Soledad Vélez: “Escucho las letras y la música en mis sueños”
La cantante chilena presenta ‘Nuevas Épocas’, su cuarto disco, y su primer álbum en español
Soledad Vélez (Concepción, Chile, 1988) aún tenía pendiente su primera vez en español. La vida, la música, las influencias la llevaron a componer y cantar siempre en inglés. Pero de pronto, un día durante una gira que realizó por Chile y Ecuador algo le hizo click con el castellano y desde ese momento su corazón y su mente cambiaron de ruta. A una más cercana a sus raíces, a su cultura.
Así nació Nuevas Épocas (Subterfuge, 2018) su cuarto material discográfico y el primero en español. El álbum es un decálogo de historias que parte de pequeñas experiencias. “Con este disco quería componer para la gente. Hablar de sentimientos comunes, experimentar con sonidos y probar cosas nuevas”, explica la cantante afincada en Valencia desde hace una década.
Si ya en su disco anterior, Dance and Hunt, la chilena había abandonado el folk y había comenzado a navegar hacia la electrónica, en Nuevas Épocas ha terminado de aterrizar en este género. El álbum, que fue grabado en El Álamo Shock, ha llevado un minucioso trabajo que integra a la perfección el teclado y los sintetizadores.
Como en todo lo que hace Vélez, en este disco, que salió a la venta el 20 de abril, la naturaleza está presente. Esta vez en la portada. La imagen de una pantera negra es la cara de su nueva propuesta musical. “Para mí tiene muchos significados. Dicen que cuando la encuentras es porque la pantera ha querido encontrarte y algo así me pasó con este disco”, equipara. Pero cuando se trata de Soledad Vélez lo más seguro es que antes de verla, ella la haya soñado.
“Parecerá raro, pero yo sueño las canciones”, suelta en entre risas y sus ojos verdes y expresivos lo confirman. “Escucho las letras y la música en mis sueños. El teléfono me salva”. Y es que a veces se despierta con la necesidad de volcar en algún lugar todas esas palabras y sonidos. Y sus sueños son tan claros, tan puntuales que incluso es capaz de ver al músico con el que podría hacer un dueto. “En este disco colabora Gerard Alegre, -vocalista de El último vecino- y antes de pedirle que participara en el proyecto, yo lo soñé. Lo llamé y le dije que me gustaría que cantará conmigo y le mandé la letra. Después me dijo que él también se veía con el tema. Todo fue muy mágico muy bonito”, añade.
Y si de primeras veces se trata, este álbum es también el primero con el que la chilena comparte la producción. “Hasta ahora siempre me había encargado yo. Pero tenía muchas ganas de trabajar con Guille Mostaza. Solo lo conocía por las redes sociales, pero le escribí y le expliqué lo que quería. Al final fue muy enriquecedor poder trabajar con alguien a quién admiro. Me gustó estar los dos solos, encerrados, creando canciones”.
Pareciera con este álbum Soledad Vélez quiso arriesgarse. Salir de su zona de confort, experimentar de diferente forma esa melancolía que gira a su alrededor, crear a partir ese halo de tristeza que a veces denota su voz. De allí, del lado más personal salen temas como Flecha, el primer sencillo de su disco. “Es una canción de amistad y de amor. En algún momento de nuestras vidas nos pasa”; o Pa’ Siempre en el que habla de los corazones rotos debido a la distancia y sobre cómo se curan.“Es un tema muy chamánico”, explica. En él aprovecha para hacer un pequeño guiño a la cordillera de Los Andes, la columna vertebral de Latinoamérica.
Próximos conciertos
26 de mayo – El Prat de Llobregat, en Afores Fest.
30 de mayo – Zaragoza, en Ciclo Vagón de Lujo (Teatro del Mercado).
15 de junio – Valencia, en El Loco Club.
28 de septiembre – Barcelona, en Sidecar.
29 de septiembre – Madrid, en Siroco.
Atrás dejó ya ese sentimiento de no “ser ni de aquí ni de allá”. Tras 10 años viviendo en España Soledad Vélez ha aprendido a sentirse como en casa en ambos lados del océano. Y lo logró “viviendo el presente”, haciendo lo que quiere. Ya lo dice: “la vida es corta como para hacer algo que no nos gusta, que no nos mueve”.
Pero antes de poder alcanzar la solidez artística tuvo que vencer el miedo al público. “Lo paso fatal los primeros dos minutos. Luego me suelto. Mi miedo es tal que cuando tenía como 16 años me desmayé al hablar el público. Tuve que tomar clases de teatro para que me ayudará a desenvolverme mejor”, recuerda de sus primeras andadas.
Como con en todo el tiempo se ha vuelto su mejor consejero. El tiempo le ha ayudado a superar sus temores, a arriesgar, a luchar. El tiempo la hizo cambiar de rumbo y volver a sus orígenes. El tiempo también le ha permitido ver el avance en la escena musical nacional, el tiempo la ha llevado a ser testigo de una mayor apertura para las mujeres en la industria. “Somos muchas mujeres trabajando para tener más espacio. Cada vez veo más visibilidad a las mujeres en los festivales. Vamos promoviendo el feminismo. En Valencia se han triplicado las actuaciones de mujeres. Sigue haciendo falta mucho. Pero vamos avanzando”, reconoce.
Volver quizá sea el adjetivo que defina esta nueva época de Soledad Vélez. Volvió a sus raíces y en el futuro solo busca volver. Quiere regresar a México y a Chile. Parece que el castellano regresó a su vida para quedarse.
Babelia
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