiesta a la que iba Janis Joplin, ella sabía cuánto me gustaba Janis y le dijo a mi madre que me llevara con ellos. Fue una experiencia que no olvidaré jamás, recuerdo como si fuera ayer cada detalle, los demás me temo que estaban demasiado colocados para recordar nada”.
El actor Harrison Ford se remonta a sus años de carpintero, cuando amplió la biblioteca y la casa de Malibú de la escritora: “Pese a que yo no era como ellos, siempre me incluyeron a mí y a mi joven familia en su vida. Nos invitaban a sus fiestas. Eran más listos y más cultos, pero nunca nos trataron diferente por eso”. Pero quizá el instante más estremecedor lo protagoniza Vanessa Redgrave, que en 2008 interpretó en Broadway una pieza teatral basada en El año del pensamiento mágico . Repasando un álbum de fotos familiar, las dos ancianas recuerdan a Natasha Richardson, la hija de Redgrave que falleció en un accidente de esquí en 2009. Redgrave admite que para ella ya nada es igual, pero ataja la vía del drama con un quiebro que las hace reír a las dos: “Entendí algo que hasta entonces no podía comprender, y es que una no puede permitirse ser un alma en pena”.
‘Joan Didion: el centro cederá’, de Griffin Dunne, se estrena el 27 de octubre en Netflix.
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