Laurie Metcalf ya se sienta con los mayores
La actriz de 'Roseanne' llevaba una década sin hacer una película y 'Lady Bird' la ha lanzado directa al Oscar
Laurie Metcalf tiene 62 años y cuatro décadas de carrera. Hasta este año, aun así, seguía sintiéndose "en la mesa de los niños". La actriz llevaba desde 2008 sin hacer una película. En parte por culpa de la idiosincrasia de Hollywood, pero también, como ha reconocido, porque a esta trabajadora constante de teatro y comedia televisiva (en 2016 fue triple nominada al Emmy), el cine le resultaba farragoso y lento. Pero su complicada madre de Lady Bird era distinta. Tanto que por fin consiguió que valoraran su palpitante y arrugada realidad. Tanto que la nominaron al Oscar.
Metcalf se vio entonces obligada a entrar en la carrera. "Al ganar emmys en los noventa, no éramos sometidos a esta presión. No había tanta pompa. Ahora te asignan un equipo para que seas nominada", comentaba hace unas semanas a Marc Maron en el podcast WTF. En esa misma entrevista reconocía que, sin embargo, no le había llegado ninguna oferta del cine. Hollywood no lucha por una mujer como ella. Y ella tampoco parece añorarlo.
Metcalf siempre estuvo ahí. En los setenta despegó como el rostro femenino de la prestigiosa compañía teatral Steppenwolf, junto a John Malkovich, Gary Sinise y Terry Kinney. En Nueva York logró el curioso distintivo de ser la miembro más efímera de Saturday Night Live: duró un episodio en 1981. Aunque, tras varias películas, su oportunidad llegó en Roseanne, sitcom que la convirtió en icono de la comedia sin siquiera buscarlo.
Pasó nueve años en aquel sofá y allí regresará tras la nominación al Oscar, donde compite con otra gran televisiva como Allison Janney. En 2018 se cierra el círculo, si bien jamás abandonó la pantalla, ya fuera como vecina asesina de Mujeres desesperadas, madre de Sheldon en The Big Bang Theory, enfermera de Getting On o con un monólogo de 36 minutos en Horace and Pete donde recitaba un impresionante (y hoy paradójico) texto de Louis C.K. sobre una mujer que se excita al masturbarse frente a otros. Su mirada perdida debería estudiarse en las escuelas de teatro.
Hollywood invitará este domingo a Metcalf a la mesa de los mayores, aunque, en realidad, siempre debió sentarse en ella.
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